"Comparar crianzas a lo largo de la historia es un recurso que a la gente le encanta", asegura Mónica de la Fuente en su libro Adiós expectativas, hola realidad. "Es que antes era más fácil criar, es que ahora nos pasa esto o lo otro. Que si las madres de antes eran mucho más abnegadas que las de ahora, panda de egoístas... Esto da para un debate animado y para muchos ensayos sesudos de sociología, pero, a la hora de la verdad, tampoco es que nos ayuden demasiado a solucionar marrones del día a día. Cada generación va luchando sus batallitas, y a nosotras nos ha tocado nuestro menú del día con el que tenemos que lidiar", reconoce la fundadora de Madresfera, una de las plataformas de referencia de crianza en castellano.
La tecnología, internet y su uso por parte de los menores:
La experta en temas de maternidad indica que es complejo lidiar con "nuestros hijos sobre algo que generaciones posteriores ya están viviendo desde la cuna, pero que, al menos en nuestro caso, a los boomer cuarentones, nos ha tocado el papelón de ir enfrentándonos a ello sin casi ejemplo previo". Es consciente de que existen miles de beneficios que la tecnología ha traído consigo, pero sostiene que las pantallas y su uso sí le plantean "muchos dilemas y preocupaciones. Me estresan enormemente, para qué engañarnos".
Y pone un ejemplo muy claro en el que explica que si un adulto sufre cuando tiene miles o cientos de personas insultándole en redes sociales, ¿cómo lo gestionará un menor? Y se pregunta: "¿Estamos preparados para convivir fuera y dentro de las redes sociales si no salimos vivos ni de una reunión de vecinos?".
Así, hace referencia a una cita de María Zabala, del blog iWomanish, que dice: "no es la tecla, es la persona". Asegura de la Fuente que es muy cierto; pero matiza: "Aunque también creo que el contexto, la tecla, conlleva por sí mismo temas que tendremos que valorar bien nosotras y nuestras criaturas, como la privacidad, el anonimato, mantener la atención en un único punto y no desbocarnos con el multitasking, la cortesía digital, trabajar la empatía en entornos virtuales, esa difícil relación entre confianza y desconfianza necesaria para ciertos sitios y situaciones -especialmente en redes sociales, donde no todo el mundo es quien dice ser- y un sinfín de aptitudes que, aunque también sean necesarias para el cara a cara - el mundo real deja de tener sentido a cada segundo que pasa cuando intentamos diferenciar lo que pasa dentro y fuera de una pantalla-, se tienen que enfocar específicamente para el entorno virtual".
Para ello, la experta pone el foco en formarnos, consultar a expertos en la materia e ir decidiendo qué es lo mejor en cada momento. "No queda otra que ir decidiendo. El móvil, cuando la criatura esté preparada, o cuando tú quieras, que para eso lo apagas. Las redes sociales, cuando legalmente puedan, y tampoco es obligatorio que estén en ellas, la verdad. Sin forzar ni adelantar, que tiempo habrá. Pero no nos queda otra que ir copilotando con ellas hasta que vuelen solas (las criaturas)", concluye.
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