El pediatra y divulgador Carlos González, escritor de numerosos libros sobre crianza, alimentación y salud infantil, ha sido uno de los invitados del podcast Raíces, de la psicóloga y psicoterapeuta María Velasco. El doctor en pediatría, durante la charla, dejó una reflexión viral sobre el agotamiento de los padres que merece la pena rescatar porque quizá pueda ayudarte a replantearse determinados hábitos y conductas con tus hijos e hijas.
El doctor en pediatría aborda el cansancio que detecta en los padres y madres de menores de edad durante la adolescencia. Desarrolla una teoría que entronca con la autoridad, la infancia de esos adolescentes y el desgaste de los adultos de referencia durante dicha etapa. Y lo hace partiendo de una anécdota personal, lo que le decían los curas a finales de los años 60 en el colegio en el que él estudió.
“Yo fui a un colegio de curas en tiempos de Franco. Y me explicaron que hasta los 6 años no tenía que confesarme porque los niños de menos de 6 o 7 no tienen uso de razón, y por lo tanto no han cometido ningún pecado. Y eso lo decía un cura en 1967”, relata el pediatra Carlos González. Lo hace para conectar con esa insistencia tan habitual en la actualidad entre los padres y madres de niños pequeños de querer que siempre hagan lo que les pedimos. “¿Cómo es posible que ahora se diga que hay niños malos con 2 o 3 años?”, se pregunta. “Con esa edad no tienen uso de razón”, añade el pediatra.
Para Carlos González, en la actualidad existe “una especie de obsesión con que los bebés y los niños pequeños obedezcan en todo al pie de la letra”, expone. “Es decir, tienen que estarse quietos, tiene que lavarse los dientes, tiene que irse a la cama, tiene que comerse la verdura, tiene que no sé qué… En cuanto un niño de 2, 3 o 4 años se sale del redil, problema de conducta, consultar al psicólogo”, argumenta el especialista en la infancia.

El cansancio acumulado resta autoridad
En opinión del doctor en pediatría, este cansancio que padres y madres van acumulando desde que sus hijos e hijas son pequeños con todos los esfuerzos que hacen por imponer su autoridad en cuestiones que no tienen apenas importancia tiene consecuencias en una etapa donde sí puede haber un impacto trascendental, la adolescencia.
Para el doctor Carlos González, “la autoridad es como el dinero, que si se gasta en tonterías se pierde y te quedas sin ella”. Y cree que en muchas familias la autoridad se gastó durante las primeras etapas de la vida de los peques de la casa, llegando los adultos sin energía a la adolescencia de estos. “Yo creo que muchos padres están cansados y han gastado toda su autoridad en conseguir que el niño no se rasque la nariz o no se siente torcido…”, reflexiona.
La consecuencia directa de este proceso de desgaste y del cansancio acumulado, para el doctor Carlos González, es que en la adolescencia de sus hijos e hijas no tienen energía ni disposición para tratar de ejercer de forma responsable y beneficiosa para sus hijos e hijas esa autoridad. “Ahora, cuando realmente tendrían que usar su autoridad para decir no bebas alcohol, no fumes no sé qué o no vayas a tal sitio, ya no lo hacen: ‘¡bah!, que haga lo que quiera’”, apostilla.
Quizá esta reflexión cotidiana de boca de un experto como el doctor Carlos Rodríguez te dé que pensar si tu peque tiene ahora menos de 6 o 7 años y eres de esas mamás o papás que quiere que haga todo de una manera concreta…