El deseo de formar una familia sigue vivo entre los jóvenes españoles, pero la realidad económica y social pone numerosos obstáculos en su camino que para algunos de estos jóvenes, directamente supone renunciar a ese deseo.
Según un estudio del Observatorio Social de la Fundación La Caixa, el 70% de los jóvenes entre 16 y 32 años quieren ser padres o madres, pero únicamente el 16% lo logran. Este dato nos invita a reflexionar sobre las barreras que enfrentan las nuevas generaciones para alcanzar este objetivo vital.
El sueño de tener hijos se queda muy lejos
La falta de recursos, la dificultad para conciliar la vida personal y laboral junto a la inestabilidad económica son dos de los factores que más pesan en esta problemática. Casi la mitad de los jóvenes (un 41%) aún vive con sus padres y solo el 25% comparte hogar con su pareja. El acceso a una vivienda asequible se presenta como uno de los principales impedimentos para emanciparse y formar una familia.
Además, la conciliación laboral sigue afectando especialmente a las mujeres. Según el estudio, un 9% de las madres jóvenes han perdido su empleo o ha visto truncada su carrera profesional, mientras que esto solo ocurre en el 1% de los casos entre los hombres.
Este panorama refuerza las desigualdades de género y genera preocupación entre quienes desean ser madres, lo que las lleva a retrasar o incluso descartar esta decisión.

La conciliación sigue siendo un reto
La conciliación entre trabajo y vida familiar sigue siendo un desafío importante. Seis de cada diez mujeres jóvenes reconocen haber renunciado a una promoción laboral tras ser madres, en comparación con tres de cada diez hombres. Aunque existe un consenso general sobre que la crianza debe ser una responsabilidad compartida, en la práctica, la carga de cuidados (tanto de los hijos como en ocasiones también de los padres) recae más en la pareja con menor jornada laboral o menor carga profesional.
Es evidente que las políticas de conciliación actuales no son suficientes. Fomentar permisos de maternidad y paternidad igualitarios, ampliar el acceso a guarderías públicas y ofrecer horarios laborales más flexibles son medidas esenciales para aliviar esta carga y permitir que más familias puedan crecer.
El papel de la propia familia en la decisión de tener hijos
Aunque los jóvenes españoles siguen valorando la familia como un pilar de sus vidas, la falta de recursos y la inestabilidad laboral y económica les impiden cumplir con este anhelo.
La familia de origen sigue siendo fundamental en la vida de los jóvenes. Nueve de cada diez encuestados consideran a su familia como un referente clave, y esta influencia se traslada a su idea de cómo formar su propio hogar. De hecho, muchos priorizan vivir cerca de familiares y amigos, así como el acceso a servicios básicos, a la hora de tomar decisiones sobre dónde establecerse.
Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro también juega un papel importante. Los jóvenes manifiestan preocupación sobre su estabilidad económica, lo que influye directamente en el retraso de decisiones como casarse o tener hijos.
El estudio del Observatorio Social de la Fundación La Caixa, elaborado por un equipo de investigadores de la Universidad de Salamanca y liderado por la profesora Sara Serrate se realizó a través de entrevistas a más de 2.000 personas de toda España con edades comprendidas entre 16 y 32 años. Los datos obtenidos ofrecen una radiografía interesante sobre las aspiraciones y las barreras que enfrentan los jóvenes españoles al pensar en formar una familia.
Nueve de cada diez jóvenes consideran que la familia que les crió es muy importante en sus vidas, especialmente las mujeres lo sienten así. El 80% de los jóvenes españoles ven a su familia de origen como un referente para formar la suya propia, de hecho, según los datos expuestos en este estudio, las prioridades al establecer un hogar incluyen la proximidad a familiares y amigos y el acceso a servicios básicos.

Un futuro poco prometedor
El estudio pone de manifiesto que el 14% de los jóvenes no desean tener descendencia, pero el 70% que sí lo desea enfrenta grandes desafíos. Este dato no solo refleja una problemática individual, sino un reto social que requiere atención urgente.
Si no se eliminan las barreras económicas, laborales y sociales, España seguirá viendo cómo sus jóvenes aplazan o renuncian a formar una familia. Para que el sueño de ser padres y madres deje de ser una utopía para muchos, es imprescindible que las instituciones, las empresas y la sociedad en general trabajen juntas. Invertir en las familias jóvenes no solo es una apuesta por el presente, sino también por el futuro demográfico, económico y social del país.
Qué demandan los jóvenes españoles
La generación actual no solo aspira a tener hijos, también busca estabilidad en sus relaciones y en su vida económica. Dos de cada tres jóvenes tienen pareja estable, y un porcentaje similar desea casarse, aunque solo el 10% lo ha hecho hasta ahora. Entre quienes se casan, la idea de tener hijos figura entre las principales motivaciones.
Estas cifras reflejan que el deseo de formar una familia está presente, pero necesita el respaldo de políticas públicas que hagan posible este anhelo. Entre las medidas más demandadas por los jóvenes se encuentran:
- Vivienda asequible: Facilitar el acceso a alquileres y compra de viviendas a precios justos.
- Apoyo a la conciliación laboral y familiar: Ampliar los permisos de maternidad y paternidad, así como fomentar la flexibilidad horaria.
- Educación infantil accesible: Incrementar el número de plazas en guarderías públicas y reducir sus costes.

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