Las cinco claves de la universidad de Harvard de la relación niño-adulto para potenciar su desarrollo cerebral

Los expertos de la universidad de Harvard señalan que estas son las cinco cosas más importantes en la relación con nuestros peques para potenciar su desarrollo cerebral.
Padre sosteniendo a su hijo

En Estados Unidos utilizan muchos símiles deportivos en su lenguaje coloquial. El ‘strike out’ del béisbol es un ejemplo, pero hay muchas más frases y conceptos que adaptan de distintos deportes. Incluso en psicología parece que lo hacen porque los expertos de la universidad de Harvard hablan del hábito “sacar y devolver”, en referencia al tenis, para referirse a las relaciones entre niños y adultos que son receptivas, que tienen muchas interacciones de ida y vuelta.

Explican desde Harvard que este tipo de vínculo niño-adulto desde el nacimiento, fomentado por relaciones “receptivas y atentas”, “construyen una base sólida en el cerebro de un niño para todo el aprendizaje y desarrollo futuro”. Según Harvard, existe numerosa evidencia científica “sobre la importancia de la interacción recíproca y contingente (“servir y devolver”) para muchos aspectos del desarrollo de la primera infancia”.

Pero para que se produzcan no es tan sencillo, ya que es necesario que el adulto ponga mucho de su parte, tanto como el niño. Sobre, que se centre especialmente en cinco claves, que no dejan de ser hábitos que se pueden conseguir y mantener en el tiempo. Son las cinclo claves del “servir y devolver” al que se refieren los expertos de Harvard para describir las relaciones saludables y positivas entre niños pequeños y adultos.

Las cinco claves

Según los especialistas en psicología infantil y educación de la universidad de Harvard, estas son las cinco claves a las que los adultos debemos prestar mayor atención para potenciar el desarrollo cerebral en la infancia de nuestros hijos e hijas:

Foto: Istock

Compartir el foco de atención

Harvard nos aconseja estar atentos y concentrados en lo que está haciendo nuestro peque para conectar con él. Este es un hábito especialmente importante en la primera infancia, cuando la comunicación del menor es sobre todo gestual y a través de la mirada. Fíjate en lo que está mirando o señalando, comparte su foco de atención e interésate por ello.

“La clave es prestar atención a aquello en lo que se concentra el niño. No puedes dedicar todo tu tiempo a esto, así que busca pequeñas oportunidades a lo largo del día, como mientras los vistes o haces cola en la tienda”, apuntan desde Harvard.

Al hacerlo, aprenderás “ mucho sobre las habilidades, intereses y necesidades de los niños” y también “les animarás a explorar y fortalecerás el vínculo entre vosotros”, añaden desde la universidad.

Apoyo y ánimo

Acompañar a los niños durante la primera infancia es clave para fortalecer un vínculo positivo y saludable con ellos, según Harvard. “Puede ofrecerles consuelo a los niños con un abrazo y palabras amables, ayudarlos, jugar con ellos o reconocerlos”. dicen desde la universidad. “Puedes emitir un sonido o una expresión facial, como decir: ‘¡Ya veo!’, o sonreír y asentir con la cabeza para que el niño sepa que estás notando lo mismo. O puede tomar un objeto que esté señalando un niño y acercarlo”, añade.

Este hábito es efectivo porque “recompensa los intereses y la curiosidad del niño”, explican desde Harvard. “No obtener una devolución puede ser estresante para un niño. Cuando ‘devuelves un servicio’, los niños saben que sus pensamientos y sentimientos son escuchados y comprendidos”, apuntan desde la universidad.

Ayúdale a nombrar las cosas

Establecer conexiones lingüísticas es el tercer consejo o clave de la universidad de Harvard. “Cuando ‘devuelves un servicio’ nombrando lo que un niño está viendo, haciendo o sintiendo, estableces importantes conexiones lingüísticas en su cerebro, incluso antes de que el niño pueda hablar o entender tus palabras”, dice la universidad de Harvard.

Esto se puede hacer simplemente nombrando a una persona, una cosa o una acción, incluso una emoción si ya son más grandes y no encuentran la palabra. “Cuando mencionas en qué se centran los niños, les ayudas a comprender el mundo que los rodea y a saber qué esperar. Poner nombres también les da a los niños palabras para usar y les hace saber que te preocupas”, argumentan desde Harvard.

Madre e hijo, leyendo en la cama - Pexels

Mantener la interacción turnando los esfuerzos

Hablar de esfuerzo cuando se trata de interactuar con un peque quizá no sea muy acertado pero todos sabemos que puede resultar cansado y estresante mantener durante muchísimo tiempo la plena atención en ellos y ellas. Harvard lo sabe y por eso sus expertos aconsejan que los adultos de referencia se turnen para atender a su peque. Además, estos aprenderán a esperar su momento. Es un win-win.

Esto facilitará que la atención sea de más calidad, que tengamos más paciencia y les permitamos responder y atender a lo que nos dicen. “Esperar es crucial. Los niños necesitan tiempo para formar sus respuestas, especialmente cuando están aprendiendo tantas cosas a la vez. Esperar ayuda a mantener los turnos”, indican desde Harvard.

Esta estrategia, añaden desde la universidad, “ayuda a los niños a aprender a controlarse y a llevarse bien con los demás; al esperar, les da tiempo a los niños para desarrollar sus propias ideas y desarrollar su confianza e independencia. Esperar también te ayuda a comprender sus necesidades”.

Dejar que tomen la iniciativa y exploren

La quinta y última clave que destacan los expertos de Harvard es que compartamos con los peques su hábito por marcar que las acciones tienen un principio y un final. “Los niños señalan cuando han terminado o están listos para pasar a una nueva actividad. Podrían soltar un juguete, coger uno nuevo o girarse para mirar otra cosa”, describen desde Harvard.

Dejarles que lleven la iniciativa mediante esta estrategia les ayuda a explorar su mundo, por lo que es positivo dejarnos ir y compartir esa forma de entender la vida: principio y final. “Cuando puede encontrar momentos para que los niños tomen la iniciativa, los apoya a explorar su mundo y hace posibles más interacciones de servicio y devolución”, afirman desde Harvard.

Para los expertos de Harvard, “las interacciones de ‘servicio y devolución’ hacen que los momentos cotidianos sean divertidos y se convierten en algo natural con la práctica”. De esta forma, apostillan, “se construyen las bases para el aprendizaje, el comportamiento y la salud de los niños a lo largo de toda la vida, y sus habilidades para enfrentar los desafíos de la vida”.

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar