Prognatismo mandibular en niños: ¿qué es y cómo se soluciona?
Se trata de una complicación que tiene que ver con los huesos maxilofaciales y que se caracteriza por una malformación de la mandíbula. Es decir, visualmente lo que se aprecia es un mentón muy pronunciado porque esta crece por delante del maxilar superior. Lo mejor para la salud infantil es detectar el prognatismo cuanto antes. Mira cómo se corrige.
El prognatismo mandibular es una patología que seguramente reconozcas porque provoca una deformación del mentón hacia delante, es decir, que los dientes de abajo sobresalen y cierran por delante de los de arriba. Lo mejor para la salud de los niños es detectarlo de manera temprana. Veamos en qué consiste y cómo puede solucionarse.
El prognatismo de mandíbula es una afección que genera problemas en el desarrollo de los huesos faciales. Ocurre cuando el crecimiento de la mandíbula y del maxilar no es como debería ser y se da de manera escalonada.
Cuando somos pequeños nuestro maxilar crece primero, para que después la mandíbula vaya igualándolo, pero en el caso de esta complicación, la mandíbula crece por delante del maxilar llegando a “adelantarlo”, produciendo así una malformación o deformidad que es apreciable a la vista y que puede requerir de tratamiento.
Es, por tanto, una anomalía que produce un crecimiento más acentuado de la mandíbula frente al maxilar superior y que crea a su vez un problema de oclusión que, como decimos, afecta a la estructura de la cara del niño. Pero además de las consecuencias estéticas, también puede afectar al estado de salud en general.
A edades tempranas, especialmente en la adolescencia, el prognatismo puede influir directamente en la autoestima de la persona porque su imagen se ve directamente afectada por él. Por otro lado, los dientes y las encías también se ven afectados (pueden desgastarse en mayor medida) y asimismo, el niño puede acabar teniendo problemas de salud derivados como dolor de cabeza, dolores de mandíbula y problemas al masticar.
¿Cómo se puede corregir?
Lo primero que debemos saber es que el diagnóstico temprano de esta complicación va a ayudar enormemente a su tratamiento, ya que este dependerá fundamentalmente de la edad que tenga el paciente. Cuando más precoz se su detección más podremos influir en el prognatismo para reducir sus efectos. Además de ello, también es bueno estudiar el caso de manera individual para poder ver qué tipo de tratamiento es el mejor.
Es por eso que esta afección, entre otras, es unas de las razones por las que los especialistas inciden en la importancia de hacer una visita al odontopediatra cuando el pequeño llega a los 6 años de edad.
Y es que, según los años que tenga, es probable que la forma de solucionarlo sea mucho menos invasiva cuanto más temprana sea. Para corregir maloclusiones de esta clase normalmente se optará por un tratamiento de ortodoncia, cuyo objetivo es actuar sobre el crecimiento de las bases óseas.
El procedimiento se basa en el uso de unos aparatos no fijos y que los niños podrán utilizar sobre todo en casa y al dormir, lo que será muy cómodo para ellos a nivel social. El aparato en cuestión va sujeto a la frente y al mentón y lo que hace es ejercer una leve presión para que la zona se expanda.
Cuanto más mayor es el paciente, sobre todo si ya se habla de adolescentes o adultos, es probable que el tratamiento no pueda corregirse con ortodoncia, por lo que para solucionar el problema puede ser necesaria una intervención quirúrgica. Lo mejor por ello, es intentar detectar y corregir el problema cuanto antes.