Mi hija tiene altas capacidades y no le gustan las matemáticas: estos son los motivos

Si acaban de descubrir que tu hijo tiene altas capacidades o tienes dudas de si las tiene pero no te cuadra que no le interesen las matemáticas, no te preocupes, hay más niños y niñas así. Mi hija es una de ellas.
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En la sociedad sigue muy arraigada la idea de que los niños y niñas con altas capacidades destacan en matemáticas y en otras áreas científicas. Pues bien, nada más lejos de la realidad. Lo pueden hacer… o no. Si acaban de descubrir que tu hijo o hija tiene altas capacidades o dudas de que las tenga pero no te encaja que no le interesen las matemáticas, tranquilidad, no es el único peque al que le ocurre. Mi hija tiene altas capacidades y pasa olímpicamente de las matemáticas.

No todos los niños y niñas con altas capacidades son unos ‘frikis’, en el buen sentido del término, de las matemáticas y las disciplinas científicas. No tienen por qué destacar especialmente en ellas. Es más, hay peques con altas capacidades a los que las matemáticas y áreas similares no les suscitan interés alguno. Cumplen porque son, generalmente, curiosos, pero no se esfuerzan ni muestran especial interés en ellas.

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Esto no lo digo yo por tener el ejemplo de mi hija en casa. Lo dicen los expertos en la materia. Esta de las altas capacidades es una cuestión en la que la investigación científica ha avanzado mucho en los últimos años, hasta el punto de que los especialistas hablan de hasta seis perfiles distintos de niños y niñas con altas capacidades, por ejemplo. Ahora sabemos, entre otras muchas cosas, que la inmensa mayoría no destaca académicamente por sus buenas notas, y que no tienen por qué ser personas inadaptadas socialmente: existe un perfil de niños y niñas con altas capacidades muy adaptativo.

No todos son alumnos "de 10"

Otra de las cosas que sabemos es que los niños y niñas con altas capacidades no tienen por qué ser de diez en todas las asignaturas. Es más, lo habitual es que destaquen en algunas áreas pero no en todas, algo que suele coincidir con aquellas que más interés les generan. Puede que tu hijo con altas capacidades esté multiplicando con seis años porque tiene una facilidad pasmosa y además le interesa aprender más en este campo, pero también puede que tu hijo con altas capacidades oiga matemáticas y su reacción sea parecida a cuando le decís que va a comer brócoli. Bajonazo. 

Destacamos que también suspenden, y mucho más frecuentemente de lo que parece, por ello es muy importante que niños que suspenden, con altas capacidades, tengan la oportunidad de demostrar sus habilidades en lo que les apasiona. 

Las causas por las que suspenden no suele ser su alta capacidad, sino aburrimiento, falta de habilidades sociales, incluso debido al bullying que puedan llegar a sufrir.

¿Te ha ocurrido alguna vez? Quizá estés buscando en internet si hay ejemplos similares porque tú siempre habías oído que las altas capacidades y la ciencia iban de la mano. Pero no tiene por qué ser así. Sí, hay ejemplos de niños y niñas con altas capacidades descritas a los que las matemáticas les dan bastante igual. Mi hija mayor es así.

A la peque, desde bien pequeña, le han interesado áreas vinculadas a la cultura y el arte. La lectura, el teatro, la pintura, el baile y la música son sus grandes pasiones hasta la fecha en sus seis añitos de vida. Todo lo que tenga que ver con estas actividades le apasiona. Se puede tirar practicando o viendo cualquier cosa que tenga que ver con ello durante horas, sin cansarse. También le suscitan interés cuestiones propias de otras áreas, como el inglés o sociales, aunque sea en menor medida. En cambio, no le atrae especialmente, salvo excepciones, descubrir nuevos deportes, y muestra cero interés en las matemáticas, la informática y todo eso que podríamos meter en el saco de la rama de “ciencias puras”, concepto en el que nos manejamos bien los millenial.

No quiere decir esto que se niegue a practicar si le mandan alguna tarea sobre ello. Por ejemplo, practica sus sumas, sus restas y sus problemas matemáticos en casa, y se va animando a poner en práctica lo aprendido con algunos juegos. Pero, en líneas generales, pasa de las matemáticas, y no hay nada de malo en ello mientras no se convierta en un problema para su motivación. Digamos que cumple el expediente, que, como niña curiosa y motivada que es, mantiene un nivel medio en relación a sus compañeros en este tipo de asignaturas. Pero jamás ha mostrado entusiasmo o ganas de profundizar en ellas fuera del ámbito escolar. Es más, es de las pocas cosas que tenemos que potenciar a través de situaciones creativas y lúdicas, como puede ser jugar a los supermercados con una caja registradora o poner en práctica juegos sencillos con los dados como protagonistas.

Esta confesión no pretende más que servir de ejemplo para quienes crean que las altas capacidades van unidas de forma inseparable al alto nivel académico e interés por las áreas científicas y matemáticas. El universo de las altas capacidades es infinitamente más variado, amplio y rico. 

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