La maternidad y la paternidad son una etapa única y maravillosa, pero también llena de dudas e inseguridades. Hoy te doy cinco consejos sobre la salud de los niños para que disfrutes la crianza de tus hijos desde la tranquilidad.

Si estás preocupado/a, observa el estado general de tu hijo
En pediatría, el estado general es clave para identificar cuándo una enfermedad es grave. Por ejemplo, en el caso de la fiebre: si un niño está con fiebre, pero tiene buen ánimo, ríe, juega y se comporta igual que habitualmente, las posibilidades de que tenga una infección grave son muy bajas. Por el contrario, si observamos que nuestro hijo está irritable, o somnoliento, o no responde a estímulos como lo haría de forma normal, deberemos consultar siempre con el pediatra.
Otros síntomas de alarma que debes tener en cuenta son la dificultad para respirar, manchitas en la piel que no desaparecen al estirar o presionar la piel, convulsiones, rigidez en el cuello, vómitos persistentes, disminución de la cantidad de orina…
La fiebre es nuestra aliada

Muchos papás y mamás tienen pánico a la fiebre, ya que piensan que a su hijo le puede pasar algo malo a causa de ella. Pero hay que tener en cuenta que la fiebre no es una enfermedad, sino que es un síntoma que indica que nuestro organismo está luchando contra una infección. Por esto, no debemos considerar a la fiebre una enemiga, si no una aliada.
Solo debemos tratar la fiebre en caso de que nuestro hijo presente malestar. En caso de que se encuentre bien, no es necesario dar antitérmicos, ya que el objetivo de estos es que el niño esté lo más confortable posible.
Sí es importante que tengamos en cuenta que, si un bebé menor de 3 meses tiene fiebre, siempre deberemos consultar con el pediatra independientemente del estado general o de si tiene o no otros síntomas.
¡Mejor prevenir!
La pediatría es una especialidad donde la prevención de la enfermedad juega un papel muy importante. Las vacunas son una pieza clave de la prevención en los niños: revisa que tu hijo tenga su calendario vacunal al día, y si le falta alguna dosis, no lo dejes para más adelante. ¡Es una cuestión muy importante!
También es imprescindible que acudáis a los controles de salud de vuestros hijos. En estas consultas, el pediatra no solo revisará el peso y la talla, si no que supervisará muchos otros aspectos y os dará algunos consejos para prevenir enfermedades y mantener un estado de salud óptimo.
Confía en tus hijos y valora sus sentimientos y preocupaciones

Muchas veces los adultos minimizamos los problemas de nuestros hijos, catalogándolos de “cosas de niños”. Sin embargo, los niños también necesitan expresar sus preocupaciones y problemas, al igual que los adultos. Mantener una adecuada comunicación desde la infancia mejorará la relación con nuestros hijos, y hará que se sientan confiados y cuenten con nosotros en caso de que tengan cualquier problema.
Lo estás haciendo bien... ¡disfruta de la crianza de tus hijos!

Aunque puedan surgir muchas dudas, no dejes que el miedo a no estar haciendo algo bien te impida disfrutar de tus hijos. No existen los padres o madres perfectos, si no los que intentan hacerlo lo mejor posible.