El hábito que pueden aprender hoy los niños y servirles para ser felices toda la vida

Conseguir que un niño sea feliz es relativamente sencillo, pero conseguir que esa felicidad permanezca durante toda la vida depende, en gran medida, de lo que le enseñemos en su infancia. Y este hábito ayuda a alcanzar el objetivo.
habito felicidad infantil

¿Es sencillo hacer feliz a un niño? La respuesta puede ser muy sencilla y muy complicada a la vez. Sencilla porque, si pensamos un poco, es relativamente sencillo hacer feliz a un niño. Y complicada por ese ‘relativamente’.

Y es que, en un niño relativamente feliz podemos ver sonrisas a cada momento, saltos y muchas horas de juego. Pero eso puede no significar una felicidad plena. Y mucho menos significar que esa felicidad vaya a continuar a lo largo de su vida.

habito felicidad infantil - Getty Images

Sin embargo, como decimos, dentro de esa sencillez está el hecho de adquirir hábitos que consigan que los niños sean felices hoy y siempre. Hábitos que podemos inculcar cuando son pequeños y que, si sabemos bien cómo continuar con ellos, pueden permanecer durante el resto de su vida, contribuyendo a su felicidad.

Los niños necesitan muy poco para ser felices

Son muchas las investigaciones que han llegado a la conclusión de que una de las cosas que más felices hace a los niños, además de jugar, es poder pasar tiempo de calidad con sus padres. “Las situaciones que se generan gracias a compartir tiempo de calidad con los niños hace que se mejore la comunicación de la familia, y de manera directamente relacionada, se mejoran los vínculos afectivos y relaciones del hogar” decía una psicóloga a nuestro medio hace tan solo unos años.

Además, pasar tiempo juntos ayuda a mejorar nuestra relación con los niños también de cara al futuro pues, sin saberlo, estaremos fortaleciendo unos lazos de confianza que permanecerán en el tiempo. Lazos que, si tenemos en cuenta de nuevo a la ciencia, no están tan presentes en hijos de padres ausentes (sabemos que la conciliación es complicada en los tiempos que corren).

Directamente relacionado con este hábito hay otro que, inculcándolo bien, puede permanecer en el tiempo contribuyendo a la felicidad de nuestros hijos durante toda su vida.

El hábito que hará que sean felices durante toda la vida

No es uno, ni dos, ni tres estudios científicos los que avalan este hecho: los niños son más felices cuando tienen experiencias que cuando tienen juguetes. Pasar tiempo de calidad con su familia y con sus figuras de apoyo les hace más felices que comprarles mil juguetes que, muy posiblemente, olvidarán a medida que crezcan.

Así lo avala el mayor estudio sobre felicidad, que recoge datos desde 1938; así lo avala también el neuropsicólogo Álvaro Bilbao y la pediatra Lucía Galán, sin ir más lejos.

Por ende, podemos concluir, que el mejor hábito que podemos inculcar a nuestros hijos para contribuir a su felicidad presente y, sobre todo, a su felicidad futura es  enseñarles desde pequeños a valorar más los momentos que las cosas materiales; sea cual sea esa cosa.

Y para ello, lo mejor es dar ejemplo desapegándonos de las cosas materiales y valorando verdaderamente los ratitos que pasemos junto a nuestro hijo y esas pequeñas escapadas que podamos hacer de vez en cuando.

niño feliz verano - Marko Pekic

¿Cómo ayudar a los niños a valorar más los momentos que las cosas?

Además de dar ejemplo y ofreciendo al niño mucho tiempo de calidad, debemos evitar el síndrome del niño hiperregalado. “Las consecuencias de recibir muchos regalos son nocivas para los niños, pues transmiten mensajes poco educativos como pensar que conseguir las cosas es fácil, valorar poco lo que tienen o pensar que el esfuerzo no es necesario para lograr los objetivos”, explicaba hace unos meses Mar García, psicóloga en Quirónsalud Valencia.

Aunque es cierto que no hay ningún estudio científico que relacione directamente una cantidad estipulada de cosas materiales con el estado de ánimo, sí que explicamos hace tiempo que existe una encuesta que afirma que los niños prefieren recibir experiencias antes que juguetes y que esto, además de a su felicidad, también afecta positivamente a su inteligencia.

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar