Muchos niños con altas capacidades no interpretan ni viven la amistad como la mayoría de las personas. Los expertos en la materia así lo advierten, centrándose sobre todo en aquellos menores que tienen asincronía emocional, intelectual e incluso biológica. Aquellos que sí son capaces de regularse emocionalmente, un patrón que es poco habitual en altas capacidades, no experimentan las dificultades en la amistad que sí pueden vivir los demás niños y niñas con altas capacidades.
En un post reciente, una de las fuentes más recomendables de divulgación en redes sociales si os interesan las altas capacidades, Beatriz Belinchón, profundiza en cómo es la amistad para la mayoría de peques con altas capacidades, una de las cuestiones “que más preocupan a las familias”, señala.
Lo es, añade, porque “vemos que es distinto” a lo que entendemos por amistad en el caso de muchos niños con altas capacidades. Para ellos y ellas, no siempre es agradable ni plató de buen gusto “Pertenecer a grupos numerosos, tener planes encadenados, o la necesidad de forma parte de muchos grupos muy variopintos…”, continúa Beatriz Belinchón. El motivo, se pueden llegar a “saturar y desubicarse”, apostilla.

No es cuestión de cantidad
Esta es una de las características más extendidas en los niños y niñas con altas capacidades en relación a a amistad: no suelen tener grupos de amigos y amigas grandes, sino todo lo contrario, suelen tender a tener grupos reducidos. “Ante la falta de intereses comunes con sus pares biológicos, son muy frecuentes grupos de amistades más estrechos (para algunos 5 ya seria multitud)”, afirma Belinchón.
En este punto, la experta en altas capacidades matiza que en las niñas puede ser distinto ya que “suelen preferir ser parte del grupo aunque sus intereses sean muy distintos”. Y recuerda que el hecho de tener pocos amigos y amigas no implica que el niño o niña tenga pocas habilidades sociales, puede ser algo deseado por el menor. “No podemos afirmar que tienen falta de habilidades sociales porque no tengan un grupo amplio de amigos o que sus intereses sean distintos respecto de ciertos juegos o actividades”, dice Beatriz Belinchón.
En este sentido, la especialista puntualiza que no es lo mismo habilidades sociales que amistad, conceptos que solemos confundir: “las habilidades sociales son un concepto más amplio que implica asertividad, empatía, cooperación, resolución de conflictos, comunicación…”, expone Belinchón.

La preferencia por los mayores
Una Segunda característica relativamente común en la amistad y los niños y niñas con altas capacidades es su gusto por compartir tiempo y espacio con personas mayores que ellos y ellas.
Esto, según Beatriz Belinchón, es normal por esa disincronía de la que te contamos en detalle aquí. “Son mucho más afines a personas mayores y adultos porque intelectualmente encuentran más similitudes, intereses, retos, actividades más creativas…”, afirma.
Esto no quita para que les acompañemos y ayudemos a relacionarse con sus iguales. De hecho, subraya Beatriz Belinchón que “es muy importante que ellos sepan diferenciar entre sus amigos y aprendan a relacionarse con personas de su edad porque no siempre podrán elegir”.
En definitiva, además de con estas dos particularidades especiales, la amistad para los niños con altas capacidades se define por una serie de términos que comparte la especialista: “leal, honesta, transparente, que no precisa de tanta presencialidad, empática, recíproca, exigente, intensa, que no requiere muchos planes sociales, sino de intimidad y de generar espacios de confianza”.
Por lo general, suelen vivir la amistad de forma muy intensa, “se entregan al 100%”, apunta Belinchón al dar mucho, tienen a creer los niños y niñas con altas capacidades que a menudo no reciben todo lo que se merecen. Esto supone un riesgo de que aparezcan la frustración y el dolor, dice Beatriz Belinchón, lo cual también puede derivar en relaciones de dependencia, añade.
Por todo ello, es conveniente que les acompañemos y ayudemos a lo largo de su camino evolutivo con un ojo puesto en sus relaciones sociales.