Llega la vuelta a clase. Se acerca de nuevo el momento de sentarse delante de los libros, de aprender a veces con más ganas y otras con menos. Para que ese aprendizaje sea mucho más sencillo, para impulsar el aprendizaje dentro y fuera del aula, te contamos un truco muy sencillo que la ciencia ha demostrado de gran eficacia.
Los investigadores del Instituto Duke para las Ciencias del Cerebro, Alyssa Sinclair y Candice Yuxi Wang, son responsables de un estudio para el que reclutaron a 420 adultos a los que les plantearon un juego, tenían que simular que eran ladrones de arte.
Los dividieron en dos grupos, uno de los grupos entraba en un museo a robar cuadros, el otro entraba en el mismo museo a planear el robo de cuadros y ahí estaba la sutil diferencia que lo cambió todo.
Urgencia versus curiosidad para trabajar la memoria
El grupo de ladrones que entraba a ejecutar el robo tenía la indicación de los investigadores de robar todas las obras de arte que pudieran. El otro grupo, el que entraba a planificar, no tenía estrés, era un ladrón que estaba explotando el museo y barajando posibilidades.
La motivación en ambos grupos era la misma y sin embargo, el condicionante era distinto, urgencia en unos frente a curiosidad en los otros, dos formas distintas de poner a trabajar el cerebro.
Al día siguiente, la medición de esta diferencia fue aún más evidente. Los que habían entrado a planificar recordaban más obras de arte que los que directamente entraron a robar, mientras que estos recordaban donde se encontraban las más valiosas.

Dos situaciones distintas, dos respuestas cerebrales diferentes pero eficaces en cada caso.
La conclusión a la que llegaron los investigadores es que si trabajamos el cerebro en “modo urgente” bajo estrés, es para enfocar un asunto a corto plazo y es una buena elección.
Si lo que queremos es fomentar la memoria a largo plazo, debemos plantearlo sin estrés y más desde la curiosidad del individuo, de un modo más exploratorio que haga que el aprendizaje sea más individual.
Cambiar la motivación de la urgencia a la curiosidad podría incluso tener un profundo impacto en nuestra salud mental y la de nuestros hijos, según señalaron estos mismos investigadores a la luz de los resultados de este curioso estudio.