Dislipidemia en niños: qué es y cómo prevenirla

Que el peque tenga una elevada concentración de grasas en la sangre puede provocarle dislipidemia. Mira aquí en qué consiste y cómo evitarla.

No está nunca de más conocer algunas condiciones por las que los niños pueden pasar para saber así detectarlas y mantener su buena salud. Esta vez hablamos de la dislipidemia, una alteración que tiene que ver con la concentración de lípidos en la sangre. ¿Quieres saber en qué consiste y cómo prevenirla?

La dislipidemia produce una alteración en la concentración de grasas (lípidos) en la sangre. Por lo general, suele ser frecuente durante la infancia, pero en los últimos tiempos, también se está viendo el aumento de su presencia en jóvenes debido a los cambios del estilo de vida. Seguir una dieta más rica en grasas y tener unos hábitos cada vez más sedentarios favorecen la aparición de sobrepeso, pero también de otras condiciones como la dislipidemia.

Puede haber también una razón hereditaria que causase la dislipidemia, como antecedentes familiares u otras maneras de heredarla, sin embargo, es menos frecuente que ocurra.

La dislipidemia suele ser frecuente durante la infancia

Además, puede clasificarse de distintas maneras según cómo se presente. Puede ser dislipidemia primaria, si es por alteraciones genéticas o hereditarias, o secundaria, si es como resultado de enfermedades, tratamientos o malos hábitos de vida.

¿Aparecen síntomas?

Si la condición es leve, no suelen aparecer síntomas. No obstante, en las dislipidemias ya más complicadas puede darse la existencia de depósitos grasos en los tendones, en las articulaciones o bajo la piel.

Asimismo, con el tiempo, si se mantienen esos niveles altos de lípidos es un factor que favorece la aparición de afecciones cardiovasculares en edades tempranas, tales como ictus, infartos cardíacos…

La manera que se tiene de diagnosticar el problema es mediante un análisis de sangre después de 12 horas en ayunas. En tal analítica se evalúan los niveles de triglicéridos y de colesterol en la sangre, ya que esto no se suele analizar en todos los menores, pero sí en aquellos que estén cumpliendo algunos criterios de riesgo como antecedentes familiares que hayan pasado por dislipidemia, mala alimentación o enfermedades asociadas a los lípidos como hipotiroidismo o sobrepeso, por ejemplo.

Seguir una dieta más rica en grasas y tener unos hábitos cada vez más sedentarios favorecen la aparición de sobrepeso, pero también de otras condiciones como la dislipidemia

En el caso de presentar alguna alteración, se tendría que hacer un nuevo análisis para confirmar o no el diagnóstico.

Prevención y tratamiento

Dado que la condición tiene que ver con el nivel de los lípidos que haya en sangre, la mejor manera de prevenir la dislipidemia es con una alimentación variada y equilibrada. Esto será en pro de mantener unos niveles adecuados de los lípidos.

Es decir, la mejor prevención es teniendo una dieta basada en frutas, verduras y legumbres y con un consumo moderado de productos precocinados, o alimentos grasos como embutidos, postres lácteos, bollería y dulces.

Es por ello que, si un niño ya padece este problema, la solución hay que buscarla directamente considerando la alimentación y la forma de vida que tenga.

El niño o adolescente deberá intentar mejorar su estilo de vida, siguiendo unas medidas nutricionales, acompañadas de ejercicio físico, para después hacer un nuevo control a los 6 meses. Si a pesar de haber mejorado sus hábitos, persisten los malos resultados, podría ser necesario que lo evaluase un especialista en nutrición para recomendarle otro tipo de tratamiento.

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