Si tenemos en cuenta que el 70% de los menores de 15 años en España tiene un smartphone a su disposición, es evidente que la relación de los niños y las niñas españolas con la tecnología es muy intensa, quizás a veces demasiado. La “generación beta” ya está aquí y conviene estar al tanto de lo bueno y lo malo que tiene el uso y el abuso de la tecnología durante la infancia.
Un reciente estudio liderado por el Grupo de Investigación del Laboratorio de Fisiología del Esfuerzo de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con investigadores de la Universidad Europea, la Universidad de Nebrija y la UNIE, ha revelado que el uso de dispositivos digitales en la infancia puede potenciar ciertas habilidades cognitivas, sin dejar de tener en cuenta que el uso excesivo conlleva riesgos de todos conocidos como la disminución de la atención y de las aptitudes sociales.
Este estudio aporta una visión equilibrada sobre el uso de la tecnología en la infancia, destacando tanto sus beneficios como los innegables riesgos a los que están expuestos los menores.
Es esencial que padres, educadores y responsables políticos trabajen juntos para establecer pautas que permitan a los niños aprovechar las ventajas de la tecnología mientras se minimizan sus posibles efectos negativos.
Porque los expertos han destacado que el impacto del uso de dispositivos "no es uniforme", ya que factores como la edad, el género y el nivel socioeconómico pueden modular sus efectos, por poner un ejemplo, es innegable que existen toda una serie de beneficios de enseñar robótica y programación a los niños, pero tiene que ser a partir de una edad en la que puedan entender lo que hacen, para qué y por qué lo hacen.
Por ejemplo, mientras determinados usos y tecnologías pueden mejorar funciones ejecutivas y el rendimiento académico al fomentar la participación y motivación de los estudiantes, un uso desmedido de esas mismas opciones tecnológicas puede generar distracciones, afectar el enfoque y reducir el rendimiento.

Beneficios del uso moderado
El equipo científico realizó un análisis exhaustivo de los efectos positivos y negativos del empleo de dispositivos digitales en las funciones cognitivas, el desarrollo cerebral y los resultados conductuales de los niños.
Los resultados obtenidos indican que ciertas tecnologías pueden mejorar las funciones ejecutivas y el rendimiento académico al fomentar la participación y motivación de los estudiantes. Además, en cuanto a la cognición social, se observa que los dispositivos digitales pueden favorecer la colaboración y la empatía.
El estudio subraya la importancia del contenido digital y la mediación parental, es decir, es fundamental enseñar a nuestros hijos a relacionarse con la tecnología que ponemos a su disposición. La atención por parte de los padres y las interacciones digitales de calidad resultan fundamentales para moderar los impactos negativos y potenciar los beneficios educativos de la tecnología.
Los investigadores concluyen que los dispositivos digitales ofrecen oportunidades valiosas para el desarrollo cognitivo y educativo, pero su uso debe ser cuidadosamente regulado para evitar efectos adversos en el desarrollo cognitivo, psicológico y social de los niños.
Sin embargo señalan que se requiere más investigación para comprender a largo plazo sus impactos y para formular directrices que promuevan una integración saludable de la tecnología en la vida infantil.

Riesgos del uso excesivo
No obstante, el estudio también señala que un uso desmedido de estos dispositivos puede generar distracciones, afectar el enfoque y reducir el rendimiento académico de los menores.
Entre los efectos negativos que detectaron, se incluyen la disminución de la atención sostenida, interrupciones en los patrones de sueño y, en casos extremos, comportamientos disruptivos. Además, un uso excesivo puede obstaculizar habilidades como el lenguaje y la resolución de problemas.
