Es una realidad que la situación económica no es la más halagüeña para las nuevas generaciones. En términos prácticos, dejando a un lado las necesidades emocionales que sin duda alguna son las más importantes en la infancia, podemos hacer mucho por ellos de cara a cuando pasen a la edad adulta si destinamos una cantidad modesta de dinero para su ahorro. Puede ser cada mes o, al menos, periódicamente.
Esto es lo que se llama ahorro sistemático, y en la infancia es ideal, ya que puede suponer un impacto muy positivo en el futuro de los peques a medida que crezcan y den el salto a todo lo que conlleva la mayoría de edad, “hacerse mayor”, como a menudo ellos y ellas mismos dicen.
No vamos a recomendarte si tienes que escoger entre alguno de los planes de ahorro sistemático que ofrecen los bancos porque cada uno tiene sus circunstancias, sus necesidades y su opinión sobre este tipo de productos, y esto no es un publirreportaje. Pero si nos detenemos en las objetivas consecuencias positivas que hacer un pequeño (gran) esfuerzo por nuestros hijos e hijas pueden tener en sus vidas a largo plazo.
Siempre hablamos de un esfuerzo económico sostenido, de granito a granito, y sin que ello conlleve dificultades en el presente. Somos consciente de que no todo el mundo puede ahorrar 30 euros al mes para sus peques, como exigen muchos de los citados planes bancarios de los bancos. Ni siquiera es necesario adherirse a ellos porque basta con tener una cuenta corriente para un menor de edad que utilizar a modo de hucha donde metáis una pequeña cantidad mensual o periódica, y en la que a medida que vuestros hijos e hijas tengan algunos ingresos (becas, ahorros por regalos familiares o trabajos, ya en la adolescencia) puedan también contribuir a su propio ahorro económico.

Es indudable que la suma de estas pequeñas cantidades pueden suponer un punto de partida mucho más amable y benévolo para tus hijos e hijas cuando empiecen a requerir esa independencia económica que la vida adolescente y, sobre todo, la adulta, llevan asociados.
La clave, en todo caso, y así lo explican los expertos financieros, es que en el ahorro a largo plazo hay que huir del riesgo. Valora tus objetivos y tus posibilidades, porque tienes opciones como las cuentas corrientes y depósitos a plazo fijo, los planes de ahorro a largo plazo o las cuentas de ahorro enfocadas en gastos, esta última en el caso de que tus hijos e hijas tengan edad para ir gestionando poco a poco su dinero, aprendiendo a hacerlo.
Es esencial definir vuestros objetivos de ahorro y el plazo de inversión que os ponéis, y eso solo se puede hacer de manera individual porque las circunstancias familiares son únicas. De lo que no hay duda es que haciéndolo será mucho más sencillo tomar la decisión con respecto al ahorro de vuestros peques, y que esta decisión sea la acertada, cosa que es más importante incluso que la primera.
Y no os agobéis con la cantidad a aportar para el ahorro de vuestros hijos. El tiempo corre a su favor, por lo que incluso con 10 o 20 euros al mes podéis ayudarles muchísimo. Granito a granito. La cuestión clave es plantearse hacerlo y valorar si es posible y si entra dentro de vuestros objetivos.