La ciencia revela el secreto para que los niños aprendan matemáticas con fluidez (y no es solo memorizar)

Un nuevo estudio revisa décadas de investigación para redefinir lo que realmente funciona en el aprendizaje del cálculo infantil.
Te sorprenderá lo que realmente funciona para que los niños dominen las matemáticas desde pequeños
Te sorprenderá lo que realmente funciona para que los niños dominen las matemáticas desde pequeños. Foto: Istock/Christian Pérez

En el eterno debate educativo entre quienes abogan por la memorización de tablas y quienes defienden el razonamiento libre como base del aprendizaje matemático, la ciencia parece haber tomado partido… aunque no de la forma que muchos esperaban. Un nuevo informe publicado por la revista Psychological Science in the Public Interest ofrece una perspectiva sorprendentemente equilibrada pero profundamente documentada sobre cómo los niños desarrollan la llamada fluidez aritmética, esa capacidad de resolver operaciones básicas con rapidez, precisión y sin esfuerzo aparente.

Lejos de posturas extremas, el trabajo liderado por la psicóloga Nicole McNeil y su equipo –compuesto por expertos de universidades como Notre Dame, Delaware o Western Ontario– propone un modelo basado en los últimos avances de la ciencia cognitiva del desarrollo. Y la conclusión es clara: aprender matemáticas de forma eficaz requiere una combinación muy concreta de comprensión profunda y práctica estructurada. Sí, incluso con ejercicios cronometrados. Pero no de cualquier manera.

Comprender, practicar, automatizar... y volver a reflexionar

El artículo científico, que revisa estudios conductuales, neurocientíficos y pedagógicos, describe la adquisición de fluidez matemática como un proceso en espiral: los niños empiezan desarrollando intuiciones sobre los números, a menudo implícitas, como saber que 3 + 2 es menos que 5 + 4 sin poder explicar por qué. Con ayuda de la enseñanza, esas intuiciones se transforman en conocimientos explícitos: estrategias, reglas, patrones.

Luego llega el momento de la práctica deliberada, esa que transforma el “sé cómo hacerlo” en un “lo hago sin pensar”. Pero aquí está el matiz importante: esa práctica no se basa únicamente en repeticiones a ciegas, sino en un diseño cuidadoso que respeta el ritmo de cada niño, introduce límites de tiempo solo cuando hay seguridad en las respuestas, y se acompaña de momentos de reflexión donde los alumnos explican cómo han llegado a los resultados.

¿Qué es realmente la fluidez aritmética?

Según los autores, la fluidez va mucho más allá de recitar las tablas de multiplicar como loros. Implica automatizar ciertos hechos (por ejemplo, que 6 × 7 es 42) para liberar espacio mental que permita pensar en problemas más complejos. Pero también implica flexibilidad: saber, por ejemplo, que 7 × 8 puede resolverse como 7 × 7 + 7, o que 9 + 6 es lo mismo que 10 + 5. Esta habilidad de descomponer, comparar, reorganizar mentalmente los números es lo que verdaderamente diferencia a un niño fluido en cálculo de uno que depende de contar con los dedos.

El desarrollo de la fluidez matemática en la infancia es clave para el éxito académico futuro y comienza mucho antes de la educación formal
El desarrollo de la fluidez matemática en la infancia es clave para el éxito académico futuro y comienza mucho antes de la educación formal. Foto: Istock/Christian Pére

Esta concepción avanzada de la fluidez se basa en modelos teóricos como el de Anna Sfard, que habla de ver los procesos matemáticos no solo como acciones, sino como objetos mentales que se pueden manipular. Es decir, ver una suma no solo como una operación, sino como una entidad sobre la que se puede pensar.

¿Y los ejercicios cronometrados?

Sí, tienen su lugar. Pero lejos de la vieja escuela de los exámenes sorpresa y las fichas infinitas, la práctica cronometrada que propone el estudio debe llegar después de que el niño haya alcanzado precisión con los cálculos. Solo entonces, hacer pequeños retos temporizados (de uno o dos minutos) puede reforzar los recuerdos y agilizar los procesos mentales. Eso sí: no deben usarse como castigos ni como pruebas de evaluación, sino como herramientas puntuales de entrenamiento.

Los riesgos de no practicar... y de practicar mal

Parte del informe advierte sobre un fenómeno que muchos padres y docentes han observado sin saber cómo nombrarlo: el sobrecargamiento de la memoria de trabajo. Si un niño no domina ciertos cálculos básicos, su mente se satura rápidamente al intentar resolver problemas más largos. Por ejemplo, sumar 7 + 5 + 6 + 3 + 5 + 4 puede parecer fácil para un adulto, pero si hay que contar cada número uno a uno, la capacidad mental disponible se agota, y es más fácil cometer errores.

Por el contrario, los niños con fluidez reconocen patrones, agrupan números en decenas, aplican propiedades como la conmutatividad, y resuelven el mismo problema en segundos, sin agobio. Esta ventaja no es trivial: diversos estudios longitudinales demuestran que la fluidez aritmética predice el éxito posterior en álgebra, resolución de problemas y comprensión de fracciones. Incluso se ha relacionado con mayores niveles de ingresos en la adultez, algo que también ocurre con la fluidez lectora.

Claves prácticas para padres y docentes

El informe también ofrece recomendaciones claras, tanto para profesionales como para familias:

  • Fomentar el sentido numérico desde los 2 años: contar objetos, comparar cantidades, jugar con bloques.
  • Usar estrategias visuales y referencias comunes: como el 10 como punto de anclaje.
  • Hacer un seguimiento temprano del progreso para detectar dificultades antes de que se consoliden.
  • Introducir la práctica cronometrada solo después de alcanzar precisión, en sesiones breves y bien diseñadas.
  • Promover la reflexión y la verbalización: que los niños expliquen qué hicieron, por qué y cómo podrían hacerlo de otro modo.
Enseñar matemáticas con base en la ciencia del aprendizaje permite a los niños entender, automatizar y aplicar el cálculo de forma flexible y eficaz
Enseñar matemáticas con base en la ciencia del aprendizaje permite a los niños entender, automatizar y aplicar el cálculo de forma flexible y eficaz. Foto: Istock/Christian Pérez

¿Memorizar o razonar? Un falso dilema

Uno de los méritos del estudio es que desmonta el falso enfrentamiento entre “memorizar” y “entender”. En realidad, ambos procesos se retroalimentan: la comprensión profunda facilita la memorización inteligente, y esta, a su vez, libera recursos para pensar con más claridad.

También destaca que el proceso de aprender matemáticas no es lineal: a veces, los niños descubren una estrategia de forma implícita (por ejemplo, contar a partir del número mayor) antes de ser capaces de explicar por qué funciona. Otras veces, aprenden una regla de forma explícita y, con práctica, la interiorizan hasta hacerla automática. El objetivo es cultivar ambos movimientos: de lo implícito a lo explícito, y viceversa.

El equipo de investigadores defiende que estas ideas, lejos de ser meras teorías, deben integrarse en la formación docente. Muchos profesores de infantil y primaria aún no reciben preparación suficiente en ciencia del aprendizaje, lo que les deja expuestos a modas pedagógicas que no siempre están respaldadas por evidencia. Invertir en conocimiento científico sobre cómo aprenden los niños –y no solo en qué contenidos enseñarles– puede marcar una diferencia profunda en su desarrollo académico.

A la espera de más investigaciones sobre aspectos como el uso de tecnologías digitales adaptativas, o el impacto de la ansiedad matemática en el hogar, este estudio ya ofrece un marco claro y útil para actuar. Enseñar matemáticas de manera eficaz no es una cuestión de elegir entre extremos, sino de diseñar secuencias didácticas que acompañen el desarrollo natural del pensamiento infantil. Un hallazgo que, paradójicamente, puede parecer de sentido común, pero que la ciencia ha tardado décadas en demostrar con claridad.

Referencias

  • Nicole M. McNeil et al, What the Science of Learning Teaches Us About Arithmetic Fluency, Psychological Science in the Public Interest (2025). DOI: 10.1177/15291006241287726

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