Enseñar a los niños a diferenciar entre arrogancia y autoestima es crucial para que tengan un desarrollo emocional saludable. Al enseñar esta diferencia, los padres y educadores pueden ayudar a formar adultos emocionalmente inteligentes, capaces de navegar con éxito las complejidades de las relaciones personales y profesionales.
La Dra. María Fernández, psicóloga infantil y experta en desarrollo emocional, ha destacado recientemente la importancia de enseñar a los niños la diferencia entre arrogancia y autoestima. En una entrevista reciente, la Dra. Fernández explicó que esta distinción es fundamental para el crecimiento saludable de los niños y su futura interacción social.
"Nuestro objetivo como padres y educadores debe ser criar niños que no solo se sientan bien consigo mismos, sino que también sean capaces de celebrar y apoyar a los demás. Esta es la verdadera marca de una autoestima saludable", comentó esta conocida doctora.
La delgada línea roja
Es muy sutil la diferencia o el límite entre la arrogancia y la autoestima, es una línea muy delgada la que separa a una de la otra y conviene enseñar a los niños a distinguirlas.
La psicóloga señaló que "muchos padres confunden la confianza saludable con la arrogancia, lo que puede llevar a problemas de comportamiento en el futuro" tanto durante la infancia como después, incluso en la edad adulta. Esta confusión puede surgir porque ambas características pueden manifestarse de manera similar en la superficie, pero tienen raíces y consecuencias muy diferentes.
La Dra. Fernández enfatizó que los padres desempeñan un papel crucial en el desarrollo de una autoestima saludable en sus hijos, porque "los padres deben modelar un comportamiento que demuestre confianza sin arrogancia." Esto implica celebrar los logros de los niños de manera apropiada, sin exagerar y sobre todo, sin comparar con otros.

Cómo es una autoestima saludable
La Dra. Fernández explicó que los niños con una autoestima saludable tienden a mostrar confianza en sus habilidades sin menospreciar a los demás, tienen capacidad para reconocer sus errores y aprender de ellos, muestran una disposición para intentar nuevas experiencias y desafíos y sienten empatía y consideración hacia los sentimientos de otros.
Cómo fomentar una autoestima saludable en los niños
Es importante que los padres y las madres centren sus esfuerzos en elogiar el esfuerzo y el proceso, no solo el resultado que se obtiene. También es recomendable enseñar a los niños a reconocer y expresar sus emociones de manera saludable, a fomentar la resolución de problemas y la toma de decisiones independientes y por supuesto, a establecer expectativas realistas y alcanzables. En este mismo sentido, la Universidad de Harvard señala cómo criar niños compasivos teniendo en cuenta que este es un rasgo de la personalidad que siempre va a ser bueno para ellos, no solo en la infancia sino también en la edad edulta.

Los peligros de la arrogancia en la infancia
La Dra. Fernández advirtió también sobre los riesgos a largo plazo de la arrogancia no corregida en los niños y en qué puede llegar a devenir este comportamiento, ella misma explicó que "los niños arrogantes pueden tener dificultades para formar relaciones significativas y enfrentar desafíos en el futuro", lo que puede llevar a problemas de aislamiento social y dificultades académicas o profesionales más adelante en la vida adulta incluso.
La arrogancia infantil puede manifestarse con comportamientos como una necesidad constante de ser el centro de atención, una dificultad evidente para aceptar críticas o correcciones, una tendencia frecuente a menospreciar los logros de los demás e incluso una evidente falta de consideración por los sentimientos ajenos.
Cómo trabajar la arrogancia en los niños
La psicóloga ofreció algunas estrategias para ayudar a los niños a superar las tendencias más propias de un comportamiento arrogante:
- Actividades para fomentar la empatía bien a través de juegos de roles o discusiones sobre los sentimientos de los demás.
- Enseñar la importancia de la humildad y el aprendizaje continuo.
- Establecer consecuencias claras para comportamientos irrespetuosos o arrogantes.
- Modelar comportamientos de gratitud y reconocimiento hacia los demás.
Aunque sea complicado siempre es necesario abordar los comportamientos arrogantes, pasar de la arrogancia a la autoestima será algo que evite que nuestras hijas o hijos tengan dificultades en el momento de entablar relaciones interpersonales, tengan problemas para trabajar en equipo o que presenten una resistencia tal que les impida aprender de los errores. No abordar la arrogancia infantil puede desembocar, según los expertos, en un posible desarrollo de episodios de ansiedad al enfrentarse al fracaso.
La virtud del equilibrio en la crianza
La Dra. Fernández subraya la necesidad de los padres y las madres de encontrar equilibrio en la crianza de los hijos porque “queremos niños seguros de sí mismos, pero también amables y considerados con los demás”, como señaló ella misma.
Este equilibrio se logra mediante la crianza consciente y consistente que valora tanto la confianza como la humildad. Para eso es imprescindible proporcionar amor incondicional al mismo tiempo que se plantean con límites claros, fomentar la independencia de los niños sin dejar nunca de ofrecer apoyo, celebrar los logros sin exagerar su importancia y valorando por encima de ellos el esfuerzo que se ha desarrollado y sin olvidar que los niños y las niñas también deben aprender de los fracasos que van a ir viviendo a lo largo de su vida.
Al comprender y aplicar estos principios, podemos ayudar a la próxima generación a desarrollar una confianza genuina y una empatía profunda, preparándolos para un futuro lleno de relaciones significativas y éxito personal.

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