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Las adaptaciones que necesita un niño con altas capacidades para no fracasar

La adaptación curricular es más que necesario con niños con altas capacidades. Aunque creamos que son niños que aprenden más rápido y con más facilidad que el resto, tienen algunas necesidades específicas que deben ser cubiertas.

La visión general que la sociedad tiene de los niños con altas capacidades es que son más rápidos que el resto. Que son tan listos que entienden todo a la primera, que nos les cuesta afianzar conceptos y que tardan diez minutos en aprenderse de memoria lo que a otros les cuesta dos horas. Y sin embargo, todo esto no son más que mitos que se han extendido a lo largo del tiempo y que necesitan ser eliminados de la mente de las personas.

Las adaptaciones que necesita un niño con altas capacidades para no fracasar

Las adaptaciones que necesita un niño con altas capacidades para no fracasarGetty Images

Los niños con altas capacidades tienen unas necesidades específicas a las que habitualmente no se ha dado la solución ni la importancia que merecen.

De hecho, esta es una de las razones por las que en España, en la actualidad, hay un infra diagnóstico de las altas capacidades: los últimos datos recogidos por el Ministerio de Educación (relativos al curso 2019-2020) aseguran que solo hay 39.173 alumnos identificados con altas capacidades en España.

Lo que no es un mito es el fracaso escolar que persigue a los niños con altas capacidades, así como la falta de motivación a la que tienen que enfrentarse en algún momento de su vida académica. “Cuando Fernando llegó a Bachillerato no quería ir al colegio porque me decía que se aburría”, nos ha llegado a contar una madre de un adulto que, en su día, también fue niño con altas capacidades. “Hasta un 30% de las personas superdotadas presenta algún problema relacionado con el aprendizaje, la conducta o las relaciones sociales”, explicaba hace unos meses el neuropeditra Manuel Fernández a Ser Padres.

Los niños con altas capacidades necesitan que se adapte su forma de aprender

“Un cerebro con un desarrollo diferente del normal no siempre consigue encontrar el equilibrio necesario entre todas sus funciones y a veces no consigue ser entendido o entender el mundo que le rodea”, continuaba el mismo experto.

Es, por ello, entendible que estos estudiantes tengan a su disposición adaptaciones curriculares que ayuden a cubrir esas necesidades específicas. De hecho, así lo expone el artículo 76 de la nueva Ley de Educación (LOMLOE): 

“Corresponde a las administraciones educativas adoptar las medidas necesarias para identificar al alumnado con altas capacidades intelectuales y valorar de forma temprana sus necesidades. Asimismo, les corresponde adoptar planes de actuación, así como programas de enriquecimiento curricular adecuados a dichas necesidades, que permitan al alumnado desarrollar al máximo sus capacidades”.

Esta adaptación curricular no son más que medidas educativas pensadas para individualizar el aprendizaje de los estudiantes que precisan de necesidades específicas por alguna condición.

En el caso de los niños con altas capacidades, esta adaptación curricular (denominada ACAI en su caso) puede ser de dos tipos, atendiendo a lo que explica la Asociación de Altas Capacidades

  • Adaptaciones no significativas: las que no modifican el currículo
  • Adaptaciones significativas o individualizadas: en las que sí se modifican algunos elementos básicos del currículos

Cuando la adaptación curricular es saltar de curso al niño

El Real Decreto 943/2003 del 18 de julio regula las condiciones para flexibilizar la duración de los diversos niveles y etapas del sistema educativo para los alumnos superdotados intelectualmente. En otras palabras, habla de esas adaptaciones curriculares y de cuándo son necesarias.

Una de las más conocidas por todo el mundo es el ‘salto de curso’ o aceleración educativa: cuando se decide que el niño con altas capacidades avance directamente un curso a fin de ‘igualarse’ al nivel educativo exigido. Pero, ¿esto sirve en cualquier caso?

Como explicábamos en Ser Padres, no, no siempre se recurre a este plan:

El real decreto antes mencionado explica lo siguiente: “La decisión de flexibilizar la duración de los diversos niveles y etapas del sistema educativo para los alumnos superdotados intelectualmente, se tomará cuando las medidas que el centro puede adoptar, dentro del proceso ordinario de escolarización, se consideren insuficientes para atender adecuadamente a las necesidades y al desarrollo integral de estos alumnos”.

De acuerdo al psicólogo experto en altas capacidades Leopold Carreras, la aceleración educativa es exitosa en, al menos, el 85 y 90% de los casos.

Sin embargo, la asociación de Altas Capacidades y Talentos deja claro que para que sea un éxito y no conforme un fracaso para el menor (pues se enfrenta a unos cambios grandes con ella) han de darse varias variables:

  • Que el niño esté preparado cognitivamente y académicamente (que esté motivado a hacerla, que tenga madurez social y emocional suficiente y que sus intereses coincidan): algo que, a menudo, se descubre con un estudio específico
  • Que el niño esté dispuesto a ello
  • Que los padres crean que es lo mejor para él
  • Que el colegio también esté de acuerdo con esta adaptación

Eso sí, según Leopold Carreras, esta aceleración educativa solo debe valorarse en niños superdotados y en talentos académicos. “En el caso de talentos simples, lo apropiado es hacer una aceleración parcial en el área en el que destaca”, continúa.

Enriquecer y adaptar el currículo educativo, sin saltar de curso

La otra adaptación curricular específica para motivar a estos niños no tiene que ver con saltar de curso, si no adaptar, como tal, su forma de aprender: ponerle más retos educativos que al resto (trabajos de investigación o problemas adicionales en matemáticas), intentar desarrollar con él más en profundidad ciertas destrezas como el pensamiento crítico o la creatividad, hacer actividades dentro y fuera de clase…

La fundación CADAH lo explica bien lo que son las adaptaciones curriculares significativas:

  • Adaptar contenidos
  • Adaptar criterios de evaluación
  • Adaptar objetivos

Adaptaciones curriculares no significativas

Al contrario que saltar curso o adaptar los contenidos, estas adaptaciones pasan por:

  • Adaptar la metodología de aprendizaje
  • Adaptar la organización
  • Adaptar el ambiente de clase
  • Modificar ligeramente los contenidos, pero sin un desfase de más de dos cursos

Eso sí, suelen utilizarse más con alumnos con TDAH que con niños con altas capacidades.

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