Si eres quien cuida de tus hijos y también de tus padres: eres de la “generación sandwich”

Si tienes entre 40 y 65 años y te ocupas de las necesidades y cuidados de tus hijos y de tus padres, formas parte de la llamada “Generación Sándwich” y es muy probable que esto afecte a tu salud.
¿Nos estamos exigiendo demasiado mentalmente como padres?

Dorothy Miller y Elaine Brody, fueron quienes definieron como “Generación Sándwich” a aquellas personas de mediana edad, mayoritariamente mujeres, que viven atrapadas entre el cuidado de sus hijos y sus padres.

Los hijos porque aún no tienen edad para emanciparse y los padres porque ya han alcanzado una edad en la que necesitan apoyo, asistencia y ayuda en su día a día. Una doble responsabilidad que se traduce en una enorme carga emocional que repercute en la salud tanto física como mental de estas personas. Sobre todo teniendo en cuenta que en las familias españolas se estima que un 60% necesita una tercera persona para cuidar de sus hijos.

Tenemos los hijos más tarde

Para la trabajadora social Dorothy Miller y la gerontóloga y socióloga, Elaine Brody, en la década de los ochenta, cuando acuñaron esta definición, se referían fundamentalmente a mujeres de entre 30 y 40 años que repartían las horas de sus días en cuidar de sus hijos y de sus propios padres.

El hecho de que en la actualidad las mujeres tengamos nuestro primer hijo más tarde, hace que la edad de los miembros de la “generación sándwich” se alargue con respecto a la edad que tenían en los años 80’, en aquella época abarcaba de los 30 a los 40 aproximadamente y en la actualidad, se extiende de los 40 a los 65 años. 

La Asociación Americana de Psicología llevó a cabo hace unos años, una encuesta sobre “las madres sándwich” ya que somos fundamentalmente mujeres las que nos encargamos de los cuidados tanto de los menores como de los mayores dentro del ámbito familiar. En esa encuesta recogieron una realidad y es que las “madres sándwich” son las que sienten más estrés que cualquier otro grupo de mujeres. 

La preocupación y el cansancio en muchas ocasiones pueden ser abrumadores, sobre todo si tenemos en cuenta que cuidar a los hijos es mucho más agotador que trabajar fuera de casa y si a esto le sumamos la preocupación por los ancianos de la familia, la sensación de asfixia se multiplica.

Vivimos más

Es cierto, vivimos más, la esperanza de vida ha crecido desde los años 80 y las previsiones de Naciones Unidas es que “el número de personas de 65 años o más en todo el mundo se duplicará con creces, pasando de 761 millones en 2021 a 1.600 millones en 2050.”

Vivimos más tiempo pero no se puede traducir en que vivamos todo ese tiempo con la misma calidad de vida. Una vida más larga hace que haya más tiempo para tener más achaques, dolencias y necesidades que en muchas ocasiones recaen sobre la hija o la nuera que aún está cuidando de sus propios hijos. 

Graciela Spinelli es licenciada en Gerontología y profesora universitaria, para ella esa doble función que cumplen los miembros de la “generación sándwich” se consigue “muchas veces o casi siempre relegando su propio tiempo”. Es decir, dejan de tener tiempo para sí mismas porque las obligaciones familiares se lo imponen y eso tiene un efecto en su salud física y mental.  

Hay una serie de pensamientos que delatan que padeces el síndrome de Burnout y suelen ser pensamientos que tienen mujeres agotadas y estresadas por exigirse demasiado ante situaciones especialmente complicadas. 

Para el director del Centro de Ciencias de la Mente de la Universidad Nacional de Singapur, John Wong, está claro que “a medida que la sociedad responde al envejecimiento de la población con más atención para las personas mayores, la carga de estos cuidados suele recaer en la generación sándwich”.

La relación entre los nietos y los abuelos es un regalo.

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