Más de 400 mujeres cuentan su historia de discriminación laboral por convertirse en madres

“La renuncia no es la solución” pero ante la generalizada discriminación laboral que sufren cientos de mujeres en nuestro país parece que para muchas es o ha sido la única vía.
Dilemas de la maternidad vol. I: ayudar o no ayudar con los deberes

Más de 400 mujeres compartieron su propia experiencia en el espacio creado por la Asociación Yo No Renuncio para visibilizar los obstáculos que a día de hoy y a pesar de los pasos que se han dado en el buen camino, siguen sufriendo muchas mujeres en su entorno laboral cuando se convierten en madres.

Una de cada tres mujeres reconocer que han sufrido algún tipo de discriminación laboral por su maternidad a lo largo de su carrera profesional.

De hecho, seis de cada diez, han señalado que directamente se han visto obligadas a renunciar a su carrera profesional al convertirse en madres. Es muy injusto que para todas ellas la renuncia haya sido la única opción.

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Maternidad y conciliación, una pareja imposible

Sólo han bastado tres días para que más de 400 mujeres hayan compartido sus testimonios en los que mostraban lo difícil y en ocasiones imposible, que les había resultado a lo largo de su vida, compatibilizar la maternidad con la conciliación laboral.

Para muchas de ellas, el hecho de convertirse en madres las colocó inmediatamente un muro de cristal que no solo no las permitió avanzar en su trabajo sino que en demasiadas ocasiones las expulsó de él.

Queda constancia con las decenas de testimonios que se han publicado que la renuncia parece ser para muchas de ellas la única solución que se ha traducido en que cientos de mujeres se han sentido penalizadas, discriminadas y directamente expulsadas del mundo laboral al convertirse en madres.

Algunas de ellas tan conocidas como la deportista olímpica Ona Carbonell que también compartió su propia historia en este muro y en esta asociación, después de hacerlo en sus redes sociales cuando comentó que tenía que abandonar la lactancia materna de su primer hijo y dejarle en España cuando ella tenía que viajar con el equipo olímpico, por las condiciones insostenibles que le habían facilitado en la villa olímpica.

Eso fue para ella el detonante que la empujó a denunciar esta situación discriminatoria y de ahí a crear la I Comisión de Maternidad y Deporte en la que junto a distintas personas expertas, lleva más de un año trabajando por hacer más compatible el deporte profesional y la maternidad.

Se van dando pasos pero aún queda un largo camino por recorrer hasta que la renuncia no sea para las mujeres la única opción real que tienen a la hora de convertirse en madres.

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