Pediatra y experta en nutrición infantil, tanto en centros públicos como privados desde el 2005, Reina Lladó es cofundadora de la Asociación Ayuda al Chad y actualmente coopera con la Infancia de Bolivia y Venezuela, especialmente con niños con discapacidad y viviendo procesos oncológicos. Reina ejerce a nivel hospitalario en Palma de Mallorca y lo compagina con el mejor de sus trabajos: ser madre de tres maravillosos hijos, uno de los cuales tiene síndrome de Down. “Una preciosa lección de vida y de grandeza para toda la familia”, explica.
¿Podrías explicarnos cómo la neuronutrición difiere de la nutrición general?
La neuronutrición es la ciencia que estudia el efecto de los nutrientes en el sistema nervioso y sus funciones. Esta área investiga la relación directa que existe entre los nutrientes y la producción de los neuromoduladores, los cuales desempeñan un papel primordial en la regulación de muchos aspectos de la actividad cerebral, como el humor, la motivación, el estrés, los comportamientos alimentarios (hambre y saciedad), el sueño y todos los aspectos emocionales que interviene en la alimentación. La nutrición es el proceso biológico que ocurre en un ser vivo cuando su organismo absorbe, de los alimentos y líquidos, los nutrientes que necesita para su crecimiento y el desarrollo de las funciones vitales. A través de la alimentación, el organismo incorpora hidratos de carbono, vitaminas, minerales, proteínas y grasas.
¿Cuáles son los últimos avances en el campo de la neuronutrición?
Para mí, uno de los más fascinantes avances competen al rol de la microbiota intestinal en el sistema inmunológico y en el sistema nervioso. Uno de los principales objetos de estudio en inmunonutrición es la microbiota intestinal: billones de bacterias que, en conjunto, no pesan más de 200 gramos pero realizan funciones muy provechosas, como si se tratase de un nuevo órgano.
Una de las más destacadas científicas españolas, Ascensión Marcos, que desarrolla su trabajo en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN), explica las claves de este campo de investigación que busca estudiar y adaptar el consumo de los alimentos y el estilo de vida para mantener las defensas de nuestro organismo y prevenir así posibles enfermedades. La relación entre nutrición e infección, la importancia de la microbiota intestinal para la defensa del organismo o la incidencia del estrés y el ejercicio físico en la salud son solo algunos de los temas que ha estudiado. Una de mis frases favoritas y esperanzadoras en este campo es la siguiente: “Hoy se sabe que nuestra dieta puede ayudar a prevenir tanto patologías infecciosas como otras en las que subyacen procesos inflamatorios, como la obesidad, la diabetes tipo 2 o las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o autoinmunes”.
La medicina y la dietética han demostrado que existe un nexo entre nuestra alimentación y nuestro rendimiento intelectual. El cerebro es la computadora de mayor capacidad de almacenamiento de información del mundo (280 trillones de bytes). Un cerebro bien nutrido desarrolla mucho mejor sus capacidades. Los hábitos alimentarios son un factor importante para mantener una buena salud física y mental. El cerebro consume un 20 % de la energía necesaria para mantener la vida. Las principales fuentes de energía de nuestro cerebro son los hidratos de carbono, el oxígeno y los lípidos (grasas).
Para funcionar de manera óptima, el cerebro también necesita aminoácidos y una equilibrada mezcla de vitaminas, minerales y oligoelementos. Debido al papel especializado del cerebro en la generación de impulsos eléctricos, se requiere un flujo de iones tales como sodio, potasio, calcio, hierro, y zinc. Una alimentación deficiente disminuye la capacidad de memoria y trastornos de la concentración e influye en el estado emocional. El rápido aumento en las tasas de sobrepeso y obesidad ha generado una serie de estudios científicos en el área de la neurociencia para comprender la relación de la alimentación y los procesos neuronales.
El consumo de energía mediante la ingesta de alimentos no solo es necesaria para la construcción saludable del cuerpo físico, sino para las funciones adecuadas de todos los órganos, sin embargo el exceso de la ingesta alimentaria y la capacidad de almacenamiento energético (obesidad) se ha convertido en uno de los mayores riesgos para la salud humana, por tal razón estudios recientes se han enfocado para relacionar las sensaciones, emociones y sentimientos con la actividad cerebral y la alimentación, buscando nuevos conocimientos que ayuden a disminuir el riesgo de enfermedades ocasionadas por el proceso de la alimentación. El aspecto práctico e importante de la neuronutrición se refiere a que las manipulaciones dietéticas son una estrategia viable para ofrecer protección contra el daño al encéfalo y sus funciones y para mejorar las capacidades cognitivas.

