Cinco hábitos que han tenido un impacto positivo en nuestra hija con altas capacidades

Como padres de una niña con altas capacidades vivimos el reto diario que supone acompañarla y, en la medida de lo posible, ayudarla en su desarrollo. Estos cinco hábitos han tenido un impacto muy positivo en ella.
Vestirle y elegir su ropa

Tener un hijo o una hija, como es nuestro caso, con altas capacidades es un reto añadido a la maternidad/paternidad, que ya lo es de por sí. A nosotros nos ha ayudado mucho en casa verlo como una oportunidad: la que tiene nuestra peque ante sí y, sobre todo, la que tenemos nosotros delante para escuchar, observar, aprender y mejorar como personas y como padres. Todo con el único objetivo de acompañarla y, en la medida de lo posible, ayudarla en su camino hacia la madurez.

Recientemente, en esta pieza, compartimos contigo los hábitos que una experta en altas capacidades, Beatriz Belinchón, creía que eran los más importantes en la crianza de un menor con esta característica. En otras piezas hemos hecho lo propio con consejos y conocimientos aportados por otros expertos en la materia, como los psicólogos Alejandro Busto y Olga Carmona o el equipo del gabinete especializado Altascapaciqué.

En este caso, como también he hecho a título personal en algunas piezas anteriores, me centro en la experiencia personal, confiando que pueda ayudar y enriquecer la visión de otras familias con peques con altas capacidades. Y también, por qué no, de aquellas personas que simplemente estén interesadas en saber más acerca de esta cuestión que está tan de actualidad.

Cinco hábitos que nos han funcionado muy bien

El objetivo de esta pieza no es más que compartir algunos de los hábitos que más nos han funcionado desde que sabemos que nuestra hija tiene altas capacidades. Nos han funcionado a nosotros, ya que es esencial entender qué tenemos entre manos, y creemos, desde nuestra humilde opinión, que nos han funcionado y siguen haciéndolo con nuestra hija. Apreciamos un impacto positivo en ella gracias a dichos hábitos.

Lectura

Son los siguientes:

Priorizar su descanso:

No sé si sabéis que los niños y niñas con altas capacidades suelen dormir “mal”. Se despiertan a menudo, no quieren acostarse, tardan en dormirse… Ellos sientes que pierden el tiempo. Pero el descanso es esencial en todos los seres humanos, también en los niños y niñas con altas capacidades, de modo que nosotros siempre hemos dado prioridad al descanso de nuestra peque. Así, poco a poco, mediante la rutina de horarios, los hábitos previos al momento de ir a la cama (la lectura, sobre todo) y el acompañamiento (legitimar que no le guste dormir, explicar mucho por qué debe hacerlo, etc.), hemos conseguido dos cosas (ayuda su madurez, por supuesto): que duerma mejor y que duerma lo suficiente para estar a tope durante las horas que está despierta.

Puede sorprender que sea el primer hábito de esta lista, pero el impacto del descanso en nuestra es enorme y muy positivo.

Partícipe del mundo que la rodea

En la medida de lo posible y dentro del sentido común, tratamos de hacer partícipe a nuestra hija del mundo que la rodea. Esto pasa por abrirle muchas puertas a “cosas de niños”, propias de la infancia, pero también pasa por no cerrar puertas a situaciones que tradicionalmente se asocian como aptas solo para los adultos.

Por ejemplo, no la negamos ir a despedir a su bisabuela a un tanatorio. Al contrario; siempre que ella muestre interés en lo que le rodea, tratamos de facilitar que ella pueda unir los puzzles y responder a los interrogantes que se plantea. Y del mismo modo que hacemos esto, tratamos también de darle voz en aquellas cuestiones que afectan a su día a día: desde el vestirse hasta el qué comer. ¿Para qué vamos a imponer nada a nadie si podemos construir en positivo entre todos? La consecuencia de esto, que no es mala ni mucho menos, es que tendréis que negociar permanente con ellos y haceros entender con argumentos válidos, no con imposiciones.

Elegir su ropa

Legitimar sus emociones

Sobra detenernos a estas alturas en las características propias de la mayoría de niños y niñas con altas capacidades. Entre ellas, la sobreexcitabilidad y la hipersensibilidad. Nuestra hija lo es. Y reconozco que personalmente me costó mucho entender que para ella hay granos que son montañas enormes. Tuve que hacer el esfuerzo inicial de documentarme, leer, escuchar, reflexionar, aotorrevisarme y, por último, cambiar el chip. Lo hice y es la mejor decisión que pude tomar en la crianza de mi hija porque entiendo mucho mejor lo que pasa por su cabeza y lo que siente ante los estímulos que van apareciendo en su vida. También ayuda a que ella se ponga menos nerviosa y confíe en sus padres para comunicar sus sentimientos, aunque esto sea algo en lo que seguimos trabajando.

En definitiva, no hay mejor consejo de los expertos en educación y psicología que el de legitimar aquello que nuestros peques sienten y quieren. Diría que es el pilar de una buena comunicación con ellos y ellas. Y así lo es, desde luego, con los que tienen altas capacidades.

Valorar el esfuerzo y no el resultado

Este es otro consejo o hábito que habrás leído o escuchado de boca de especialistas en altas capacidades. Como las cosas no suelen costarles mucho, si solo valoramos el resultado, la tolerancia a la frustración irá de mal en peor. Nuestra hija apenas la tiene desarrollada, y nos hemos dado cuenta de que no hay mejor forma de alimentar esa tolerancia que a base de explicarle y demostrarle lo mucho que todos nos equivocamos y cuánto cuesta a la mayoría de las personas conseguir un avance en cualquier ámbito. Reforzar el camino, el esfuerzo, y animarla a ser una mejor versión de sí misma cada día, es un hábito que tiene consecuencias positivas. Eso sí, miguita a miguita, pasito a pasito; no dejará de frustrarse en dos días.

Haciendo un puzle - Cavan Images

Fomentar sus intereses y abrirle otras puertas

Fomentar los intereses de un niño o niña con altas capacidades es esencial para empapar esa esponja que tienen por cerebro. Para ello, es fundamental observar, escuchar y aprender cuáles son sus intereses y dedicarles tiempo a ellos. Pero también creemos que es muy importante abrir a estos niños y niñas otras ventanas al conocimiento para saciar su curiosidad. Nosotros tenemos la suerte de que nuestra peque “asoma la cabeza” en cada una de las ventanas que abrimos para ella. No dudéis en hacerlo si tenéis la oportunidad. Luego ya serán ellos los que decidan si quieren seguir asomándose o si prefieren buscar otras vistas. 

Recomendamos en