Criar a un futuro empresario exitoso no es cuestión de suerte. Margot Machol Bisnow, es escritora, esposa y madre, además de destacada analista y ex funcionaria estadounidense que trabajó más de 20 en el gobierno norteamericano como comisionada de la FTC y jefa personal del consejo de asesores económicos del presidente.
Esta investigadora exploró en su libro "Raising an Entrepreneur" (Criar a un empresario) cómo las familias pueden fomentar el espíritu emprendedor en sus hijos. A través de entrevistas con 70 familias de diversos orígenes, reconoció cuatro prácticas clave que coincidían en la crianza de futuros empresarios exitosos que se pueden implementar fácilmente en el día a día de nuestros propios hijos.
Las prácticas de crianza que promueven el apoyo a las pasiones que se enfocan en motivar a los niños para que persigan sus sueños, que se enfocan en la aceptación del fracaso, en la autonomía, que ayudan y enseñan a los niños a desarrollar su creatividad, la curiosidad y la empatía, son fundamentales para formar futuros emprendedores, como también lo son para criar niños y niñas felices tanto en la infancia como en la edad adulta.
Al adoptar estas estrategias, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar las habilidades y la mentalidad necesarias para tener éxito en el mundo empresarial pero sobre todo, en la vida en general.
Apoyar las pasiones de los hijos
Uno de los hallazgos más consistentes en el estudio de Bisnow fue que todos los adultos exitosos tenían una pasión que desarrollaron durante su infancia. Un denominador común en estas familias es el respaldo a las pasiones infantiles, independientemente de su relación con futuras carreras profesionales. Este apoyo permite a los niños desarrollar autoestima, comprender el valor del esfuerzo y cultivar la perseverancia.
Aunque muchos no continuaron con esas mismas actividades en su vida adulta (excepto en el caso de los artistas), las pasiones les permitieron ganar confianza, aprender sobre el trabajo duro y desarrollar la perseverancia. Al involucrarse en actividades que aman, los niños aprenden a confiar en sus capacidades y a esforzarse por alcanzar sus objetivos.
Según la autora, los padres no necesitan entender o compartir la pasión de sus hijos; lo importante es reconocer la alegría que les aporta y apoyarlos en su desarrollo. Este respaldo incondicional genera en los niños un profundo sentido de seguridad, mostrándoles que cuentan con el apoyo de su familia independientemente de los desafíos que enfrenten.
“Estas experiencias les enseñaron a creer en su capacidad para tener éxito cuando se esfuerzan al máximo en algo”, explica la propia Bisnow.

Enseñar a aceptar el fracaso
La capacidad de asumir riesgos está estrechamente ligada a una actitud saludable hacia el fracaso. Las familias de emprendedores exitosos enseñan a sus hijos que los reveses son oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Es más constructivo felicitar a los niños por su esfuerzo y no tanto por sus logros, como señala en este sentido, la conocida psicóloga y divulgadora Elsa Punset.
Al enfatizar la importancia del esfuerzo y la resiliencia, estos padres preparan a sus hijos para enfrentar desafíos y recuperarse de las derrotas.
Para Bisnow, los padres de futuros empresarios entienden que equivocarse es una parte esencial del aprendizaje. Esta mentalidad es clave para desarrollar la capacidad de asumir riesgos, una habilidad imprescindible para los emprendedores.
Una de las citas más significativas que Bisnow menciona en su libro es de la extenista Billie Jean King: “No lo llamamos fracaso, lo llamamos retroalimentación”. Este enfoque les enseñó a sus hijos a recuperarse rápidamente de las derrotas y a convertirlas en oportunidades para crecer.
Fomentar la autonomía y la curiosidad
Estimular la curiosidad y permitir que los niños exploren de manera independiente es fundamental. Estas familias alientan a sus hijos a cuestionar el statu quo y a buscar mejoras e innovaciones y al mismo tiempo, les proporcionan las herramientas necesarias para resolver problemas por sí mismos, evitando intervenir excesivamente y promoviendo la independencia y la confianza en sus propias habilidades.
Las familias entrevistadas por Bisnow también destacaron por fomentar la independencia y la curiosidad de sus hijos desde edades tempranas. Los niños no solo se preguntaban si algo podía hacerse de manera diferente, sino que buscaban formas de mejorar las cosas. Este tipo de pensamiento crítico y creativo es una semilla fundamental del espíritu emprendedor.
Para cultivar la autonomía, los padres evitaron resolver todos los problemas de sus hijos. En lugar de ello, les proporcionaron herramientas y recursos para que pudieran enfrentarse a los retos por sí mismos de modo que no solo estaban reforzando su autoconfianza, sino que también conseguían estimular un sentido de logro personal.
“Los padres de estos futuros empresarios no querían que sus hijos se conformaran con el ‘así son las cosas’. En cambio, les enseñaron a cuestionar, explorar y reinventar el mundo que los rodeaba”, señala la autora.

Inculcar empatía y compasión
La empatía y el deseo de mejorar la vida de los demás son rasgos comunes en los emprendedores exitosos que también se pueden aprender durante la infancia.
Desde temprana edad, se les enseña a preocuparse por las necesidades de su comunidad, orientando sus esfuerzos hacia la creación de productos o servicios que generen un impacto positivo. Este enfoque basado en la compasión impulsa a los niños a desarrollar proyectos con propósito y significado.
El éxito no solo se mide por el dinero o la fama, sino también por el impacto positivo en la comunidad. Bisnow destaca que la mayoría de los empresarios que entrevistó fueron criados con un profundo sentido de empatía y compasión hacia los demás. Desde pequeños, aprendieron a preocuparse por las necesidades de las personas y a buscar soluciones para mejorar su entorno.
“Estos niños no crecieron con la meta de ganar la mayor cantidad de dinero posible. Su propósito era crear productos, servicios o proyectos que ofrecieran tranquilidad y alegría a otros”, explica Bisnow.
Este enfoque, orientado al servicio y la mejora de la calidad de vida, les permitió desarrollar empresas y proyectos con un propósito significativo, algo que los diferenció en sus respectivas áreas. La crianza de futuros emprendedores no se trata de una receta mágica, sino de crear un ambiente donde los niños puedan explorar, equivocarse y aprender a levantarse.
Apoyar sus pasiones, enseñarles a aceptar los fracasos, fomentar la curiosidad y la autonomía, e inculcarles la empatía son los pilares que, según Margot Machol Bisnow, ayudan a construir una base sólida para el éxito. Adoptar estas prácticas no solo preparará a los niños para el mundo empresarial, sino también para liderar vidas llenas de propósito, resiliencia y compasión.
