Todo sobre las Deep Touch Pressure, las mantas que ayudan a los niños a dormir mejor

Si en casa lo de conciliar el sueño es una pesadilla, quizás sea el momento de probar con estas mantas y no solo para los niños, funcionan con todas las edades.
¿A partir de qué mes puede dormir el bebé con una manta?

Puede que no hayas oído hablar muchos de ellas todavía y sin embargo las “Deep Touch Pressure” o también conocidas como “Mantas con Pesos”, se crearon hace ya décadas inicialmente como herramientas terapéuticas eficaces para ayudar con niños y adultos con trastorno del espectro autista (TEA), episodios de ansiedad o pacientes con trastornos sensoriales que tenían dificultades para conseguir conciliar el sueño, con lo que eso implicaba para su salud.

La utilización de este tipo de instrumentos se conoce como una “terapia de presión profunda” que consigue proporcionar una información propioceptiva a todo el cuerpo del usuario y que reduce los niveles de cortisol, por lo que consigue bajar los niveles de estrés del sujeto. Al mismo tiempo que se están produciendo estos descensos se genera un incremento de los niveles de serotonina, por lo que consigue que se alcance un sueño saludable y reparador con mayor facilidad.

Mantas que pesan

Hace tiempo, nuestros abuelos usaban mantas que pesaban mucho más que los actuales rellenos nórdicos de plumas o sintéticos que consiguen eliminar el frío durante el sueño pero que son tan ligeros que apenas ejercen presión alguna sobre nuestro cuerpo.

Precisamente ese es el secreto del éxito de estas mantas con peso, que ejercen una presión profunda comparable, según refieren las personas que las utilizan o las han utilizado alguna vez, a la que se ejerce con un abrazo sentido, con un apretón de manos, con una caricia algo más firme.

Estas mantas con pesos provocan una estimulación sensorial que relaja y aporta tranquilidad al sujeto, lo que hace que le sea más fácil conciliar el sueño de una forma natural.

Habitualmente estas mantas se colocan entre la sábana superior y el cobertor o directamente sobre el nórdico que utilicemos como ropa de cama, así ejercen una suave presión repartida por todo el cuerpo.

La recomendación es que estas mantas tengan un peso equivalente al 10% del peso corporal del usuario para que su eficacia sea óptima y el sueño sea realmente reparador, tanto por su duración como por su calidad.

La presión profunda se basa en la teoría de la integración sensorial desarrollada durante las décadas de 1960 y 1970 por distintos especialistas.

Más recientemente, en 2015 se han publicado en el Journal of Sleep Medicine and Disorders, distintos estudios que reconocieron el “efecto calmante beneficioso” para los usuarios que padecen de insomnio, pero también se han utilizado por terapeutas ocupacionales que trabajan con niños con trastorno del espectro autista y con niños con trastornos por déficit de atención e hiperactividad.

Pueden ser una ayuda si en casa hay problemas a la hora de coger el sueño, independientemente de la edad que tengamos. 

Un sueño reparador es imprescindible a todas las edades.  - Arina krasnikova / Pexels

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