Cuando llega la hora de dormir muchas familias con bebés se encuentran ante la misma situación: el pequeño o pequeña se acurruca en los brazos de su madre y se queda dormido con el calor materno.
Hasta aquí todo bien, el problema viene cuando la madre o el padre necesitan descansar y pretenden dejar al bebé en la cuna. (Siempre con mucho cuidado de no despertarle). Una vez posado sobre la cama, el bebé empieza a gritar, llorar y reclamar atención. Esto que ocurre es una reacción natural llamada el “Síndrome de la cuna con pinchos”.
9 meses sintiendo el corazón de la madre
Según Alba Pradó, asesora de lactancia, IBCLC y coautora junto a María Berruezo de la app de lactancia materna LactApp, el bebé experimenta cambios muy importantes tras pasar 9 meses en el seno de la madre sintiendo el latido de su corazón. Muchos bebés necesitan seguir sintiendo esa protección a pesar de que los padres esperen que sus bebés adoren su cuna acogedora y silenciosa.
Según esta experta, “un bebé de hace 2.000.000 de años o uno que nazca hoy tiene las mismas necesidades: calor, amor, alimento e interacción con el adulto. Un bebé que es “olvidado” en un prado mientras su madre recolecta bayas es un bebé en riesgo, ya que puede morir devorado por cualquier animal o morir de frío. Así que los bebés siguen viniendo de serie con una alarma de “pérdida de contacto” integrada. Da igual que vivan en una casa segura, tengan una cuna preciosa y la casa tenga calefacción que garantice que su temperatura corporal no va a descender… Da igual todo, si el bebé pierde el contacto con su madre va a estallar en un llanto casi inmediato, reclamando atención y asegurándose que mamá está cerca”.
Fases del sueño
Es por esto que muchos padres dudan de si sus hijos cuentan con un radar especial a la hora de dejarles en el colchón. Lo cierto es que sí, ya que la fase del sueño se divide en dos partes, como explica Borja Quicios, licenciado en psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y especializado en Psicomotricidad infantil:
- Fase REM: Es una fase de sueño corta y profunda.
- Fase No-REM: Los bebés pasan casi todas sus horas dormidos en esta fase. Tiene una función de supervivencia, ya que es una fase de sueño superficial que le permite al bebé reaccionar ante cualquier cambio desagradable o potencialmente peligroso.
Si el bebé padece el síndrome de la cuna con pinchos y cada vez que intentamos dejarle en su cuna llora y grita, ayuda mucho no desesperarse y empatizar con ellos. Una vez estemos tranquilos e interioricemos que el niño está sano y su comportamiento es el resultado de un mecanismo de supervivencia, podremos encontrar algunas alternativas que nos ayuden a cambiarlo.
6 ejemplos que pueden ayudar
Por ello, desde Ser Padres hemos hecho una selección de consejos que pueden ayudar a evitar que "El Síndrome de la cuna de pinchos" se convierta en algo crónico:
- Según Borja Quicios, licenciado en psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, es importante escoger un muñeco que le guste. Hay bebés que tienen apego con un peluche, un trapo, manta o muñeco al que llevan a todos lados. Otra opción puede ser dejar al bebé con una prenda materna para que el bebé asocie el olor a su mamá.
- El colecho puede ser favorable, según un estudio sacado por el Diario The Telegraph, dormir junto con el bebé en la misma cama o en una cuna pegada a ella hará que el niño se sienta seguro. Pero cuidado, hay que realizarlo correctamente.
- Según Alba Padró, presidenta de la Asociación Alba Lactància Materna y autora del libro “Somos la leche”, es recomendable que el cuarto esté ventilado antes de poner al niño allí. También, es importante que la temperatura no sea ni demasiado alta, ni muy baja. Unos veinte grados es lo más conveniente. Hay que hacer hincapié en una decoración agradable para el pequeño y en el color de la habitación, siendo recomendables los tonos pastel.
- Además, Padró recalca la importancia del sonido ambiente. Muchos bebés se duermen con el sonido de de un piano de fondo e incluso, el de una aspiradora. Esto aísla a los niños de otro tipo de ruidos que les puedan despertar.
- Por último, es tradicional utilizar música relajante. Canciones pausadas, música clásica o nanas son una buena opción para que el bebé se relaje y consiga dormirse.