¿Puedes compartir algunos consejos clave sobre la nutrición?
La principal premisa a tener en cuenta es que alimentar y nutrir a un cachorro de nuestra especie, como de cualquier otra, significa hacer sobrevivir, ejercer el impulso más instintivo de la naturaleza que es la de preservar y cuidar la especie y a las crías. En nuestro caso, e indudablemente en el de otras criaturas, la nutrición simboliza afecto y también una potente herramienta de aprendizaje conductual y estimulante del neurodesarrollo. En esta línea, debemos entender y aprender lo que el niño necesita para nutrirse desde el nacimiento y en el transcurso de su desarrollo. Ajustar la nutrición infantil a lo que suponemos que es bueno, a lo que el niño demanda, a los medios de comunicación con las estrategias de márketing correspondientes, y, por qué no, al potencial adictivo de ciertos alimentos, es un error frecuente que los padres cometemos.
En términos prácticos, la normalización, incorporación y partici-pación en todo el proceso de alimentación del niño desde etapas tempranas es fundamental. La alimentación es un proceso donde todos los sentidos entran en juego, y hay que permitir que el cerebro lo perciba. Que el niño ayude en la compra, vea los alimentos, los toque, que participe en la elaboración de la comida, poner la mesa, comer en familia al menos 2 veces al día sin distractores como pantallas o juegos son herramientas básicas y potentes en la nutrición infantil.
Aquí te contamos sobre cómo escapar de las pantallas en verano, consejos que son aplicables en todo el año en realidad.
¿Cómo logras equilibrar tu exigente carrera con ser madre de una familia numerosa?
Añado, que además de madre de familia numerosa, ¡soy abuela de dos! El equilibrio proviene del amor. Creo en el amor, en su fuerza, en su poder transformador.
¿Qué estrategias utilizas para gestionar tu tiempo y energía entre el trabajo y la familia?
Aunque parezca un reto inalcanzable, ¡si se puede!: tener tiempo de calidad para escuchar, comunicarte, dar y recibir afecto en familia, en pareja, entre amigos, con los pacientes. Es un estilo de vida que puede ser transversal y cotidiano. También es muy importante para mí la salud espiritual. Otra parte fundamental es la naturaleza: vivo en un entorno idílico y ver y respirar cada día el Mediterráneo es, si se quiere, terapéutico. Pescar y nadar ya es la gloria. También lo compagino con recorrer y disfrutar de los paisajes cántabros.

¿Qué consejo darías a otras madres que intentan equilibrar carrera profesional y familia?
Es muy importante que la madre priorice y tenga claro los objetivos que se ha trazado como profesional, y aún más lo es, al transitar el reto, el camino loable de haber formado una familia numerosa. No obstante, y en mi experiencia, es muy importante también tener claro el valor propio, el bienestar físico, mental y espiritual y ponerlos como norma en primer lugar. Una madre agotada, descentrada, sin miras claras, sin control de las emociones propias, con culpa, con desequilibrio físico, emocional o espiritual (de forma permanente, no puntual), seguramente entrará en un bucle o espiral no favorecedor para ella y la familia.
Añado además que es muy aconsejable aprender a pedir, aceptar ayuda de otros y delegar actividades a quienes corresponda y a la medida de sus posibilidades. Es como un director de orquesta, que organiza, dirige y armoniza entendiendo el lenguaje musical de cada músico con su instrumento. El resultado final es una melodía maravillosa.
¿Cómo ha influido tener un hijo con discapacidad en tu enfoque profesional hacia la neuronutrición y el tratamiento de discapacidades?
Ha sido mi mayor motivación. Después del impacto inicial que supuso hacer el diagnóstico en el mismo momento de su nacimiento, no he dejado de estudiar, comprender la neuroplasticidad y de intentar aportarle todas las herramientras para su desarrollo integral. Lo he hecho extensivo a muchas otras personas.
¿Qué aspectos de la crianza de tu hijo con discapacidad han sido los más desafiantes y los más gratificantes?
El mayor desafío que he tenido con respecto a él creo que fue enfrentarme al duelo. Comprender y aceptar. Superar cualquier enfoque interior o exterior, cualquier sentimiento derrotista, negativo, de autocompasión o lástima. Desafiar al miedo, alejándolo de mis pensamientos como madre y como pediatra. También desafiar los estigmas relacionados con el síndrome de Down, increíblemente, desde el ámbito profesional. Colegas que de muy buena fe me dieron el pésame, miradas de pena y tristeza. Recuerdo que una de las primeras profesionales que atendió al niño me insistía en que yo no aceptaba su diagnóstico. Había comenzado a estudiar estimulación motor-oral-facial con la doctora Sara Rosenfeld, una logopeda referente para personas con síndrome de Down en EE.UU. Por cierto, gracias a ese desafío, he podido acompañar a muchas mamis con niños con síndrome de Down y profesionales relacionados. Todo desafío con mi hijo ha sido tremendamente provechoso para mí.
Es difícil determinar qué es lo más gratificante que he experimentado con él. Mi norte lo he trazado para que él alcance todo lo que pueda lograr. Experimentar, ser su coach, su madre confidente y cómplice. También su entrenadora de vida. Podría decir en términos generales que, al igual que con mis otros dos hijos, cada logro, cada momento de felicidad, cada sonrisa y expresión de afecto son lo más grandioso y gratificante que he vivido como madre. De forma más específica, una de las tantas experiencias gratificantes que he recibido con él es su camino como atleta paralímpico de natación. Verlo hacer equipo con su entrenador, vernos a los ojos desde las gradas hasta la piscina, verlo subir al podio. No puedo evitar derramar lágrimas de auténtica felicidad al verlo brillar y sonreír.

¿Qué recursos han sido más útiles para tu familia en el cuidado y desarrollo de tu hijo?
Indudablemente, los profesionales comprometidos y asertivos que puntual o permanentemente nos han ido acompañando (en los ámbitos públicos y privados).
¿Qué cambios te gustaría ver en el sistema de salud para las familias con niños con discapacidad?
Menos burocracia y más integración de los equipos de salud, de manera que el enfoque de la misma se haga de forma multidisciplinar. Creo que se ahorraría tiempo y se ganaría en diagnósticos e intervenciones precoces. También, más inversión en investigación y más tiempo de atención en consultas preventivas en atención primaria.