Ser Padres

10 errores educativos que probablemente estés cometiendo

Criar a un hijo no es fácil, educar a un niño tampoco. Cuando no se hace bien las consecuencias son niños malcriados con un carácter horrible, sin capacidad para gestionar sus emociones y, en general, maleducados.

Cuando hablamos de niños maleducados o malcriados debemos centrar la atención en las personas encargadas de su educación y su crianza, no en el niño en sí. Los niños son lienzos en blanco y van dibujando sus personalidades, hábitos, gustos y creencias con la base sólida que supone, o debería suponer, lo que los adultos responsables de su educación y crianza van haciendo y en las decisiones que ellos van tomando en lo referente al pequeño.

Muchas veces, y con la mejor de las intenciones siempre, cometemos errores en la educación de los niños que tienen consecuencias claras en su crianza. Es decir, nos autosaboteamos sin darnos cuenta y mandamos señales contradictorias al niño que, ante las distintas señales, acaba hecho un lío y, como consecuencia, actúa como le apetece sin tener una guía de comportamiento al sentir que ha carecido de ella, pese a que nosotros considerásemos que habíamos sido claros con la forma de actuar que esperábamos o queríamos de él.

Los niños pueden ser más o menos activos, más o menos trastos, con ideas más o menos locas, más o menos brutos pero, en general, un niño sano lo es todo y nada a la vez y es labor de padre el encauzar su energía de la manera adecuada, así como dotarle de herramientas que le permitan gestionar sus emociones y, también, una guía sobre comportamiento para que el niño sepa cómo deben comportarse y de qué manera dependiendo del lugar y la gente de su alrededor.

Sin embargo, cuando vemos un niño que pega, contesta o se pasa el día entero molestando a sus hermanos, amigos, padres… no nos damos cuenta de que el problema es de base, de la base educativa del pequeño, y que de poco sirve una regañina puntual si no se ataca el problema desde la raíz.

Dicho esto, es normal cometer errores, no somos máquinas perfectas y debemos adaptar la forma de educar a la personalidad de cada hijo, con lo que supone que, irremediablemente, nos vamos a equivocar en muchas cosas. Al final, lo que debemos tener en cuenta siempre es la necesidad de aplicar, con disciplina y coherencia, normas y estrategias educativas, evitando caer en errores comunes como los que os detallamos a continuación.

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