Marian Rojas: “Si solo consigues que un niño esté quieto si tiene una pantalla, no sabrá gestionarse si se la quitas”

La psiquiatra Marian Rojas Estapé ha explicado en su podcast que cuantos más estímulos externos recibe nuestro cerebro, menos funciona de manera interna. ¿Cómo evitar entonces que las pantallas dañen la salud emocional de nuestros hijos?
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Que las pantallas solo son beneficiosas para los niños si las sabemos utilizar de manera responsable es un secreto a voces que nos transmiten día tras día los pediatras y los psicólogos y psiquiatras infantiles.

Pero que ahora Marian Rojas Estapé, una de las psiquiatras más reconocidas de nuestro país, lo explique de forma tan clara nos ha impactado del todo. Y lo ha hecho en un espacio que en principio no estaba dedicado a ningún aspecto de la salud mental infantil, pero le ha venido bien.

La psiquiatra ha dedicado un capítulo de su podcast a explicar cómo TikTok y las redes sociales en general afectan de manera directa a nuestra salud mental. Y lo que es peor: cómo son uno de los motivos del deterioro de la salud mental que sufren muchos jóvenes hoy en día.

Sin embargo, bajo su criterio, todo comienza antes: cuando los niños son pequeños y los padres se aprovechan del impacto que causan en ellos las pantallas para que se callen un rato.

Cada vez son más los expertos que alertan sobre el daño que puede ocasionar en la salud mental de niños y adolescentes el uso excesivo de móviles y pantallas. - Imagen cedida por la plataforma de control parental QUSTODIO

El secreto de que las pantallas ‘emboben’ a los bebés y los niños

“La atención del bebé se activa con luz, sonido y movimiento y eso es precisamente lo que tienen los vídeos que pueden ver si les damos una tableta o un teléfono”, explica la psiquiatra. “Esos vídeos de YouTube o de TikTok están llenos, precisamente, de luz, sonido y movimiento”.

¿Qué es lo que ocurre? Que, a juzgar por sus palabras, nuestro cerebro funciona con un mecanismo muy sencillo: cuantos más estímulos externos reciba, menos trabaja internamente y al revés. “Si solo consigues que el niño se esté quieto cuando tiene una tableta al lado, ese niño no sabrá gestionarse a sí mismo si se la quitas”, argumenta.

Por ende, no sabrá cómo manejar una frustración, un enfado, una rabieta o un momento difícil para él. Solo sabrá callar esas emociones más ‘negativas’ si tienen un estímulo externo como el que los ofrecen las pantallas.

Los padres se aprovechan del impacto que causan en los pequeños las pantallas para que se callen un rato.

“A medidas que crecen, esto tendrá otro efecto aún más grave: esos vídeos acabarán por modificar su sistema de recompensa, el que nos permite sacar fuerza de voluntad para lograr algo o para recuperarnos de un golpe grande”, explica en el mismo episodio de podcast.

Esta es, precisamente, la razón por la que cada vez más profesionales de la salud mental infantil desaconsejan la serie Cocomelón. Una serie que engancha a los más pequeños de la casa, precisamente, porque solo tiene luz, sonido y movimiento. Movimientos constantes y bruscos, sonidos cautivadores y colores fuertes que hacen que se queden hipnotizados cuando miran la pantalla.

Las pantallas frenan la creatividad de los niños

“Las grandes cosas de la vida llegan en momentos de pausa y reflexión”, dice Marian Rojas Estapé. “Si cuando un niño se aburre tiene siempre una pantalla disponible, frenas el centro de la creatividad de ese niño”.

Esta es, precisamente, la razón por la que cada vez más profesionales de la salud mental infantil desaconsejan la serie Cocomelón. Una serie que engancha a los más pequeños de la casa, precisamente, porque solo tiene luz, sonido y movimiento.

¿Qué significa esto? Que su creatividad se ‘atrofiará’ y que, además, no desarrollarán buenos mecanismos interiores para aprender a gestionar el estrés. Incluso, podrán llegar a sentir vacío y tristeza si no las tienen, pues las pantallas producen una ‘intoxicación de dopamina’ que hará que necesiten cada vez más y más rapidez y estimulación.

Las pantallas en la salud mental de los jóvenes

Es precisamente esa intoxicación de dopamina, también de acuerdo a la misma experta, una de las responsables de que la salud mental de los jóvenes esté tan deteriorada. “Cuando no tienen pantallas se genera una especie de abstinencia, llegando a sentir mucha rabia e inestabilidad”.

Por ello, pide a los padres de adolescentes instarles a darse cuenta si verdaderamente están enganchados a alguna red social y, de ser así, actuar en consecuencia. “Cuando os metáis en esas redes sociales, plantearos qué estáis dejando de hacer, observad en qué perdéis el tiempo y trabajad en ello”, argumenta.

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