Hace unos días se celebró en Pinto (Madrid) el II Congreso Nacional sobre Altas Capacidades, organizado por la asociación EducaDe (Asociación para la Educación en la Diversidad). El encargado de abrir el congreso junto a Alba de Mingo, presidenta de la asociación, fue Alejandro Busto, psicólogo especializado en altas capacidades intelectuales.
Durante la charla que ambos mantuvieron, Alejandro Busto dejó varias reflexiones de interés, muchas de ellas acompañadas con ejemplos concretos (anónimos) que ha conocido en sus muchos años de experiencia clínica con las altas capacidades intelectuales.
Una de estas reflexiones surgió a raíz de la pregunta de Alba de Mingo sobre cuál creía él, como experto, que era el mito más extendido en relación a las altas capacidades intelectuales. En opinión de Alejando Busto, este no es otro que el pensamiento tan extendido entre la población de que altas capacidades intelectuales es garantía de alto rendimiento.
“El prejuicio es muy fuerte. Si un alumno no es brillante, no toca el violín, no juega a ajedrez, no lleva unas gafas de culo de vaso, entonces no tiene altas capacidades”, afirmó durante el congreso nacional sobre Altas Capacidades Alejandro Busto. “Es como si estuviéramos esperando a ver al niño que entra en el aula y habla de física cuántica y lleva un cartel en la cabeza que dice: ‘soy sobredotado’. Eso no pasa”, añadió.
Por este motivo (entre otros), un falso mito que está instaurado todavía en muchísimas personas, la detección es tan baja en las altas capacidades intelectuales. “Cuando tenemos niños de altas capacidades distráctiles y movidos, con resultados académicos tirando a mediocres, la cosa se complica en términos de detección”, argumentó Busto.

En opinión del coautor —con Olga Carmona— de Hijos con altas capacidades, el mito del rendimiento académico y las altas capacidades “es uno de los mitos que más cuesta erradicar porque además está instaurado en muchas familias”, apostilla.
Ciencia y alta capacidad
Durante su participación en el Congreso Nacional sobre Altas Capacidades, Alejandro Busto expuso algunas otras reflexiones de interés.
Por ejemplo, explicó que, en su opinión, aunque la investigación científica todavía no haya podido demostrar por qué ocurre, la gran diferencia o rasgo que diferencia a las personas con altas capacidades intelectuales es la emoción. “Una de las realidades tangibles es la máquina emocional”, afirmó el psicólogo. “Es una realidad constatable que son pequeñas máquinas emocionales, con una necesidad emocional atroz”, añadió.
Para Alejandro Busto “es decisivo” que las familias entiendan “que hay modelos educativos punitivos y autoritarios que no funcionan con ningún niño desde mi punto de vista, pero hablemos de la alta capacidad, donde se nos hace imprescindible educar en emociones, gestionar valores, hablar un lenguaje que los adultos no sabemos hablar…”, reflexionó.
Además, acerca de los mitos extendidos sobre las altas capacidades, Alejandro Busto mencionó un segundo ejemplo: la relación entre altas capacidades intelectuales y ciencia. “Se habla poco del prejuicio de la ciencia y la alta capacidad… Cuando damos un diagnóstico, uno ve las cabezas de los padres pensando en robótica, pensamiento matemático o física, y probablemente algo de esto le pueda interesar, pero mi experiencia clínica me dice que encuentro más altas capacidades en una escuela de teatro o una escuela de música que relacionadas con las mates”, aseguró el psicólogo especializado en altas capacidades intelectuales, que achacó a la “forma en la que contamos las mates” uno de los motivos sobre los que sustenta esta afirmación.