Todos los peques pueden tener miedos, manías o costumbres. Aunque a menudo asociemos el TOC con adultos, este trastorno de ansiedad también afecta a niños y adolescentes. A continuación, leemos un cuento y conocemos un poco más sobre sus señales.
Había una habitación muy grande, que estaba dividida por una línea invisible: a la izquierda, el orden y perfección, y a la derecha, el caos absoluto del desorden.
Pero esta historia no va solo de caos y control. Trata de Carmen Castaña, una niña que tenía su habitación tan ordenada que parecía una exposición de museo. Sus revistas de ciencia se alineaban por colores, pero también por fechas. Su colección de piedras favoritas estaban clasificadas por nivel de dureza y hasta la ropa estaba clasificada con su propio porcentaje estadístico de frecuencia de uso.
Todo parecía perfecto e impoluto o al menos, en la parte izquierda. Porque justo en la derecha vivía su hermano mellizo Jota, el alegre y el torbellino. El que no distinguía entre calcetines limpios y sucios y el que abría un cajón y tenía su ropa guardada hecha una bola. ¡A pesar de ser mellizos eran el yin y el yang!
Carmen descubrió una mancha de tinte y la examinó con su lupa para distinguir bien el color, ya que a Carmen le costaba diferenciarlos por su daltonismo.

¡Qué desastre!
Era una mancha enorme, ¿qué más daba el color? Carmen tenía un gran problema que tenía que solucionar inmediatamente o pensaba que algo malo podría ocurrirle en cualquier momento. ¿Y qué podía hacer? ¿Reordenar todas sus zapatillas? ¿Pintar la zapatilla del mismo color que la mancha?
Carmen sacó su libreta para apuntar todas las soluciones posibles y que se le ocurrían para arreglar la asimetría. Mientras tanto, su hermano Jota entró masticando una manzana y tarareando una canción.
Justo cuando ya Carmen tenía apuntada la solución número 22 a su problema, Jota agarró una toallita húmeda, frotó su zapatilla y…
¡La mancha desapareció!
—¿Te vienes ya a desayunar? —le preguntó Jota.
Problema resuelto. El caos había rescatado a Carmen y su zapatilla volvía a estar limpia. ¡Realmente impecable! Todo volvía a estar en su sitio, gracias al desastroso de su hermano. A veces, se necesitaban mutuamente para encontrar el equilibrio. Y así, Carmen y Jota, en su eterna dualidad, sabían en el fondo que el orden y el desorden no siempre son lo que parecen. Además, pese a sus diferencias, los hermanos mellizos también sabían que ambos podían convivir perfectamente en armonía.

El TOC en la infancia: Cuando la mente no para
Todos los niños tienen preocupaciones y dudas. Es parte natural de su desarrollo. Sin embargo, los niños con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) no dejan de preocuparse, sin importar cuánto deseen hacerlo. Y, con frecuencia, estas preocupaciones los obligan a comportarse de cierta manera una y otra vez, atrapados en un ciclo que genera ansiedad, frustración y culpa.
Lejos de ser una manía pasajera o una simple costumbre, el TOC infantil es un trastorno de ansiedad que se manifiesta a través de obsesiones (pensamientos intrusivos y angustiosos) y acciones repetidas que el niño siente que debe realizar para reducir su ansiedad. Cuando la preocupación se hace gigante o el miedo aparece de forma irracional limitando su día a día entonces podríamos estar ante señales del TOC infantil.
Las causas son las mismas que en el caso de los adultos y suelen ser biológicas y psicosociales. Además, los síntomas son similares al de los adultos, aunque en el caso de los niños afecta especialmente en el colegio y tiene un impacto significativo en el rendimiento escolar. Por ejemplo, es posible que un niño con TOC no sea capaz de utilizar un baño en la escuela por un miedo obsesivo y frecuente a adquirir cualquier enfermedad o, por el contrario, lavarse de forma compulsiva las manos.
La clave para diferenciar entre comportamientos normales, otras condiciones y el TOC radica en su intensidad, frecuencia, malestar asociado y el impacto en su vida diaria. Y, ante la duda, como siempre recordamos es recomendable consultad con un experto profesional, ya que podrá responder a través de una evaluación para evitar diagnósticos erróneos y asegurarse de que el niño reciba el apoyo adecuado en el caso de realmente necesitarlo.

¿Cómo diferenciarlo de una etapa o de una personalidad perfeccionista?
Querer ver la misma película, seguir un orden específico para vestirse o tener “manías” temporales son comportamientos comunes y, generalmente, transitorios. Algunas de las diferencias con el TOC pueden radicar cuando las obsesiones le causan un sufrimiento real o se sienten atrapados sin poder dejar de hacer ciertas conductas, aunque quieran. No obstante, en el siguiente enlace te explicamos más detalladamente cómo diferenciar las manías del TOC en niños por la psicóloga Úrsula Perona.
¿Qué puede ayudar a un niño con TOC?
En algunos casos, moderados o graves, el especialista puede valorar el uso de medicación, especialmente si el TOC interfiere de forma seria en su día a día. No es la primera opción, pero puede ser un apoyo temporal en momentos complicados. El TOC se alimenta de la ansiedad, por eso es recomendable cuidar las horas de sueño, la alimentación equilibrada y actividades que lo ayuden a expresas sus emociones.