Los padres solemos tener miedo a dos etapas en el desarrollo de nuestros hijos: los dos o tres años y la adolescencia. Hemos escuchado que ambas etapas son difíciles y de rebeldía, aunque muy diferentes entre sí. Sin embargo, esas son solo dos de las etapas madurativas que pasarán los niños hasta que lleguen a la etapa adulta (donde también tendrán crisis, como la de los famosos 30 años).
Pero, ¿qué pasa durante esas crisis madurativas y por qué se producen? De acuerdo al psicólogo experto en emociones e infancia Rafa Guerrero, el cerebro tarda aproximadamente unos veinticinco años en alcanzar su punto máximo de desarrollo. Durante estos años, no hay un solo momento en el que descanse: ni siquiera mientras dormimos el cerebro deja de estar en funcionamiento.
Así que, tal y como él mismo lo explica, los niños y los adolescentes irán pasando por etapas hasta alcanzar esa ‘madurez’ que llegará justo en la edad adulta temprana. En algunos casos se retrasará más o llegará antes, pero de acuerdo a sus palabras, siempre estará alrededor de los 25 años. Durante esas etapas, habrá “obras en las carreteras cerebrales” (como llama cariñosamente a las conexiones neuronales). Unas desaparecerán, otras aparecerán…
Además, poco a poco irá teniendo lugar el desarrollo de diferentes partes del cerebro. Por ejemplo: en torno a los diez o doce meses de vida tiene lugar la primera ‘piedra’ que, posteriormente, conectará las emociones con la razón; la piedra angular de la inteligencia emocional. En el primer año se desarrollará el hemisferio derecho, encargado de las emociones.
A partir del segundo año, las conexiones en el hemisferio izquierdo, el que domina el lenguaje y el autocontrol, aumentarán. A los cinco o seis ya sabrán controlar impulsos.
Ya en la adolescencia el cerebro irá descubriendo otras zonas, desarrollando algunas partes que todavía estaban dormidas y, en definitiva, seguirá su camino hacia la madurez. En esta etapa se produce un proceso conocido como ‘poda neuronal’ que no es más que la eliminación de algunas conexiones neuronales y la aparición de otras nuevas. Tiene lugar por la noche, de ahí que el adolescente deba dormir bien.
Pero esto no es más que una explicación rápida de por qué los niños atravesarán ciertas crisis madurativas a las que tendremos que hacer frente los padres. Una explicación necesaria para entender que estas crisis son necesarias para formar la personalidad que los definirá como únicos en su etapa adulta. Y también para comprender que necesitan mucho apoyo, mimos y comprensión para atravesarlas.
A continuación pasamos a definir las crisis madurativas más sonadas a las que tendrán que hacer frente todos los padres.
Los terribles dos y tres años
Es la más famosa de todas porque entre los dos y los tres años aparecen las temidas rabietas infantiles. Los niños buscan espacio, ser escuchados y se frustran si les piden hacer algo que no les interesa.¿Por qué se dan? Porque aparecen emociones más complejas, emociones y sentimientos a los que no se habían enfrentado antes y para los que no tienen las herramientas necesarias de autocontrol. Por eso, se frustran y los hacen frente como saben: gritando, llorando y pataleando.Aquí aparece también el control de esfínteres, para el que no hay que forzar al niño, el juego simbólico y ya son capaces de aceptar normas.

Cómo actuar
Ya hemos explicado muchas veces que las rabietas son necesarias y normales. Y que es un error pensar que los niños tienen rabietas porque tienen algo en contra de sus padres.Las claves son:EmpatíaComprensiónLímites y autoridad, pero con cariñoEl no también es necesario

La crisis de los cuatro años
A esta edad los niños se dan cuenta de que no son el centro del mundo para sus padres. Aquí pueden aparecer, por ejemplo, el repudio hacia las muestras de cariño entre sus padres o entre sus padres y otro adulto.”Esto puede conllevar fragilidad importante, el niño necesita consuelo y apoyo sobre todo, que los padres le pongan en contacto con el mundo extrafamiliar donde podrá encontrar otras satisfacciones nuevas”, afirman desde Formación Activa en Pediatría de Atención Primaria. Pueden aparecer las mentiras, irritabilidad, tristeza…

Cómo actuar
La manera de actuar de sus padres serán prácticamente las mismas que en la crisis madurativa anterior, con la variante de intentar sentir muy querido al pequeño.

A los siete años hay una crisis madurativa
En reglas generales puede aparecer entre los 6 y los 9 años y está relacionada con la percepción del ‘yo’ y del mundo que tienen los niños.En la etapa que abarcan estos años comenzarán la educación primaria y te pedirán más y más libertad para buscar su lugar en el mundo. Además, ya son capaces de relacionarse socialmente mejor y también de hablar mejor.¿Qué harán? En reglas generales comenzarán a revelarse contra las normas y los límites impuestos en casa (pueden comenzar las palabrotas y los insultos como forma de expresar su enfado) o tienen cambios bruscos de humor: de repente están felices y, de repente, se enfadan descomunalmente.

Cómo actuar
Una vez más, la empatía será la mejor ayuda para los padres. Recordarán al pequeño los límites y las normas de casa, de una manera cariñosa, y también el por qué se pusieron. Se intentarán introducir hábitos y rutinas que les ayuden y, sobre todo, ser muy constantes y mostrar autoridad.

¿Qué pasa cuando llega la pubertad?
Antes de la llegada de la adolescencia los pequeños experimentarán otra crisis madurativa. Esta vez, entre los nueve y los doce años. ¿Qué pasa aquí? Que ni son niños ni son adultos, pero sus cambios a nivel físico y emocional son tan grandes que pueden abrumarles. “La pubertad se considera el inicio de los cambios fisiológicos y hormonales que culminarán en la adolescencia con los cambios psíquicos correspondientes”, afirman desde FAPap.En esta etapa el cuerpo cambia y crece, a veces de forma desproporcionada, hasta adquirir la armonía final. Se desarrollan las características sexuales…Pueden disminuir los enfados pero, los que queden, serán muy intensos, aparecen más signos de autonomía, la imagen corporal empezará a importarles mucho (pueden aparecer los primeros complejos), las emociones estarán en un continuo vaivén…

Cómo actuar
Aquí, aparte de la empatía, el diálogo será una herramienta fundamental. Necesitan mucha paciencia, mucho amor y mucha comprensión para sobrellevar todo. Además, los límites y las rutinas seguirán siendo bastante recomendables.

La temida adolescencia
Y, a partir de los 14 o 16 años llegaremos a la crisis madurativa final, antes de entrar en la adultez temprana: la adolescencia. “También llamada tsunami emocional, es un momento en el que hay mucha carga emocional que no puede ser regulada. Es tan peculiar como cualquier otra etapa del ciclo formativo. Cuando un adolescente se comporta de manera impulsiva, no lo hace para desafiar, sino porque su cerebro ‘está en obras’; está formando y reorganizando carreteras en la zona que se encarga de la gestión y el control de los impulsos”. Esto tan interesante es lo que nos contaba Rafa Guerrero sobre la adolescencia.Decía que hasta que terminen esas ‘obras’, cuando nos encontraremos con un cerebro mucho más capaz, habrá impulsividad, cambios de humor, rebeldía,…

Cómo actuar
En Ser Padres hemos dado muchas claves a los padres de adolescentes para saber cómo actuar con sus hijos.Las normas y límites seguirán siendo imprescindiblesEs mejor no optar por castigos muy largos o muy severosNecesitan ser muy escuchados y comprendidosEn esta etapa, la mejor herramienta será la comunicación
