Cuatro métodos de aprendizaje que son muy populares pero no están avalados por la ciencia

El experto en psicología del aprendizaje, Héctor Ruiz Martín, recopila en el libro "Edumitos" las muchas ideas que se utilizan para el aprendizaje pero que no son efectivas, ni gozan de respaldo científico. 
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Existen numerosas ideas sobre el aprendizaje educativo que gozan de una gran popularidad a pesar de no estar respaldadas por la ciencia. Son lo que Héctor Ruiz Martín, experto en psicología del aprendizaje y director del International Science Teaching Education define como “Edumitos” y con ese mismo nombre las ha recopilado en un libro.

Con el objetivo de contribuir a una educación informada por la evidencia, este libro presenta una recopilación de mitos sobre el aprendizaje muy frecuentes en la comunidad educativa y los contrasta a la luz de la investigación en ciencias cognitivas.

El experto destaca y explica a Ser Padres cuatro de los mitos que describe en su libro.

Mito 1: Cada uno tiene su forma de aprender

Uno de los mitos sobre el aprendizaje más populares es la idea de que cada uno tiene una forma de aprender que le proporcionará los mejores resultados, es decir, la noción de los estilos de aprendizaje: “La ciencia ha investigado extensamente este asunto, pues de ser cierto tendría grandes repercusiones en educación, pero los estudios no han logrado obtener evidencias de que este tipo de diferencias existan entre las personas. Con frecuencia confundimos el modo en que "nos gusta" aprender con el modo que resultará más eficaz. También confundimos las elecciones que hicimos a la hora de decidir cómo estudiar con las estrategias que nos hubiesen sido de más ayuda, porque si tuvimos éxito con los estudios lo atribuimos al modo en que estudiamos. Pero con frecuencia tenemos éxito no gracias a esas estrategias, sino a pesar de ellas”, sostiene Ruiz Martín.

Y es que, según indica este experto, la ciencia ha revelado que existen maneras de estudiar que resultan mucho más efectivas que otras, y lo son para todas las personas, porque se basan en el modo en que funciona el cerebro cuando aprendemos: “Lo que hacemos cuando aprendemos no es lo único que explica nuestro éxito, también influye el tiempo que dedicamos y nuestra habilidad de partida. Así que es fácil creer que un modo de aprender nos está ayudando si logramos tener éxito al emplearlo, y al mismo tiempo no tenemos la oportunidad de compararlo con otras estrategias de aprendizaje que podrían darnos mejores resultados aún”.

En este sentido, puedes consultar los cinco trucos avalados por la ciencia para que los niños y adolescentes aprueben sus exámenes que te contamos en otra ocasión.

En "Edumitos", el experto en psicología del aprendizaje, Héctor Ruiz Martín, desmiente algunos métodos de aprendizaje porque no son efectivos y han sido malinterpretados.

Mito 2: La memoria funciona como un músculo que se puede entrenar

Otro mito frecuente que el experto en psicología del aprendizaje incluye en "Edumitos" y explica ahora a Ser Padres  es el de creer que la memoria funciona como un músculo que podemos ejercitar para hacerla más "fuerte". Pero, como explica el investigador, por desgracia, la memoria no funciona así: “Por mucho que yo aprenda mucho sobre algo, mi memoria no se va a hacer más capaz de aprender cualquier otra cosa. La única forma de hacer más "fuerte" la memoria es adquiriendo conocimientos, pero entonces mi memoria solo será más hábil para aprender cosas relacionadas con esos conocimientos en concreto

El experto añade que puesto que nuestra memoria funciona conectando lo que ya sabemos con la información que estamos recibiendo, o conectando ideas que ya conocíamos para crear nuevas ideas, cuanto más sabemos sobre algo más fácil nos resulta aprender nuevas cosas sobre ello: “Pero si se trata de aprender cosas que no podemos relacionar con nuestros conocimientos previos, entonces nuestra memoria no tendrá esa ventaja. Los campeones de la memoria nos muestran que uno puede entrenarse para ser capaz de retener listados de miles de números al azar, pero ser incapaz de hacerlo con letras, por ejemplo. Por lo tanto, en el aula no tiene mucho sentido realizar actividades para "ejercitar la memoria", porque la memoria no mejora en general”.

¿Cómo mejora, entonces, la memoria? Según Ruiz Martín, la memoria solo mejora en aquellos ámbitos concretos del conocimiento en que adquirimos conocimientos :“Así que aprenderse un poema de memoria servirá para saber ese poema y poder compartirlo con otras personas, lo cual tiene su valor cultural y emocional, pero no servirá para hacer más fuerte la memoria”, explica.

Mito 3: Se puede aprender a leer de forma espontánea

Algunos de los mitos más perjudiciales para la educación, según el mismo experto, tienen que ver con la lectura, “porque si la enseñanza de la lectura no se aborda adecuadamente, podemos dejar a muchos niños a niñas atrás en una de las competencias más importantes de su vida”.

Por ejemplo, el director del International Science Teaching Foundation desmiente la idea de que se aprende a leer de manera espontánea, sin enseñanza explícita, si simplemente se motiva a los niños a hacerlo, o que no hay que preocuparse si un niño aún no lee a los 7 años porque "aún no está preparado madurativamente". En este sentido matiza que “si bien hay niños que aprenden con mucha facilidad, la enseñanza explícita (y mediante métodos bien fundamentados) es útil para todos y esencial para al menos 1 de cada 3. Y, especialmente, importante para ese 5%-10% que tendrá dificultades específicas con la lectura o dislexia”.

"No se puede aprender a leer de forma espontánea", explica Héctor Ruiz Martín, director de International Science Teching Foundation - Getty Images/iStockphoto

Mito 4: La dislexia es un trastorno visual

Dice el mismo experto que existen muchos mitos populares sobre la dislexia que lo que hacen es “dificultar el ayudar a estos niños adecuadamente, y sobre todo hacerlo a tiempo”. Por ejemplo, creer que la dislexia es un trastorno visual ("cuando en realidad se debe a dificultades en el procesamiento fonológico de los sonidos del habla y por lo tanto, a la capacidad de vincularlos con las letras") o que los niños que escriben algunas letras del revés presentarán dislexia ("cuando este es un error común cuando se está aprendiendo a leer y escribir"). 

Pero, sobre todo, son problemáticos, resalta el investigador, “los mitos que no permiten atender a los niños con riesgo de dislexia antes de que deban enfrentarse al reto de aprender a leer y, por lo tanto, antes de que puedan tener malas experiencias con la lectura que les lleven a desmotivarse y autoetiquetarse como "no lectores", lo cual es equivalente a considerar que la escuela no es para ellos”.

El experto señala que todos estos "edumitos" han surgido por la malinterpretación o la tergivesación de investigaciones científicas, o bien son  nociones intuitivas que no han superado el escrutinio del método científico: "Su aceptación acrítica empaña los debates y los procesos de decisión educativos a menudo, haciéndonos creer que son ideas que cuentan con el aval científico, cuando no es así", apunta Ruiz Martín.

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