Defender que tu hijo tiene altas capacidades cuando no es así puede tener consecuencias negativas

Sobrevalorar a los niños y niñas es uno de los peligros de la crianza de los que la ciencia lleva años invirtiendo, y es algo que se da en el fenómeno de las altas capacidades.
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Una familia de cuatro miembros. - Getty Images

En diferentes piezas publicadas en Ser Padres hemos hablado de la importancia que tiene y las claves para la detección precoz de las altas capacidades intelectuales y de cómo los datos siguen demostrando que hay muchos peques que pasan desapercibidos; incluso te dimos la la razón por la que hay muchos niños y niñas con altas capacidades sin detectar en España. Pero no hemos hablado de un fenómeno que también se produce en las altas capacidades, sobre todo desde que se divulga más sobre esta neurodivergencia: lo peligroso que puede ser para un niño que sus padres se empeñen en que tiene altas capacidades cuando no es así.

En las altas capacidades son muchos más los casos de niños y niñas que se escapan y quedan sin detectar que los casos de niños y niñas que no tienen altas capacidades cuyos padres se empeñan en afirmar contra viento y marea que las tiene, aunque los test de altas capacidades digan lo contrario. Todas las familias que tenemos algún peque con altas capacidades conocemos algún caso así si nos movemos en redes de familias con otros niños y niñas neurodivergentes, si bien es imposible hablar de porcentajes comparativos; solo son evidencias personales que cada uno podemos palpar en nuestros respectivos entornos.

Dicho esto, existe un problema real derivado de sobrevalorar a los niños y niñas, lo cual aplica a muchos aspectos de la crianza, especialmente académicos, y también a si tienen o no altas capacidades, aunque ya hemos contado en numerosas ocasiones por qué no es oro todo lo que reluce en las altas capacidade, como demuestras las emociones que pueden sentir los niños con altas capacidades en relación al colegio cuando las cosas no van bien. 

De este problema lleva años advirtiendo la ciencia a través de distintos estudios que, si bien no están enfocados exclusivamente en las altas capacidades intelectuales, sí profundizan en las consecuencias que tiene en los peques que sus padres y madres les sobrevaloren.

Padre ayudando a su hijo a estudiar - Getty Images/iStockphoto

Por ejemplo, el estudio My child is God’s gift to humanity: Development and validation of the Parental Overvaluation Scale ("Mi hijo es el regalo de Dios para la humanidad", en español), publicado en el Journal of Social Psychology asegura que el elogio efusivo a los niños y niñas por parte de padres y madres puede tener consecuencias negativas en ellos. “Aunque es natural que los padres valoren a sus hijos, algunos padres los ‘sobrevaloran’, creyendo que sus propios hijos son más especiales y tienen más derechos que otros niños”, señalan los investigadores, que introdujeron el concepto de sobrevaloración parental, que es precisamente el fenómeno que se está dando con el auge de las altas capacidades intelectuales.

En la misma línea se expresan los responsables del estudio Origins of narcissism in children, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Ohio State. Estos advierten de que sobrevalorar a los hijos e hijas, tengan altas capacidades o no, puede provocar conductas narcisistas en ellos y ellas.

“Los niños se lo creen cuando sus padres les transmiten que son más especiales que los demás”, decía Brad Bushman, coautor de la investigación, cuando se publicó. Brushman, atendiendo a los resultados del estudio, se atrevía incluso a dar un consejo a padres y madres: “que transmitan afecto y aceptación a sus hijos sin transmitirles la idea de que son superiores a los demás”, aconsejaba.

Madre e hijo al salir del colegio - Getty Images/iStockphoto

De narcisismo y otras consecuencias negativas habla también un tercer ejemplo científico de las consecuencias negativas para los menores que tiene el hecho de que sus padres y madres les sobrevaloren, todas ellas consecuencias aplicables a niños y niñas que no tienen altas capacidades intelectuales aunque su familia se empeñe en lo contrario.

Hablamos del estudio titulado Threatened egotism, narcissism, self-esteem, and direct and displaced aggression: does self-love or self-hate lead to violence? ("Egoísmo amenazador, narcisismo, autoestima y agresión directa y desplazada: ¿el amor propio o el odio hacia uno mismo conduce a la violencia?”, en español), desarrollado por un grupo de expertos de la universidad de Iowa, que midió la autoestima y el narcisismo.

En este caso, el estudio concluye, entre otras cosas, que sobrevalorar a los hijos puede elevar su autoestima, pero también conlleva el riesgo de hacer lo propio con el narcisismo si lo hacemos por encima de los límites adecuados. “La autoestima resultó irrelevante para la agresión. La combinación de narcisismo e insulto condujo a niveles excepcionalmente altos de agresión hacia la fuente del insulto”, concluyen.

Padre e hijo haciendo lo que hacía Groucho Marx cuando alguien encendía la televisión - Getty Images

En definitiva, sobrevalor a los niños y niñas con altas capacidades e insistir en ello cuando los resultados de las pruebas apuntan en otra dirección puede tener consecuencias en su personalidad. Y, por descontado, puede provocarlas también a nivel social, ya que, por lo general, esta lucha de padres y madres suele estar dirigida al colegio, con el que acaba deteriorándose su relación, lo cual siempre tiene un impacto en los niños y niñas. En algunos casos, incluso puede suponer un cambio de colegio.

Por ello, lo recomendable es evitar autodetecciones o falsas detecciones caseras y, como recomiendan los psicólogos especializados en altas capacidades Alejandro Busto y Olga Carmono, no tener miedo al diagnóstico ni a la etiqueta. Ante la duda, si hay varias señales que pueden indicar que un menor tiene altas capacidades, el consejo de los especialistas es precisamente acudir al equipo de orientación del colegio o/y a un centro de psicología especializado en esta neurodivergencia.

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