El cambio climático es una de las mayores amenazas globales de nuestro tiempo, y según Unicef, los niños y niñas serán las grandes víctimas de esta crisis.
Sus efectos no solo impactan el medio ambiente, sino que también amenazan directamente la salud, el bienestar y el futuro de la infancia. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Los niños más vulnerables, los más afectados
El cambio climático no afecta a todos por igual. Unicef advierte que los niños que viven en países de bajos ingresos serán los más perjudicados. Aproximadamente mil millones de niños residen en zonas de alto riesgo climático. Estos niños enfrentan:
- Falta de acceso a recursos básicos: Agua potable, atención médica y alimentos.
- Desplazamientos forzosos: Las familias que pierden sus hogares debido a inundaciones o sequías enfrentan el riesgo de explotación, trata y violencia.
- Aumento de conflictos: La escasez de recursos básicos como agua y tierras cultivables exacerba las tensiones sociales y políticas.

Un entorno más peligroso y menos predecible
El informe "El Estado Mundial de la Infancia 2024" de Unicef señala que los niños están expuestos a un entorno más hostil que nunca. Fenómenos como olas de calor extremas, inundaciones y sequías afectarán a más niños en 2050, en comparación con la década del 2000. Esto supone un grave riesgo para su desarrollo físico, emocional y social.
Los niños son especialmente vulnerables porque sus cuerpos en desarrollo no están preparados para soportar los desafíos que describe el informe de Unicef:
- Olas de calor extremas: La exposición será 8 veces mayor en 2050.
- Inundaciones: El riesgo de sufrir desbordamientos de ríos que arrasen hogares y escuelas se triplicará.
- Enfermedades: El aumento de temperaturas facilita la expansión de enfermedades transmitidas por mosquitos como el dengue, la malaria y el zika.
La contaminación y sus efectos en la salud infantil
“Lamentablemente, no se trata de un problema que sólo se presentará en el futuro: estimamos que en los últimos años, el equivalente a unos 20.000 niños al día en todo el mundo han sido desplazados por inundaciones y tormentas exacerbadas por el cambio climático”, describe Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, en el prefacio del documento.
La contaminación del aire, el segundo mayor factor de riesgo de muerte en niños menores de 5 años, empeorará con la crisis climática. Los pulmones y cerebros de los niños, aún en desarrollo, son extremadamente sensibles a estos contaminantes, lo que puede causar enfermedades respiratorias, daño cognitivo e incluso problemas en el sistema inmunológico.
La educación, una víctima silenciosa
El cambio climático está afectando el derecho de los niños a la educación. Desde 2022, más de 400 millones de estudiantes han sufrido interrupciones escolares debido a fenómenos extremos como ciclones, incendios forestales y olas de calor. Esta problemática es aún más grave en países de bajos ingresos, donde los niños pierden, en promedio, 18 días de escuela al año, en comparación con solo 2,4 días en países ricos.
Sin acceso a una educación estable, los niños no solo pierden conocimientos, sino también oportunidades para prepararse frente a la crisis climática. Unicef subraya la importancia de fortalecer la educación climática, ya que un año adicional de educación puede aumentar la concienciación climática en un 9%.
Impacto en la salud mental
Las experiencias traumáticas, como desastres naturales y desplazamientos forzosos, afectan profundamente la salud mental de los niños. Estos "shocks climáticos" pueden generar ansiedad, estrés postraumático y otros trastornos psicológicos que impactan su desarrollo a largo plazo.

La urgencia de actuar
“Las proyecciones del informe evidencian que las decisiones que los dirigentes mundiales tomen —o dejen de tomar— en el presente configurarán el mundo que heredarán los niños y las niñas mañana“, dice Russell. Unicef exige que los gobiernos prioricen el bienestar infantil en sus políticas climáticas, lo que incluye según esta ONG:
- Inversiones en infraestructuras resilientes: Escuelas, hospitales y hogares preparados para resistir desastres naturales.
- Educación climática: Impulsar el conocimiento sobre el cambio climático en todos los niveles educativos.
- Transición hacia energías limpias: Reducir la dependencia de los combustibles fósiles y apostar por tecnologías verdes.
El cambio climático no es un problema del futuro, es una realidad que ya está afectando la vida de millones de niños en el mundo. La acción inmediata es esencial para garantizar que las próximas generaciones tengan un entorno seguro y saludable donde crecer.
“Para implementar estos cambios, los Gobiernos y la comunidad mundial deben adoptar medidas decisivas, poniendo la salud y el bienestar de los niños en el centro de las políticas climáticas”, pide Russell.
¿Qué podemos hacer las familias para proteger a los niños frente al cambio climático?
Aunque esta crisis global requiere acciones a nivel político y social, las familias también pueden contribuir al cambio y proteger a sus hijos.
Como padres y madres, proteger a nuestros hijos del impacto del cambio climático no solo implica prepararlos para enfrentar sus desafíos, sino también exigir a los líderes mundiales que tomen decisiones responsables hoy. El futuro de nuestros niños depende de lo que hagamos ahora.
Actuar juntos, desde el hogar hasta las políticas internacionales, es el primer paso para cambiar el rumbo y construir un mundo más seguro para la infancia.
- Educar sobre el medio ambiente: Desde pequeños, los niños pueden aprender hábitos sostenibles, como reciclar, reducir el uso de plásticos y ahorrar agua. La educación climática en el hogar complementa lo que puedan aprender en la escuela y fomenta una conciencia ambiental que durará toda la vida.
- Fomentar la resiliencia: Ayuda a tus hijos a desarrollar habilidades emocionales y psicológicas para enfrentar cambios y desafíos. Conversar abiertamente sobre el cambio climático y sus efectos puede aliviar el miedo y la incertidumbre, transformándolos en motivación para actuar.
- Apoyar iniciativas locales: Involúcrate en proyectos comunitarios que promuevan la sostenibilidad, como plantación de árboles, conservación del agua o creación de huertos urbanos. Estas actividades no solo benefician al medio ambiente, sino que también enseñan a los niños el valor de la acción colectiva.
