Puerperio: 8 síntomas de alarma que no debes ignorar en el posparto
En el puerperio (los 40 días que siguen al parto) pueden surgir complicaciones. ¿Qué síntomas son normales y cuáles no? Te contamos todos los problemas que se pueden dar en esta época.
En el posparto, el organismo de la mujer experimenta muchos cambios. En esta etapa, llamada cuarentena o puerperio, pueden aparecer algunos trastornos, completamente independientes del embarazo y el parto: es decir, aunque estos hayan sido normales, pueden surgir complicaciones después.
1. Sangrado
Es NORMAL tener un sangrado similar a una regla la primera semana que luego irá disminuyendo poco a poco y cambiando de color a un tono marrón y posteriormente amarillento hasta los 15 o 20 días, aunque haya algún día con un manchado un poco más abundante. Son los loquios.
Es ANORMAL continuar sangrando como una regla más allá de diez días, o volver a tener un sangrado hemorrágico y muy abundante después de varios días de manchado escaso. Esto se produce porque ha quedado algún resto dentro del útero.
2. Fiebre
Es NORMAL una ligera febrícula de hasta 37,5º cuando se produce la subida de la leche.
Es ANORMAL una temperatura de más de 37,5º en varias ocasiones, en cualquier momento del posparto. Esto indica que hay una infección, que puede estar localizada en las mamas, el útero, la episiotomía, la incisión de la cesárea, o en la orina, y que será necesario tratar con antibiótico.
3. Hipertensión arterial
Es NORMAL que la tensión después del parto esté en cifras bajas (sobre 120/60), incluso aunque en el embarazo haya estado alta y la madre haya tenido tratamiento.
Es ANORMAL tener tensiones de 140/90 o más. Cuando la tensión sube mucho, se nota un intenso dolor de cabeza, que no cede con calmantes, y puede haber destellos en la vista. A veces también aparece dolor en la parte alta del abdomen.
4. Fatiga
Es NORMAL sentir cansancio debido a los cuidados del bebé, la falta de sueño y la adaptación a los cambios. Incluso puedes sentir que eres capaz de realizar esfuerzos importantes.
Es ANORMAL sentir un cansancio extremo que no te permite realizar las actividades de la vida cotidiana ni cuidar a tu recién nacido. Puede deberse a una anemia. Tampoco es normal sentir dificultades para respirar, lo que, aunque es muy infrecuente, podría deberse a un trombo en el pulmón.
5. Molestias en el pecho
Es NORMAL que los primeros días de la lactancia aparezcan algunas molestias en las mamas, porque están inflamadas y los pezones son extremadamente sensibles y no están acostumbrados a la succión continua del bebé.
Es ANORMAL que sea un dolor insoportable, que el pecho tenga zonas enrojecidas muy dolorosas y calientes (síntomas de mastitis) o que los pezones estén agrietados y heridos. Si esto ocurre, hay que vigilar el enganche y la postura del bebé mientras mama.
6. Dolor
Es NORMAL que las heridas después del parto (desgarro, episiotomía, herida de la cesárea) duelan durante unos días, pero debe ser un dolor soportable, que se calma con analgésicos y que mejora día a día.
Es ANORMAL un dolor insoportable que no se calma con analgésicos y que nos impide hacer las actividades de la vida cotidiana. Puede deberse a una infección, un hematoma o una dehiscencia (que los puntos se hayan abierto) en la herida.
7. Mal olor
Es NORMAL que la zona genital de una mujer que acaba de parir tenga un olor muy fuerte, aunque haya una higiene adecuada. Las secreciones (loquios) huelen de una forma especial.
Es ANORMAL que huela muy mal (con olor a carne podrida). Puede deberse a una infección dentro del útero que además se acompañaría de dolor en la tripa por debajo del ombligo.
8. Tristeza
Es NORMAL tener una sensación de tristeza y desánimo unos días después del parto, por el cansancio, la adaptación a los cambios que supone tener un hijo y por la revolución hormonal que se produce tras el parto. Suele durar unos días, este fenómeno se llama “Maternity blues”.
Es ANORMAL que esa tristeza dure más allá del primer mes, que te impida cuidar a tu bebé y continuar con tu vida. Puede ser el principio de una depresión posparto que hay que tratar.