Parece que fue ayer cuando estábamos descolgando las decoraciones de Navidad, pero la Pascua está a la vuelta de la esquina. El tiempo pasa volando, y si eres padre lo sabes muy bien. Empieza una temporada diferente a cualquier otra del año, pero sobre todo una temporada única en nuestro país. Este año puede ser el primero en tu casa en el que le dais un enfoque diferente a la Semana Santa. ¿Por qué no pruebas con tus hijos la búsqueda de los huevos de Pascua?
Esta tradición, a pesar de ser popular en países como Estados Unidos, tiene su origen en la tradición cristiana. Los primeros cristianos consideraron al huevo como un símbolo de la resurrección de Jesucristo y en la Edad Media, cuando llegaba la Pascua, pintaban los huevos de colores. Estos se consideraban objetos muy preciados.
La costumbre de celebrar la Pascua consumiendo y regalando huevos se mantuvo en el tiempo, y fue a principios del siglo XIX cuando, en Alemania, Italia y Francia, aparecieron los primeros huevos hechos con chocolate. Estos contenían pequeños regalos dentro de ellos. Las diversas culturas fueron decorando de manera diferente los huevos. En sus comienzos, eran pintados a mano con colores estridentes que representaban la luz del sol.
Hoy en día, esta tradición ha pasado a convertirse en un divertido juego en el que los protagonistas son los más pequeños de la casa. El juego consiste en esconder los huevos en los lugares más recónditos de nuestra casa y dejar que nuestros hijos sean los encargados de encontrarlos. Como si se tratase de una búsqueda del tesoro. A través del sistema de «Frío, frío» si están lejos, y si están cerca, «Caliente, caliente, te estás quemando», o están a punto de encontrarlo, pasaremos un estupendo rato con nuestros pequeños. ¡Será una verdadera aventura!
Una vez los hayan encontrado, llega el momento de romperlos en la frentes de otros. ¡Ojo! se deben romper por el lateral, nunca por la punta y siempre con mucho cuidado. Para ayudaros en esta tarea tan especial, hoy os proponemos 10 lugares dentro de casa en los que esconder estos divertidos y escurridizos dulces.

En la comida
Puedes meter el huevo en cualquier momento del día: cena, comida, merienda... Y en cualquier comida: ensalada, bolsa de patatas fritas...

En su ropa
Lo ideal es introducir el huevo en alguna de las prendas que nuestro hijo vaya a ponerse ese día. Así cuando vaya a salir de casa recibirá una sorpresa.

En el buzón
El domingo de Pascua no se reparte el correo. Por este motivo, el buzón es un lugar en el que no se les ocurrirá buscar a primera vista.

En sus zapatos
Al igual que con su ropa, lo ideal es dejarlo en un par de zapatos que sepamos que va a usar nuestro hijo durante el día. Es importante la variación en dificultad respecto a los lugares dónde están escondidos los huevos.

Con sus juguetes
Es el lugar más transitado por ellos, y les debemos un respiro. Este será un huevo fácil de encontrar y ayudará a mantener su espíritu intacto.

En el portavasos del coche
Un hueco que parece hecho a medida. Sin embargo, es un lugar que a primera vista no debería acoger un huevo. Los pequeños estarán más centrados en buscar en los sitios más tradicionales.

En una maceta
Si no dispones de jardín, una maceta es el lugar idóneo para esconder un huevo. Es lo suficientemente discreta para no llamar la atención, pero también es un lugar en el que el huevo puede ser fácil de ver.

En el lavavajillas
En este lugar ganamos los dos. Los padres conseguimos que los más pequeños lleven su plato a lavar y ellos a cambio consiguen un huevo más.

En las escaleras
Las escaleras es otro de los lugares perfectos para esconder los huevos. Cada escalón ofrece una posibilidad distinta de esconder los huevos de Pascua.

En el cartón de huevos
El sitio más obvio, tan obvio que no se percatarán en un principio. Un lugar divertido para terminar con la búsqueda del tesoro festiva.
