Las rabietas y los problemas de conducta es algo que nos preocupa mucho a los padres. En ocasiones, nos quejamos de que nuestro hijo se porta mal, no nos hace caso, no respeta los límites o entra en rabieta por casi cualquier cosa. El objetivo cuando sucede esto no es juzgar lo que hace (conducta), sino entender por qué lo hace (raíz del problema).
“Los padres y los maestros, influidos por la educación que todos hemos recibido de pequeños, debemos aprender maneras más respetuosas de tratar a los niños que se alejen de los castigos, los chantajes e ignorar sus reclamos de ser atendidos”, explica el psicoterapeuta Rafa Guerrero.
Tradicionalmente, el adulto, ante la pataleta o el mal comportamiento del niño, tendía a criticar y no atender la conducta que manifestaba el menor. Hoy en día sabemos que todo “mal comportamiento” es un mensaje de S.O.S. dirigido al adulto que debe descifrar para comprender qué necesidad no está siendo suficientemente cubierta.

¿Son graves las rabietas?
Tu hijo no tiene un trastorno ni nada grave. Solo está inmerso en la (temida) fase de las rabietas. “Estamos tan acostumbrados a diagnosticar y a ver problemáticas donde no las hay que muchas madres y padres acuden a la consulta angustiados por la situación que está viviendo su hijo”, explica el especialista.
Las rabietas son normales y evolutivas. Algo que comparten todos los menores que están experimentando una rabieta es que hay sufrimiento. Mucho. Cuando sentimos rabia, solemos pasarlo muy mal.
¿Se pueden evitar las rabietas?
“Las rabietas se pueden reducir tanto en intensidad y frecuencia como en duración, pero no eliminarlas por completo. Ojalá fuera posible, ¿verdad? Aun así, debemos quedarnos con el mensaje positivo de que aportan bastante al desarrollo y crecimiento del menor”, señala el experto.
Las rabietas le ofrecen una gran oportunidad de crecimiento, desarrollo de la autonomía y aprendizaje personal. Gracias al desarrollo cognitivo y a que tienen un mínimo de consciencia, comienzan a exigir a sus padres que les traten como a personas diferentes. A través de su conducta, nos están diciendo

“No soy igual que tú” y “No siempre pienso o siento de la misma manera que tú”. Ahora bien, como reza el famoso proverbio chino: “Ámame cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite”.
Tipos de rabietas
- Las rabietas del cerebro inferior nos informan de una necesidad que no está siendo cubierta de manera suficiente por los adultos que rodean al niño. Deben ser atendidas y cubiertas siempre, pues encierran necesidades.
- Las rabietas del cerebro superior son puestas en marcha de manera consciente y deliberada por parte del niño. Este tipo de rabietas solo pueden darse a partir de los tres-cuatro años. No debemos negar la satisfacción de una necesidad (rabieta del cerebro inferior), pero sí poner límites a sus caprichos y deseos (rabieta del superior).