Se estima que una de cada cinco mujeres experimentará un aborto espontáneo a lo largo de su vida, lo que hace que nos encontremos ante un problema relativamente generalizado. Pero las estadísticas señalan que muchos de los abortos no llegan a ser diagnosticados como tales, porque ocurren incluso en momentos anteriores a que la mujer supiera que estaba realmente embarazada.
Puesto que sobre el aborto espontáneo no tiende a hablarse a menudo, es común que muchas personas no estén del todo seguras de cómo responder cuando alguien se enfrenta a una situación tan dolorosa.
Lo que se diga evidentemente dependerá naturalmente de la relación que tengamos con esa persona. Pero, por suerte, existen una serie de pautas básicas y generales que pueden ser de mucha ayuda, y que deberían ser tenidas en cuenta.
Algunas pautas útiles a tener en cuenta
Antes de empezar
Los expertos son claros: menos es más, especialmente cuando no conocemos bien a la persona que ha sufrido el aborto espontáneo. Es conveniente validar la experiencia de la persona, por ejemplo, mencionando que lamentamos lo ocurrido, e indicarle seguidamente que estamos disponibles para cualquier cosa que pueda necesitar.
Este consejo es muy útil, sobre todo, para aquellas personas que no saben muy bien cómo reaccionar y que, por ejemplo, se quedan en blanco sin saber qué decir. También puede ser adecuado ser sinceros/as y decirle que no estamos del todo seguros sobre qué decirle o cómo ayudar, pero queremos que sepa que estamos ahí para lo que necesite.
Escuchar y seguir su ejemplo
Principalmente por el deseo de evitar la comodidad, muchas personas prefieren evitar el tema. Pero es un error, ya que en realidad lo único que estamos consiguiendo con esta decisión es invalidar la experiencia de la persona.
¿Lo mejor? Escuchar, especialmente sin ofrecer consejos, validando sus sentimientos.

Verificar si algo anda mal
Es muy común que muchos abortos espontáneos ocurran antes de que las personas compartan que están embarazadas. De manera que si observamos que algún amigo cercano o familiar está atravesando un momento difícil, y no sabemos muy bien qué le ocurre, es importante señalar aquello que estamos viendo y ofrecerle nuestro apoyo aún sin conocer qué le está sucediendo.
Muy a menudo, este tipo de situaciones no compartidas con el resto de familiares o amigos pueden hacer que la persona se enfrente a episodios de depresión mayor, ya que siente y sufre en silencio.
Tener en cuenta el contexto
Atender al contexto en todo momento es fundamental. Aunque un aborto espontáneo es suficientemente doloroso por sí solo, algunas circunstancias pueden acabar agravando el trauma. Es lo que ocurre, por ejemplo, en aquellas parejas que han pasado por un proceso agotador y costoso para quedar embarazadas.
También puede ocurrir cuando los abortos espontáneos son recurrentes, ya que tienden a tener un costo emocional particular. Y para quienes han seguido un tratamiento de fertilidad, como podría ser el caso de una FIV.
Ser sensible en futuros embarazos
Muchas de las personas que experimentan abortos espontáneos desean quedarse embarazadas de nuevo. Pero las pérdidas pueden causar cicatrices que otras personas no llegan a comprender del todo (principalmente aquellas que no han pasado por ello). Por ejemplo, es posible que la embarazada que sufrió un aborto con anterioridad no desee hacer ninguna celebración, o incluso prepararse para el bebé, por temor a que vuelva a ocurrir algo similar.
De ahí que sea esencial que tanto la familia como los amigos deban moderar sus propias expectativas en torno a algunas de esas tradiciones que les entusiasmaron, porque necesitan apoyar los sentimientos de la mujer embarazada.