Dormir bien, disfrutar de una buena educación, hacer ejercicio físico o pasar tiempo con los abuelos son hábitos que, sin duda, ayudan a que los niños crezcan más felices y sanos en todos los sentidos. Pero, además de ello, hay algún que otro hábito que, inculcándolo desde que los niños son pequeños puede ayudar a que tengan éxito en la vida. No lo decimos nosotros: es algo que afirma la ciencia.

Un hábito que poco tiene que ver con los juguetes que regalemos a los pequeños, con el dinero que nos gastemos en su educación o con el desembolso económico que empleemos en su ocio y tiempo libre. Se trata de un hábito que no tiene nada que ver con el poder adquisitivo, y tampoco con la clase social a la que pertenezcamos: todos los niños pueden adquirirlo desde edades tempranas.
El hábito que ayuda a criar niños exitosos
Es obvio pensar que preocuparse por la educación de los niños y proporcionarles todos los cuidados que vayan necesitando según su edad ayuda a criar niños con éxito en la vida. Sin embargo, la ciencia añade uno que seguro no sabías y que, además, está al alcance de todos. Y, curiosamente, es un hábito que muy pocos ponemos en práctica. No es uno, ni dos los estudios que han llegado a la misma conclusión: los niños con fuertes conexiones familiares tienen alta probabilidad de prosperar en la vida y tener éxito.
Sin ir más lejos, es la conclusión de un estudio publicado hace apenas un año en la revista Pediatrics y llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos. “Lo que fue diferente en este estudio fue que mostró que la conexión familiar está asociada con prosperar y no solo con sobrevivir o evitar daños”, afirmó a propósito de su presentación uno de los directores del mismo.
Para llegar a estos resultados, los autores tuvieron en cuenta las respuestas a una encuesta realizada a más de 37.000 niños de entre 11 y 13 años en 26 países diferentes. En concreto, la Encuesta internacional sobre el bienestar de los niños.
¿Qué son las ‘conexiones familiares fuertes’?
Pasar tiempo de calidad con los niños ayuda a que crezcan felices, emocionalmente hablando. Esta es sólo una de las patas de esas conexiones familiares que todos necesitan para prosperar en la vida.
La citada investigación especificó las cinco áreas que componen esa conexión familiar: cuidados, apoyo, seguridad, respeto y participación. “En esencia, una conexión familiar fuerte pasa porque los niños se sientan cuidados en el hogar, lo que les permitirá aprender cuáles son sus fortalezas y sus debilidades en un ambiente seguro, mientras ellos se ocupan de construir su identidad”, afirmó uno de los autores. Al hablar de ‘prosperar’ o ‘tener éxito en el futuro’ hablamos de que los niños sean capaces de reconocer cuáles son sus fortalezas y utilizarlas para encontrar su propósito en la vida.
¿Cómo eran las familias de los niños que puntuaron más alto en esta conexión? De acuerdo a los datos de esta investigación, los niños viven con sus dos padres, tienen suficiente comida y su familia no está preocupada por cuestiones económicas. Además, interactuar con adultos y otros niños en actividades lúdicas estimula el desarrollo del cerebro de los niños. Estas conexiones ayudan a desarrollar habilidades cognitivas, emocionales y sociales importantes, como la resolución de problemas, la empatía y la comunicación.
Pasar tiempo con los niños puede involucrar actividades educativas y de aprendizaje, como leer juntos, jugar juegos de mesa que requieren pensamiento estratégico, o explorar la naturaleza. Estas experiencias pueden contribuir al éxito académico futuro al fomentar la curiosidad, el amor por el aprendizaje y el desarrollo de habilidades fundamentales, como la lectura y las matemáticas.
Además, los estudios sugieren que los niños que tienen relaciones sólidas con adultos de cuidado son más resistentes al estrés y tienen una mayor capacidad para enfrentar desafíos difíciles en la vida. Pasar tiempo juntos proporciona oportunidades para modelar y enseñar habilidades de afrontamiento eficaces.

Cómo fomentar los lazos familiares
No hace falta estar pendientes 24 horas al día de nuestros hijos para fomentar esos lazos familiares: sólo hace falta que el tiempo que pasemos con ellos sea de calidad y que sea el máximo tiempo posible.
Los autores de la investigación aseguran que para crear esos lazos fuertes los niños deben crecer en un hogar que los respete, pero que también los escuche. Es necesario que se sientan escuchados y comprendidos, que no tengan que estar mucho tiempo detrás de nosotros y que no sientan que hablan con una pared cuando nos cuentan cómo les ha ido en el cole o qué cosas les preocupa.
“Una gran oportunidad para fortalecer los lazos familiares es alrededor de la mesa, en el desayuno, la comida o la cena”, afirma uno de los autores del estudio. “Los adultos deben crear un entorno en el que los niños se sientan cómodos hablando y, mientras hablan, los adultos deben mostrar interés en lo que dicen, y tratar de no juzgarlos”. “Tener conversaciones enriquecedoras es más importante para los niños que llevarlos a viajes caros”, concluye otro de los autores. A través de las conversaciones, los niños aprenden habilidades sociales importantes, como cómo escuchar atentamente, expresar sus ideas de manera clara y respetuosa, y comprender diferentes puntos de vista. Estas habilidades son fundamentales para establecer relaciones positivas con los demás a lo largo de sus vidas. Además, las conversaciones profundas y significativas pueden fortalecer el vínculo emocional entre padres e hijos. Proporcionan un espacio seguro para que los niños compartan sus pensamientos, sentimientos y preocupaciones, lo que les ayuda a sentirse comprendidos y valorados.
Sin duda, y a modo de conclusión, pasar tiempo de calidad con los niños no sólo es gratificante a nivel personal como padres o tutores, y sin duda para los más pequeños, sino que también es crucial para su desarrollo cognitivo, emocional y social, preparándolos para un futuro más saludable y exitoso.