Preguntarles la lección a tus hijos o que ellos mismos se autoevaluen con recursos tan sencillos como las flash cards son algunos de los métodos que recomienda Marta Portero, investigadora del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona y profesora de Psicobiología, basándose en numerosas investigaciones científicas que han demostrado su efectividad.
1.La práctica de la evocación
La práctica de la evocación consiste en recuperar de la memoria un conocimiento, idea o información que se ha aprendido previamente: "De lo que se trata es de practicar el recuerdo de lo aprendido, ya sea respondiendo a una pregunta, tarea o a una actividad, autoevaluándonos o hasta podemos estar evocando cuando pensamos en aquel contenido o información de forma interna", explica la investigadora Marta Portero en un cuestionario que ha respondido por escrito a Ser Padres.
La experta apunta que cada vez que nuestro cerebro reactiva un recuerdo previamente almacenado, las conexiones neuronales que se han formado subyacentes a la traza de memoria que se ha generado se vuelven más eficientes y más fuertes, lo que permite un proceso cognitivo muy importante denominado reconsolidación de la memoria: "Así, la práctica sistemática de la evocación es una estrategia que fomenta la formación de la memoria a largo plazo y que aquel conocimiento pueda ser estable y duradero", sostiene Portero.
2.Preguntarles la lección a los niños y adolescentes
Mucho más efectivo que leer y subrayar es que a un alumno le pregunte lo que ha estudiado su padre o su madre o tomarse la lección a sí mismo.
Esta técnica que sirve para practicar la evocación es una de las cosas más útiles que puedes hacer con tus hijos para que aprendan pues, de esta forma, recuperan de la memoria aquello que han estudiado, sostiene Portero.
"Cuando alguien nos pregunta la lección estamos precisamente practicando la evocación, ya que nos obliga a explicar a través de nuestras palabras aquello que hemos aprendido y, por lo tanto, estamos forzando al cerebro que lo recuerde conscientemente y así lo pueda consolidar", apunta la neurocientífica.
Además, cuando evocamos, añade, también podemos tener una medida de lo que sabemos más, de lo que dudamos o de aquello que todavía no sabemos y, al ser consciente de ello, podemos revisar y estudiar mejor lo que más nos ha costado recordar. Todo ello hace que sea mucho más probable que se puede recordar en el futuro.
Por otro lado, practicar la evocación antes de una situación de evaluación permite que podamos también tener más confianza y puede reducir la ansiedad ante situaciones de examen. En este sentido y para aliviar la ansiedad ante el estudio también pueden resultarte útiles los consejos de psicología para que niños y adolescentes superen el miedo a los exámenes.
En caso de que no puedas tú u otra persona preguntarles la lección, la autoevaluación también resulta muy efectiva. El propio niño puede explicarse las cosas a si mismo o repetir lo aprendido en voz alta o en la mente.

3.Utilizar "flash cards"
Además de preguntarles la lección, hay otras formas de practicar la evocación y autoevaluarse como realizar esquemas o resúmenes. Para esto último puedes seguir los seis pasos para enseñar a tus hijos a hacer un buen resumen que recomienda una profesora.
Sin embargo, hay otro recurso que, según la ciencia, es realmente efectivo y además es muy sencillo de utilizar, son las flash cards. Las flash cards son tarjetas en las que uno mismo se escribe una pregunta en una cara y la respuesta en la otra.
Marta Portero asegura que este recurso es muy útil porque para practicar la evocación y recuperar de la memoria aquello que se ha aprendido es fundamental comprobar que lo que uno recuerda es correcto.
Además, puede considerarse como un simulacro de examen y según la misma experta, los simulacros aportan el beneficio adicional de reducir la ansiedad frente a los exámenes: “El enfrentarse previamente de forma parecida a lo que el alumno tendrá que hacer el día de la evaluación supone un entrenamiento que tiende a rebajar los niveles de ansiedad”, asegura la profesora de psicobiología.

4.Espaciar el estudio en el tiempo
La práctica espaciada del estudio también cuenta con mucho respaldo científico como estrategia muy efectiva para formar memorias a largo plazo. Según la neurocientífica, si se combina la evocación con la práctica del estudio espaciado en el tiempo el éxito en el examen está prácticamente asegurado.
Numerosos estudios han demostrado que espaciar el estudio en el tiempo es uno de los mejores métodos para hacerlo duradero: hacer el esfuerzo de recordar algo en distintas ocasiones a lo largo del tiempo le indica al cerebro que se trata de una información importante y que conviene tenerla a mano.
Por tanto, hay que evitar los atracones del día anterior al examen, una práctica que, tal vez, da resultado en los primeros años de escuela pero que, además de producir aprendizajes efímeros, cada vez va dando peor resultado según va aumentando la exigencia académica curso tras curso.
En ese sentido, Portero sostiene que masificar el estudio y dedicar muchas horas seguidas en un breve periodo de tiempo facilita trazas de memoria menos estables y duraderas, las que pueden ser útiles para aprobar un examen del día siguiente, pero que en unos días ese conocimiento será más probable que se debilite y olvide.
Siempre que sea posible, espaciar en el tiempo sesiones de estudio y que sean más breves es una estrategia mucho más útil y efectiva para un aprendizaje duradero y profundo, apunta la neurocientífica.
5.Un estilo de vida saludable
Otras estrategias que aconseja la profesora de Psicobiología son:
- Entrelazar materias o contenidos mientras estudiamos; disminuir las interrupciones o estímulos que puedan ser distractores (ruido, música, notificaciones, etc) mientras estudiamos, ya que disminuyen nuestra atención.
- Intentar planificar breves descansos durante las sesiones de estudio
- Procurar tener un estilo de vida saludable, respetando suficientes horas de sueño, una buena alimentación e hidratación, realizar actividad física de forma regular y gestionar los niveles elevados de ansiedad: "Tenemos suficiente evidencia científica que indica como un estilo de vida saludable también tiene efectos protectores para nuestra salud cerebral, y, por lo tanto, nuestra capacidad cognitiva", apunta por último la investigadora.
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