Acaba de publicarse en la revista científica Nature Neuroscience, el último estudio realizado por investigadoras estadounidenses sobre la plasticidad del cerebro de la mujer antes, durante y después del embarazo.
Un estudio centrado en los cambios neuroanatómicos que se producen durante esta etapa en todos los órganos de la mujer incluido por supuesto el cerebro y en el que se ha podido observar y analizar toda la metamorfosis que vive este órgano en concreto.
Algunas regiones cerebrales reducen su tamaño durante la gestación y al mismo tiempo mejoran su conectividad y son muy escasas las que permanecen intactas durante este proceso.
26 resonancias magnéticas
Los nuevos resultados se basan en escáneres cerebrales realizados a una madre primeriza sana de 38, un total de 26 resonancias magnéticas además de analíticas de sangre realizados desde las tres semanas anteriores a la concepción, los tres trimestres del embarazo y dos años después del parto.
La mujer sobre la que se llevó a cabo el estudio, es una de las propias investigadoras, la doctora Elisabeth R. Chrastil de la Universidad de California. Para Laura Pritschet, autora principal del estudio e investigadora de la Universidad de California, la intención era “observar la trayectoria de los cambios cerebrales dentro de la ventana gestacional”.
Con este estudio se ha representado uno de los primeros mapas completos de todos los cambios neuroanatómicos que se producen en esta etapa y que viven al menos una vez en la vida el 85% de las mujeres en todo el mundo, hablamos de algo por lo que pasan cada año en torno a los 140 millones de mujeres y que nunca se había llevado a cabo, hasta ahora.

Tamaño y conectividad
Las autoras de esta investigación han señalado que los resultados obtenidos encajan perfectamente con la literatura científica que ya hay sobre este proceso pero además, vienen a confirmar lo importantes y consistentes que son estas alteraciones que se producen en el organismo de la mujer gestante.
“Los cambios en la materia gris y blanca del cerebro a lo largo de la gestación sugieren que el cerebro es capaz de una sorprendente neuroplasticidad”, afirman las científicas que descubrieron que se produce una disminución generalizada del volumen y el grosor cortical y un aumento en la microestructura de la sustancia blanca, el volumen ventricular y el líquido cefalorraquídeo. Cambios que se asocian con el aumento de los niveles de progesterona y estradiol y que en algunos casos, persistieron incluso dos años después del parto.
Para la doctora Pritschet una disminución del volumen de la materia gris no es algo malo en sí mismo ya que es un cambio que se puede interpretar como “una puesta a punto” de los circuitos cerebrales, algo que se asemeja mucho con lo que ocurre en el cerebro humano cuando se pasa por la etapa de la adolescencia. En ambas circunstancias vitales se trata de un proceso adaptativo del cerebro.
Lo mismo ocurre con el aumento de la materia blanca, las expertas pudieron comprobar que se trata de una alteración transitoria que tras el parto regresó a sus niveles previos a producirse la concepción.

La salud femenina en pañales
Otra de las conclusiones a las que han llegado al realizar esta investigación es el hecho de que la salud de la mujer ni se estudia ni se financia lo suficiente, la doctora Jacobs, otra de las investigadoras que ha participado en este estudio pionero, señala que “estamos en 2024 y este es el primer vistazo que tenemos a esta fascinante transición neurobiológica.”
Para Emily Jacobs, jefa del laboratorio y participante en esta investigación, “de los 50.000 artículos sobre imágenes del cerebro humano publicados en los últimos 30 años, menos de la mitad del 1% se centran en factores de salud exclusivos de las mujeres. Siendo la mitad de la población mundial solo el 10% del presupuesto de los Institutos Nacionales de Salud se destina a financiar investigaciones sobre enfermedades y patologías que afecten principalmente a las mujeres.”

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