La desorganización tiene un impacto negativo en la forma en la que nos vemos a nosotros mismos y es por eso que se relaciona muy a menudo con la salud mental, tanto en la edad adulta como en la etapa infantil. Sabemos que es importante fomentar la creatividad en los niños por muchos motivos pero ahora también sabemos, gracias a distintas investigaciones, de la gran importancia que tiene que les enseñemos a ser ordenados y organizados en su día a día.
Un estudio bastante reciente del Journal of Environmental Psychology, llega a la conclusión de que “el desorden puede disminuir la sensación de bienestar, felicidad y la seguridad que una persona obtiene de estar en sus espacios personales”.

Uno de los investigadores más reconocidos sobre el desorden y la desorganización es Joseph Ferrari, profesor de psicología de la Universidad DePaul, en Estados Unidos, este investigador señala que hay solución, la organización puede ayudar a minimizar todos los inconvenientes que producen el desorden y la desorganización en la salud mental de las personas.
Por eso es tan importante enseñar a los niños a ser ordenados desde la infancia, para evitarles problemas mayores según van creciendo.
Desorganización y salud
No se queda ahí la relación entre el desorden y la salud humana, se ha descubierto que los hogares ordenados son un factor predictivo de la salud física, en parte los científicos han encontrado una relación entre el hecho de que las personas organizadas gestionan mejor su tiempo y además, la mejor organización repercute en una mejora de la dieta, según los explica Natalie Christine Dattilo, psicóloga clínica e instructora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard en Estados Unidos, “los estudios muestran una relación entre el exceso de desorden y el sobrepeso.”
Vivir en un entorno desordenado y desorganizado se relaciona con problemas de memoria, malos hábitos alimentarios, una peor salud mental y un menor control de los impulsos. Se ha encontrado una relación entre el cortisol, la conocida como “hormona del estrés” y el hecho de vivir en un entorno desordenado o desorganizado.
Para Daniel Levitin, neurocientífico del comportamiento de la Universidad McGill, en Canadá, no es una locura pensar que “el desorden y la desorganización puedan provocar trastornos crónicos en algunas personas” a la vista de los datos obtenidos en las distintas investigaciones y estudios.
Organización y éxito
La profesora Dattilo tiene clara la importancia de cambiar el desorden por el orden de una forma progresiva porque “es fácil sentirse abrumado si intentas ocuparte de una habitación entera o incluso un armario, así que puedes prepararte para el éxito empezando por un solo cajón, una estantería o la despensa de la cocina”.
La cuestión es empezar porque la fuerza de voluntad no existe si no la entrenas y poco a poco ir convirtiéndolo en un hábito para educar también con el ejemplo a nuestros hijos y conseguir que la organización y el orden formen parte de sus vidas de una manera natural.
Entre otras cosas porque es muy importante el orden y la planificación, son dos herramientas fundamentales para el éxito en los estudios con las que administrar su tiempo de forma más eficiente, marcarse metas accesibles y en definitiva organizarse mejor.
Enseñar a los niños a ser organizados a la hora de estudiar les ayuda a gestionar mejor su tiempo, planificar las actividades y asignar un tiempo a cada una. Esto hace que reduzcan sus niveles de estrés ya que saben qué hacer a continuación, algo que reduce la ansiedad y el estrés que provoca la incertidumbre y la procrastinación. Al mismo tiempo, es una forma sencilla de que los niños aprendan la importancia de la perseverancia, algo que siempre les va a acompañar a lo largo de su vida.
Cuando planificas puedes priorizar aquellas tareas que pueden ser más importantes y requieren ser entregadas antes o aquellas que pueden ser más complicadas y precisan más tiempo de desarrollo, esto hace que mejore la calidad del trabajo lo que repercute en los resultados académicos e incluso en la autoestima del niño o la niña.
Además, como beneficio añadido, enseñarles a ser organizados en sus estudios va a mejorar su capacidad de memorizar y su retención de ideas y conceptos ya que al planificarse y organizarse mejor, van a utilizar estrategias de aprendizaje o “trucos” para memorizar que les ayuden a conseguir en menos tiempo los objetivos que se hayan marcado y desarrollarán hábitos de estudio que les funcionen de verdad.

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