Tablets, pizarras digitales, plataformas educativas…Los dispositivos tecnológicos y herramientas informáticas están muy presentes en los centros educativos. De esta forma, se prepara a los alumnos y a las alumnas para el mundo digital en el que tendrán que ejercer sus profesiones el día de mañana. Pero en este proceso, se están dejando atrás métodos de aprendizaje tradicionales que resultan fundamentales para su adecuado desarrollo cognitivo y rendimiento académico. La escritura a mano o cursiva es uno de ellos.
Cada vez son más los colegios que apuestan por enseñar a escribir a través de un teclado en detrimento de la enseñanza de la cursiva o escritura manual. El fenómeno es global: ocurre en España, en Finlandia (cuyo modelo educativo siempre se toma como referencia para alcanzar el éxito), en Argentina o en Estados Unidos, por poner algunos ejemplos.

Sin embargo, como coinciden en señalar un gran número de expertos, dejar de escribir a mano tiene un gran impacto en el desarrollo y el aprendizaje de los niños, sobre todo, en las edades más tempranas.
El neurobiólogo e investigador en psicología cognitiva, Héctor Ruiz, hace hincapié en señalar la diferencia entre aprender a escribir de forma manual o mantener este tipo de escritura, una vez aprendida: “Sabemos la importancia que tiene lo primero, aprender a escribir a mano. Si no escribe a mano, después de los 10 años, el impacto en su aprendizaje es mucho menor. ”
¿Por qué es importante aprender a escribir a mano?
La escritura a mano, e incluso la lectura y manipulación de un libro en papel, supone grandes ventajas y beneficios para el aprendizaje.
Los especialistas señalan razones evolutivas y neurológicas para no abandonar la enseñanza de la escritura a mano. Resultados de numerosas investigaciones muestran la superioridad de la escritura a mano sobre el teclado.
Enseñar a escribir a mano desde el principio
La lectura cursiva requiere más cantidad de tiempo de instrucción y esa es otra de las razones de su abandono. “Como es más fácil aprender con un teclado, la enseñanza de la cursiva se posterga, a veces, hasta segundo o tercero de Primaria”, sostiene Ana María Borzone, doctora en Letras e investigadora de CONICET.
Borzone, afirma que lo que les cuesta a los niños es pasar de un sistema a otro, es decir, aprender a escribir con letra cursiva después de haberlo hecho con un teclado, por lo que propone enseñar a escribir en cursiva desde un principio: “Se ha demostrado que el cambio de letra retrasa el aprendizaje y dificulta su desarrollo”.
La actividad manuscrita es un aprendizaje complejo que requiere control biomecánico de la mano, dedos, muñeca, brazo y hombro. Además, la escritura a mano favorece el reconocimiento de las letras en la lectura y promueve un mejor desempeño en la escritura de textos en el aprendizaje de contenidos, según la experta.
La recomendación de esta especialista es comenzar a trabajar desde los primeros años con un cuadernillo de práctica de trazado para que los niños desarrollen la motricidad fina (la coordinación de músculos, huesos y nervios de las manos para producir movimientos pequeños). Para enseñar el trazado de las vocales aconseja tomar la mano del niño y trazar junto con él las letras; guiar el trazado con flechas dentro de una letra o trazar sobre letras punteadas. A la vez, hay que acompañar el movimiento con explicaciones verbales.
Más beneficios de la cursiva: mejora la memoria y la comprensión lectora
Otra de las grandes ventajas de escribir a mano es que permite retener mejor la información. Es una cuestión de esfuerzo. Al tener que ir más despacio, completar una tarea compleja tienes que prestar más atención y la retentiva es mayor señala Ramón Nogueras, psicólogo, profesor universitario y divulgador.
Además, ,mejora la capacidad lectora: Dibujar las letras a mano ayuda a los y las niñas a reconocerlas y a recordarlas mejor, y por tanto, también desarrolla su capacidad lectora. Así lo demuestra un estudio del Centro Nacional para la Información Biotecnológica de EEUU en el que expertos en neurociencia crearon dos grupos piloto de 38 niños de 3 a 5 años para aprender cada uno el alfabeto a mano o tecleándolo.
Después de tres semanas practicando, los resultados mostraron que los niños que habían aprendido a mano reconocían mejor las letras que los que habían aprendido tecleando.
Aprender a escribir y a leer están íntimamente relacionados, apunta Ruiz: Cuando escribes no solo interviene la percepción, sino también los movimientos que tienes que realizar para dibujar una letra que están ligados a su aspecto, y que, sin embargo, no tienes que trabajar cuando pulsas un botón. Así cuando un niño escribe el alfabeto en realidad está trabajando su capacidad para reconocerlo, esta es una de las primeras competencias esenciales para desarrollar la capacidad lectora, explica Ruiz.
En definitiva, escribir a mano activa muchas más regiones en el cerebro que las empleadas con el teclado y esta es la principal razón de que escribir a mano suponga múltiples beneficios para el aprendizaje y ofrezca gran ventaja frente los dispositivos tecnológicos.
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