La enfermedad boca-mano-pie se debe a una infección viral que se da sobre todo en niños pequeños. En la mayor parte de los casos se debe a un virus llamado Coxsackie, aunque también pueden producirla otros virus. Se contagia fácilmente a través de contacto directo, y por ello la transmisión puede ser muy alta en guarderías y colegios, que es donde deberemos aplicar al máximo las medidas de prevención.

¿Qué síntomas produce?
La mayoría de los niños que padecen la enfermedad presentan fiebre, malestar y un sarpullido con vesículas o ampollas que afecta sobre todo a la zona de la boca, las manos y los pies. También puede afectar a la zona genital. Los niños pueden rechazar los alimentos debido a las molestias que provocan las vesículas en la boca, que se suelen romper dando lugar a úlceras.
La infección suele tener un curso leve en la mayoría de los casos. Casi todos los niños se recuperan solos en un plazo de 5-10 días sin necesidad de ningún tratamiento concreto. Solo es necesario tratar la fiebre y el malestar con antitérmicos y analgésicos. También se recomienda ofrecer alimentos blandos, y evitar las comidas picantes, ácidas o especiadas.
¿Cómo se contagia?
La enfermedad se contagia por contacto directo, es decir, de persona a persona. El virus se puede transmitir a través de la saliva, la mucosidad, las heces y el mismo líquido de las ampollas. Por esto es tan fácil que los niños se lo contagien unos a otros.
La infección es más contagiosa al principio, cuando los niños están comenzando con los síntomas. Para minimizar el riesgo de que nuestro hijo se contagie de la enfermedad boca-mano-pie, la medida más importante es el lavado de manos frecuente y realizado de forma correcta.
¿Puede ir mi hijo al colegio o a la guardería si tiene la enfermedad?

No hay consenso entre los profesionales sobre si los niños deben quedarse en casa cuando tienen la enfermedad boca-mano-pie, ya que el contagio se da sobre todo al inicio y algunos niños ni siquiera van a presentar síntomas. Si el niño se encuentra bien y puede alimentarse, podría acudir a la guardería o al colegio.
En la mayoría de los casos no será necesario consultar, ya que el cuadro se resolverá solo sin mayores complicaciones. Pero si observas alguno de los siguientes síntomas, te recomendamos que consultes lo antes posible con tu pediatra:
- Si tu hijo está muy decaído.
- Si rechaza todo tipo de alimentos debido al dolor de forma mantenida.
- Si orina poco o la orina es de color oscuro.
- Si los síntomas se prolongan más de 10 días.
- Si el niño presenta dolor o rigidez en el cuello.