El Jerte con niños: de los cerezos a los baños en el paraíso
Si escuchamos la palabra ‘Jerte’ es indispensable pensar en cerezos en flor. Pero ‘El Valle’ es mucho más que eso: son aguas cristalinas corriendo entre rollos y piedras planas que parecen colocadas por arte de magia. Son pequeños pueblos con encanto, rutas y aire puro. Sin duda, un destino perfecto para escaparse con los niños.
¿Imaginas poder ver un maravilloso paisaje nevado en plena primavera (obviando las atrocidades en las que está desembocando el temido cambio climático)? Es posible sin salir de España.
Tan solo hace falta desplazase 280 kilómetros de Madrid hacia el oeste; concretamente hasta el norte de Cáceres, lugar donde se encuentra enclavado el Valle del Jerte, el lugar por antonomasia para disfrutar del florecimiento de los cerezos (típicos en la comarca).
Son tan famosos que, incluso, tienen su propia fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional: “La fiesta del Cerezo en Flor” que este 2020 se celebra entre el 21 de marzo y el 1 de mayo. ¿Por qué tanto tiempo? Porque el florecimiento no es exacto y nadie puede saber a ciencia cierta qué día estarán las flores en su máximo esplendor. Eso depende de la meteorología. Aunque, a juzgar por las temperaturas, este año probablemente se adelante más de lo previsto.
Esta fiesta es un auténtico deleite para todos los sentidos de pequeños y mayores, que podrán observar un largo campo blanco hasta donde les alcance la vista. La misma propone rutas senderistas, marchas, representaciones de la vida y un acercamiento al día a día de los habitantes del Valle del Jerte que, muy amablemente, abren las puertas de su región.
Pero, sin embargo, esta comarca esconde muchos más paraísos a parte de los cerezos. Para todos los que no puedan acercarse en esta fecha, verano es otro momento óptimo para acercarse.
Y lo es porque, aunque en Extremadura el calor es un gran conocido en la época estival, en la Comarca del Jerte son muy afortunados: cuentan con Los Pilones: 13 piscinas naturales formadas por la erosión del agua sobre el granito y a las que se puede llegar a través de una ruta senderista (bastante sencilla para los peques) que atraviesa por la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos.
Por si esto fuera poco, la riqueza cultural y arquitectónica del conjunto de los once pueblos por los que está formada esta Comarca y su proximidad a Madrid, hacen de ella un enclave perfecto para pasar un fin de semana o unos días de descanso junto a los más pequeños.
Istock
Primavera y Cerezo en Flor
Uno de los imperdibles de todo el que visita el Valle del Jerte es la Fiesta del cerezo en flor. Esta celebración, que este año se celebra entre el 21 de marzo y el 3 de mayo, engloba a su vez tres fiestas bastante conocidas: ‘El despertar del Valle’ del 21 al 26 de marzo: justo al acabar el equinoccio de invierno y con la nieve aún en la sierra se puede disfrutar de las gargantas cargadas de la fría agua del desnieve, de las primeras aves migratorias que vuelven para pasar el verano y, cómo no, de las primeras flores de los cerezos. A continuación tiene lugar la fiesta más conocida: la declarada de Interés Turístico Nacional ‘Fiesta del cerezo en Flor’ que este año tendrá lugar entre el 27 de marzo y el 4 de abril. Rutas senderistas para ver el espectáculo blanco que brindan las flores de los cerezos, representaciones de la vida típica de la gente del Valle o diferentes actividades de música son solo algunos de los planes de los que se pueden disfrutar.Y para despedirse, del 5 de abril al 3 de mayo se celebra la conocida como ‘Lluvia de pétalos’ cuando los árboles comienzan a perder la flor y se tornan de un verde intenso.
Istock
Los pilones
Otra de las épocas perfectas para visitar el Valle del Jerte es la temporada estival en la que os podréis sumergir en la ‘Garganta de los Infiernos’. Y es que, aunque el calor aprieta en Extremadura, nada como un refrescante baño en los conocidos ‘Los Pilones’: piscinas naturales creadas por la naturaleza al chocar el agua del Río Jerte con el granito de la roca. Para llegar a ellos, tendréis que llegar hasta Cabezuela del Valle y allí tomar el camino en coche que os llevará hasta el Centro de Interpretación de la Garganta de los Infiernos, donde podréis aparcar. A partir de aquí, una pequeña ruta senderista de una hora (y de poca dificultad) os llevarán hasta este paraíso escondido.Si no podéis ir en verano, el otoño o la primavera son las otras dos épocas perfectas para disfrutar de las maravillas que regala la naturaleza en este enclave.
