Mi hijo se porta mal: ¿qué puedo hacer?

¿Por qué los niños se portan mal? En este artículo te explicamos los motivos de las conductas no adecuadas en la niñez y cómo puedes ayudar a tu peque a mejorar esta situación.
madre e hija

A todos nos es familiar la frase “es que este niño se porta mal”. Esto es habitual, ya que todos los niños, en diferentes etapas de su crecimiento, tienen comportamientos que no son socialmente aceptables, porque se encuentran en fase de aprendizaje de límites y hábitos. Pero hay casos en los que estas conductas traspasan la línea de la normalidad. 

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Son conductas llamadas “inadaptadas” que, o bien se dan en edades que no corresponden con la suya, o bien pueden obedecer a diferentes motivos. Precisamente, como padres tenemos que ver por qué nuestro hijo se está comportando de esa manera para poder actuar de una u otra forma.

¿Cuáles pueden ser los posibles motivos por los que mi hijo se porta mal?

- Anna Kraynova
  • Dificultades de adaptación ante un cambio: una modificación en el carácter de un niño puede ser la consecuencia de transformaciones en algún factor en su vida. Así, por ejemplo, los cambios de colegio, de residencia, situación personal como un divorcio o la muerte de algún ser querido, pueden afectar de manera considerable al carácter del niño.
  • Baja tolerancia a la frustración: los niños no cuentan todavía con las herramientas necesarias para gestionar la frustración y algunos muestran su agresividad cuando las cosas no salen como ellos esperan.
  • Demanda de atención: hay muchas formas de demandar la atención en los padres. La mayoría de las veces los niños quieren unas caricias y abrazos, pero también pueden demandar esa atención con chillidos y comportamientos violentos, porque al final de lo que se trata es que los padres les presten atención.
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  • Niños poco afines a seguir las reglas: el carácter del niño también puede influir en su comportamiento, ya que algunos aceptan mejor el seguir las reglas que otros.
  • Ansiedad y trastorno del ánimo: por ejemplo, hay niños que sufren ansiedad porque tienen muchos miedos. Son niños que dudan ante todo lo que hacen, tienen miedo a equivocarse, sufren estrés excesivo cuando tienen exámenes y pánico a separarse de sus padres. También hay niños que sufren trastorno del ánimo y siempre están desmotivados. Estos niños son excesivamente sensibles y pueden tener cambios de humor muy bruscos.
  • Falta de habilidades sociales: hay niños que no saben expresar sus sentimientos de una manera asertiva y se comportan de manera pasiva o agresiva. Suelen tener baja autoestima y son muy inseguros (siempre necesitan la aprobación paternal).
  • Capacidad intelectual limitada: algunos niños presentan dificultades para seguir el ritmo de la clase y esta frustración puede traducirse en problemas de comportamiento y rebeldía. Son niños que dependen excesivamente del profesor, tienen baja tolerancia a la frustración y dificultad para controlar los impulsos.
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  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH): los síntomas que caracterizan este trastorno son la falta de atención, hiperactividad e impulsividad que les hace actuar “sin pensar”. Los niños con este tipo de trastorno pueden tener problemas de relación con los compañeros, de comportamiento y rendimiento escolar.
  • Rendimiento en clase: el rendimiento del niño también puede afectar a su comportamiento. Mientras que el niño con bajo rendimiento no llega a su potencial de aprendizaje por falta de motivación, problemas emocionales o de comportamiento, el niño con rendimiento excesivo se esfuerza tanto en las tareas escolares que se olvida de todo lo demás: el trabajo escolar ocupa todo su tiempo libre.
  • Situación de depresión en uno de los padres: un padre o una madre deprimidos son menos tolerantes porque no pueden poner límites consistentes. El niño será consciente de ello y conseguirá aprovecharse de esta situación. También debería tomarse en cuenta que, un niño con padres depresivos además estará expuesto a recibir mensajes negativos que afectarán también a su percepción de la realidad y autoestima.
  • Modo en que los padres educan a sus hijos: en este sentido encontramos por un lado los padres que son muy permisivos con sus hijos y este método dificulta el aprendizaje de la autonomía, el autocontrol y puede provocar problemas de comportamiento por falta de límites. Y por otro hay padres con un modelo educativo basado en una autoridad excesiva. Los niños aprenden porque se les obliga a seguir unas pautas. Esto crea ansiedad, inseguridad y un comportamiento inadecuado en el niño.

¿Qué tenemos que hacer los padres en estos casos?

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Cuando un niño se porta mal, es importante que los padres tomemos medidas adecuadas para abordar el comportamiento y fomentar un cambio positivo. A continuación te explicamos ocho recomendaciones para que las tengas en cuenta:

1. Observar el comportamiento y establecer objetivos: antes de implementar cualquier cambio, es necesario observar y comprender el comportamiento del niño. Hemos visto ya las posibles razones por las cuales un niño puede comportarse mal, es importante que podamos identificar la causa del problema. Esto permitirá a los padres identificar las áreas que requieren mejora y establecer metas claras y realistas para el niño.

2. Utilizar múltiples estrategias: cada niño es diferente, por lo que es importante emplear una variedad de estrategias para modificar las conductas problemáticas. Esto podría incluir la comunicación efectiva, el establecimiento de límites claros, la implementación de consecuencias lógicas y el refuerzo positivo. Una vez que hayamos probado varias, es posible que utilicemos una estrategia más que otra si es que la encontramos más eficaz en nuestro peque.

3. Establecer normas en casa para todos los miembros: es fundamental establecer normas y límites coherentes en el hogar, no solo para el niño que presenta conductas inadaptadas, sino también para todos los miembros de la familia. Esto ayudará a promover un ambiente equitativo y consistente.

4. Evitar situaciones que el niño no puede controlar: es recomendable evitar situaciones que sabemos que pueden desencadenar comportamientos problemáticos en el niño. Al prevenir estas situaciones, se reduce la probabilidad de que el niño se comporte mal y se fomenta un entorno más positivo.

5. Dividir las conductas en pequeños pasos y reforzar cada uno: al abordar una conducta problemática, puede ser beneficioso dividirla en pasos más pequeños y manejables. Reforzar y elogiar al niño por cada paso logrado puede ayudar a establecer y fortalecer la conducta deseada.

6. Evitar la comparación entre los niños: la comparación entre los hermanos o los niños en general puede ser perjudicial y provocar resentimiento y desánimo. Es mejor fomentar un ambiente de colaboración y apoyo mutuo en lugar de crear rivalidad.

7. Adaptar el estilo de crianza según la edad: es importante ajustar la forma en que nos comunicamos y brindamos dirección a los niños según su edad. Los niños pequeños pueden necesitar más dirección y estructura, mientras que los niños mayores pueden beneficiarse de una comunicación más abierta y una participación en la toma de decisiones.

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8. Mantener una buena relación padre/madre-niño: si bien es esencial establecer límites y utilizar técnicas de modificación de conducta, también es fundamental mantener una relación amorosa y de confianza con el niño. La comunicación abierta, el respeto mutuo y el apoyo emocional son clave para un desarrollo saludable.

Recuerda que si el comportamiento problemático persiste a pesar de los esfuerzos de los padres, es recomendable buscar ayuda profesional de un psicólogo infantil. No esperar demasiado tiempo para buscar ayuda puede ser beneficioso tanto para el niño como para la tranquilidad de toda la familia.

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