En los casos graves de tos ferina en niños, una combinación de factores clínicos puede predecir el desenlace fatal, mientras que una estrategia terapéutica poco explorada podría mejorar la supervivencia. Así lo concluye un estudio reciente publicado en la revista Italian Journal of Pediatrics, que analiza en profundidad los factores de riesgo asociados con la mortalidad por pertussis y la aplicación del recambio sanguíneo (exchange transfusion) en cuidados intensivos pediátricos.
Publicado en 2025 y liderado por un equipo clínico en China, el estudio revisa 170 casos de tos ferina grave ingresados en una unidad de cuidados intensivos pediátricos (PICU) entre 2018 y 2024. Los hallazgos identifican la leucocitosis extrema, el shock y la sepsis como predictores independientes de mortalidad, y exploran el valor del recambio sanguíneo como intervención potencial.
Lo que predice un peor desenlace: la importancia de los biomarcadores
Uno de los descubrimientos clave es el papel de la leucocitosis severa. Los niños que fallecieron tenían recuentos de glóbulos blancos significativamente más altos que aquellos que sobrevivieron. El umbral crítico identificado fue de 48,58 × 10⁹/L, a partir del cual el riesgo de muerte aumentó considerablemente.
Este parámetro se correlacionó con complicaciones como hipertensión pulmonar y falla respiratoria, debido a la hiperviscosidad sanguínea. La leucocitosis no solo sirve como marcador de severidad, sino también como una posible diana terapéutica.
El estudio también destacó otras condiciones asociadas con alta mortalidad: el shock, la sepsis, el síndrome de dificultad respiratoria aguda (ARDS) y la insuficiencia renal aguda (AKI).
Estos hallazgos permiten a los clínicos anticipar complicaciones y actuar con mayor rapidez.

Recambio sanguíneo: una estrategia con potencial, pero aún incierta
El estudio analizó a 39 pacientes que recibieron recambio sanguíneo. Aunque la técnica logró reducir efectivamente los niveles de leucocitos, la mortalidad entre estos pacientes fue mayor (41%) en comparación con los que no la recibieron (17%).
Esto no significa que la intervención sea ineficaz, sino que su éxito depende en gran parte del momento en que se aplica y del estado clínico general del paciente.
Cuando el procedimiento se realizó antes de la aparición de daños orgánicos irreversibles, los resultados fueron más favorables.
Sin embargo, la presencia de infecciones secundarias parece limitar la eficacia del recambio, lo que subraya la necesidad de un enfoque integral y personalizado en el tratamiento de la pertussis severa.
Un llamado a protocolos más precisos y al diagnóstico temprano
El trabajo sugiere que se necesitan criterios clínicos estandarizados para determinar cuándo implementar el recambio sanguíneo.
Establecer umbrales claros podría reducir la mortalidad, evitar daños permanentes y acortar la estancia hospitalaria.
Además, destaca la importancia de no retrasar el diagnóstico, ya que una intervención temprana basada en biomarcadores como el WBC podría marcar la diferencia en el pronóstico.
Con un enfoque centrado en la vigilancia clínica y el uso inteligente de recursos terapéuticos, la tos ferina grave podría ser más predecible y tratable, incluso en entornos de alta complejidad.

La paradoja de una enfermedad prevenible
A pesar de los programas de vacunación, la pertussis sigue siendo una amenaza en muchos países. La infección por Bordetella pertussis puede pasar de episodios leves a un deterioro rápido en menores de seis meses.
Este estudio refuerza la importancia de continuar las estrategias de prevención, pero también de prepararse para los casos que escapan a la inmunización.
El tratamiento no puede depender únicamente de soporte respiratorio o antibióticos: se necesitan alternativas dirigidas a la fisiopatología.
La inclusión del recambio sanguíneo en los protocolos abre un camino que podría cambiar la forma en que enfrentamos las formas más letales de esta enfermedad.
Una estrategia a considerar en contextos críticos
Los autores reconocen los riesgos del recambio sanguíneo: reacciones transfusionales, alteraciones electrolíticas y coagulopatías.
Pero cuando se enfrenta una falla multiorgánica inminente, esta técnica podría ofrecer una oportunidad donde otras terapias fallan.
El estudio pide realizar ensayos clínicos controlados que evalúen su eficacia en distintos contextos, así como establecer recomendaciones para centros con recursos limitados.
Transformar esta terapia de “rescate” en una herramienta estándar podría marcar un antes y un después en la medicina intensiva pediátrica.

Hacia una medicina intensiva más proactiva
El estudio reafirma que los factores de riesgo clínico y los biomarcadores hematológicos deben guiar las decisiones terapéuticas en pertussis grave. La leucocitosis no solo refleja gravedad: es también una posible diana para intervenciones como el recambio sanguíneo.
En un panorama donde muchas muertes podrían prevenirse con medidas oportunas, este tipo de evidencia ofrece herramientas para actuar antes de que sea tarde.
La medicina intensiva pediátrica, con ayuda de la ciencia traslacional, sigue evolucionando hacia una mayor precisión y oportunidad terapéutica.
Y cuando cada hora cuenta, saber a quién tratar, cuándo y con qué, puede significar la diferencia en el resultado.
Referencias
- Chen Q, Lin L, Xiong S, et al. Risk factors and mortality in children with severe pertussis: the role of exchange transfusion in a PICU. Ital J Pediatr. (2025). doi:10.1186/s13052-025-01951-7