Flickr
Piscinas naturales
Además de ‘Los Pilones’, la comarca está repleta de otras piscinas naturales que se llenan con las aguas del Río Jerte y que están perfectamente acondicionadas para el baño: tienen chiringuitos, zonas de arena, césped… las podréis encontrar a lo largo y ancho de los once pueblos que componen Jerte.
Istock
Cabezuela del Valle
Este es el pueblo más grande de toda la comarca del Valle del Jerte (cuenta con más de 2000 habitantes). De él es especialmente interesante su casco antiguo, declarado conjunto histórico-artístico, compuesto por calles empinadas y callejones ciegos que son los restos de una antigua judería del lugar. Además, en las calles podréis disfrutar de sus numerosas ermitas e iglesias y del Centro de Interpretación del Agua de las Reservas Natural de la Garganta de los Infiernos, en el que explican todo sobre este curioso lugar.
www.turismovalledeljerte.com
Museo de la Cereza
Otro de los lugares que podréis visitar en Cabezuela es el Museo de la Cereza. Una de sus mayores particularidades es que está situado en una construcción típica del valle en la que se pueden apreciar los detalles de la arquitectura de este lugar. En su interior, podréis conocer las diferentes variedades de cerezas (sobre todo las típicas ‘Picotas del Valle’) y hay diferentes recursos interactivos y de representación de todas las labores del cuidado de estos árboles.
www.turismovalledeljerte.com
Mirador de la Memoria
A aproximadamente dos kilómetros desde El Torno (uno de los pueblos) podréis disfrutar de las inmensas vistas del Valle y de la Sierra de Tormantos desde un mirador que no os dejará indiferentes: y es que en él se encuentra situada la estructura que le da nombre: unas melancólicas estructuras (en concreto tres hombres y una mujer desnudos) de tamaño natural que Francisco Cedenilla Carrasco creó en memoria de las víctimas de la Guerra Civil y del Franquismo. Estas se hicieron, si cabe, más famosas después de aparecer en el reportaje ‘El Silencio de Otros’
www.turismovalledeljerte.com
Castaños milenarios
Casas de Castañar es otro de los pueblos que componen la comarca del Valle del Jerte y está rodeado de castaños y robledales. En sus alrededores se conservan varios ejemplares de castaños de superan los 700 años de antigüedad y para visitarlos se pueden realizar diferentes rutas senderistas, quizás un pelín cansadas para los niños. La mejor época para ir es en otoño, ya que los castaños tendrán sus frutos a punto de ser cosechados.
Getty Images
Piornal
Otro de los lugares que no podéis dejar de visitar es el enclave de Piornal, una pequeña población que se sitúa como la más alta de todo el Valle y de toda Extremadura. En concreto, está situado a 1200 metros sobre el nivel del mar, algo que hace que las temperaturas en verano sean de lo más placenteras. Ya el pueblo en sí es un espectáculo por sus numerosas fuentes y por su pequeña plaza pero, si por algo es conocido es por la fiesta de ‘El Jarramplas’, declarada de Interés Turístico Nacional y que se celebra entre los días 19 y 20 de enero. Si vais a ir, os recomendamos llevar bastante ropa de abrigo e ir con cuidado por las carreteras, ya que a menudo suelen estar heladas o nevadas.
Istock
La Vera
Sin duda, no os podéis ir del Valle del Jerte sin acercaros a la Comarca ‘hermana’: La Vera. No hará falta que os alejéis mucho, ya que está prácticamente al lado del Valle. Allí podréis correr por sus pueblos, pasear por el Monasterio de Yuste (en el que murió Carlos V), visitar el castillo de Los Condes de Oropesa en Jarandilla de la Vera (hoy Parador de Turismo) o perderos por sus calles que os trasladarán a épocas lejanas. En la época estival, además, podéis aprovechar para daros un chapuzón en algunas de sus múltiples piscinas naturales conocidas por la gente del lugar como ‘gargantas’.
Istock
Plasencia
Aunque no pertenece ni a esta ni a ninguna otra mancomunidad, Plasencia sí delimita con el Valle del Jerte (y con otras cinco más). Se encuentra en la entrada al Valle, aunque no pertenezca al mismo y allí podréis deleitaros con su maravillosa arquitectura que pasa sus dos catedrales (la vieja y la nueva), la muralla o la multitud de palacios y casas señoriales como el palacio del Marqués de Mirabel o el palacio municipal. También cuenta con parte de l oque era un acueducto medieval.
Apúntate a nuestra newsletter para estar al tanto de todas nuestras novedades