Ser padres es un viaje lleno de aventuras, risas y sorpresas en el que hay algo que debe prevalecer por encima de cualquier cosa: el cuidado y la protección a nuestros hijos. Todos queremos que sean felices y todos queremos tener con ellos una relación de apego seguro, para asegurarnos de que crecen emocional y psicológicamente sanos y fuertes.
Pero, por desgracia, no todos estamos preparados de forma intrínseca para ofrecérsela (aunque por suerte, la preparación es posible). Formando parte de esa relación de apego sano está el hecho de que forjemos con nuestros hijos vínculos emocionalmente fuertes, que perduren con el paso de los años. Solo dándoles confianza y mucho amor nos aseguraremos que, en el día de mañana, cuando tengan un problema, vendrán corriendo a contárnoslo para buscar consuelo y consejo en nosotros.

Pero, para dar con ese ‘feliz final’ es necesario trabajárselo mucho desde la primera infancia. Al menos, así lo asegura el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, que no se cansa de repetir el trabajo incesante que debemos hacer los padres para involucrarnos y conocer más a nuestros hijos. Tanto es así que él, en su faceta de padre, sigue en casa, día tras día, una serie de hábitos que le permiten conectar mejor con sus pequeños y conocerlos al nivel que le gustaría.
Hábitos que utiliza en forma de preguntas. Concretamente, 21 preguntas que les hace cada día (o cada muy poco tiempo): “Hacer preguntas a mis hijos no solo me permite conocerlos un poco mejor, sino que ayuda a crear un vínculo de confianza entre nosotros”, dice en el post que ya es viral. “Es uno de mis momentos favoritos del día”, asegura también.
¿Por qué hacer preguntas a los niños?
“Los niños tienen un mundo interior muy rico; pensamientos, emociones y preferencias que muchas veces no salen a la luz porque no tienen la oportunidad”, argumenta el mismo profesional en Instagram.
Dice que las preguntas ayudan a los pequeños a conocerse mejor a sí mismos y también a los padres a conocerlos un poco mejor a ellos.
En esto está de acuerdo con el filósofo Jordi Nomen, quien aseguraba a Ser Padres hace unos años que los niños necesitan tiempo de calidad de sus padres y que sus preguntas no se respondan de manera rápida y automática: “Hay que ayudarlos a buscar una solución y una respuesta juntos, pero reflexionando siempre”, decía.
El mejor momento para hacer este trabajo con los niños (sabiendo la dificultad de conciliación que viven muchas personas) es antes de dormir: “Mi momento favorito para hacerles estas preguntas es cuando se van a dormir”, asegura Bilbao.
Además, da un consejo muy práctico sobre la manera de hacer las preguntas. Es mejor no hacérselas mirándolos a los ojos porque eso les puede intimidar. “Es mejor tumbarnos a su lado y hablar como cuando te tumbas con tu mejor amigo a hablar de la vida, mientras miras las estrellas”, explica en su post.
21 preguntas para conocer mejor a tu hijo
Veamos cuáles son esas 21 preguntas (o hábitos) avaladas por este experto, que él mismo pone en práctica y que tú también puedes poner en práctica en tu hogar desde hoy mismo.
Preguntas sobre sus preferencias
- ¿Cuál es tu cuento favorito?
- ¿Cuál es la cena que más te gusta?
- Qué postre recomendarías a tu mejor amigo?
- ¿Cuál es tu muñeco de peluche preferido?
Preguntas sobre sus ideas (es en estas en las que, según Jordi Nomen, más hay que incidir para trabajar con ellos el pensamiento crítico y la capacidad de razonamiento)
- ¿Tienes alguna invención en tu cabeza?
- Vamos a estar callados diez segundos, ¿en qué has pensado?
- Si tu muñeco de peluche hablara, ¿tú qué crees que pensaría?
- ¿Con qué crees que vas a soñar esta noche?
Preguntas sobre sus sentimientos
- ¿Cuál es tu recuerdo más feliz?
- ¿Qué es lo que más te enfada?
- Dime una cosa que te haga sentir triste
- Dime una cosa que podría pasar mañana y que haría que te levantaras muy contento