“Muchas deportistas tienen que equilibrar su carrera deportiva y la familia, ser madres debe ser un paso natural para ellas”, señalaba a los medios la presidenta del Comité de Atletas en el Comité Olímpico Internacional, Emma Terho.
Tanto la nueva guardería como las distintas salas de lactancia que se han habilitado por la Villa Olímpica parisina, están diseñadas para ofrecer un espacio seguro y cómodo en el que las atletas que participan en las olimpiadas puedan pasar el tiempo que necesiten con sus hijos e hijas, sin dejar de estar todo lo concentradas que necesiten en su participación, en esta competición internacional como representantes de sus respectivos países.
De Ona Carbonell a Allyson Felix
Atrás queda aquel video viral de Ona Carbonell denunciando en las redes que no podía compaginar cómo le gustaría su faceta maternal con la deportiva o los sinsabores de Ana Peleteiro cuando se convirtió en mamá por el mismo motivo.
Como presidenta de la Comisión de Maternidad y Deporte del Comité Olímpico Español, la doble medallista olímpica en natación sincronizada, Ona Carbonell, siempre ha comentado las largas y frecuentes reuniones, solicitudes e informes que han ido presentando a las autoridades correspondientes para que las condiciones en las que compiten las deportistas que además son madres recientes, se ajustarán más a sus necesidades y no se produjera una evidente discriminación laboral como ocurre en tantos otros ámbitos.
En ese sentido la implicación de otra deportista muy conocida internacionalmente como es Allyson Felix, ha sido de gran ayuda para conseguir que en los Juegos Olímpicos de París, por primera vez en la historia del olimpismo, se haya puesto en marcha una guardería infantil y distintas salas de lactancia repartidas por distintos lugares de la Villa Olímpica.
Equipación básica
Cada sala está equipada con sillones, cambiadores y el mobiliario necesario para que las atletas puedan alimentar a sus bebés de una manera cómoda, tranquila y segura. Son instalaciones distribuidas por la villa olímpica, más o menos cerca de las áreas de competición, para que las atletas que así lo deseen puedan acceder a ellas sin complicaciones y sin demasiadas distracciones.
Es verdad que son avances innegables en el reconocimiento de las necesidades de todas aquellas atletas que quieren compatibilizar sus facetas de madre y de deportista y es curiosa la carambola que ha hecho que estos avances se produzcan en la misma ciudad en la que por primera vez las mujeres compitieron en unos Juegos Olímpicos, hace ya más de cien años.

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