Existe una corriente social muy común en la que se tiende a romantizar y enternecer todo lo relacionado con el embarazo y el posparto y, la verdad, poco favor nos hace.
Si bien es cierto que amamos a nuestros hijos desde incluso antes de que lleguen al mundo, también es real que las incomodidades durante el embarazo y posparto existen y las hormonas, y las revoluciones que provocan en nuestro cuerpo (y mente), tampoco ayudan demasiado.
Queremos ayudaros a no sentiros unos "perros verdes" cuando os invadan las dudas durante el posparto y que seais conscientes de que no solo no sois las únicas, sino que las siguientes doce afirmaciones son ciertas para la mayoría de las mujeres que han dado a luz.
1. No vas a usar tus vaqueros de antes del embarazo cuando ya vayas de camino a casa
No, chicas, no vais a volver a tener la figura que teníais antes del embarazo justo después del parto. Pero volverá, relax.
Es cierto que tras dar a luz se pierden muchos kilos de golpe, ya que durante el parto expulsamos tres kilos de bebé y lo que a él lo acompañan: placenta, bolsa con el líquido amniótico y un sinfín de elementos que no vamos a enumerar porque, sinceramente, tampoco son especialmente agradables. Sin embargo, no todo el peso que cogemos durante el embarazo se va así de rápido, tampoco os agobiéis, ahora lo importante es que os cuidéis al máximo y no os preocupéis más que de sentiros bien y, poco a poco, cuando vayáis haciendo vuestra la nueva rutina volveréis a la normalidad.
Recuerda que tu útero aún está hinchado, los órganos internos se están de nuevo adaptando al espacio y tu piel aún no se ha recuperado y estará flácida. Todo esto unido a que tu estómago, amiga, te sorprenderá con algunos michelines.
Así que: paciencia.
2. Sangrarás
Y bastante, además. Es verdad que esta condición depende mucho de cada mujer, pero de los loquios no nos libra nadie, a ninguna.
Todas sabemos que vamos a sangrar durante el posparto. La herida que se forma en nuestro interior al desprenderse la placenta es la causante de la mayor parte de este sangrado. Hay mujeres que aseguran haber expulsado coágulos enormes y haber necesitado de ayuda externa para apañarse y otras, por el contrario, no se sintieron mucho más incómodas que como cuando se tiene alguna regla un poco más abundante.
La duración de este sangrado también depende de cada una, algunas sangran una semana, otras seis... En fin, queridas, os recomendamos (de nuevo) paciencia. Lo bueno es que, antes o después, todo pasa.
3. Vas a tener que usar compresas de las que ya pensabas que no existían
E incluso enormes pañales hospitalarios. Todo muy atractivo, sí, pero es lo que hay, acabas de dar a luz y no vas a poder usar tampones, copa menstrual, esponjas...
Braguitas desechables y compresas ginecológicas son tus únicas aliadas en el posparto. Sorry.
4. Tetazas, vas a tener tetazas
¿Te acuerdas de la intro de los vigilantes de la playa en la que Pamela Anderson corría con esos enormes pechos como si fuera la cosa más fácil del mundo? Pues ahora, si tienes ganas de ponerte a correr por algún lado, vas a poder experimentarlo.
El pecho aumenta de tamaño y más si os decidís por la lactancia materna para alimentar a vuestro hijo, y no, no se caen hacia abajo. Las vais a tener tan duras y altas que te parecerá que, aprovechando el parto, te han puesto un par de implantes de silicona. Además, esta nueva condición acarrea una consecuencia no muy agradable: el calor, cuando sube la leche muchas mujeres sienten calor en sus pechos.
También descubriréis lo que las mujeres de pecho grande ya saben, los inconvenientes de una buena delantera: dolor de espalda, dolor de hombros por las tiras del sujetador... Las que normalmente tenéis el pecho más pequeño descubriréis todas estas "ventajas" inesperadas. Ánimo.
5. Te van a coser la vagina. No mires ahí abajo.
Sí, amiga, te van a coser la vagina y si además te hicieron la episiotomía (o sufres un desgarro) te van a coser por fuera. No, no es que a tu ginecólogo le haya dado por el punto de cruz, es que es así. Es lo normal y lo mejor para una pronta recuperación.
Y no, no hace falta que te mires ahí abajo. No hay necesidad y probablemente te asustes. Así que, mientras la recuperación vaya viento en popa, y tu matrona así te lo haga saber, ahórrate esa visión durante un tiempo.
6. Puede que quieras mantener relaciones antes de las seis semanas
Supuestamente no debes mantener relaciones sexuales antes de las seis semanas debido a las heridas y puntos de tu interior y, además, tienes que mantener descanso pélvico pero... las hormonas hacen que estés excitada. El bebé duerme. Tu pareja está por ahí cerca... Y no se puede evitar. Si todo va bien, te sientes bien y tu recuperación está siendo buena, en contra de todos los consejos de enfermeros y doctores... ¡Hazlo!
7. A lo mejor vuelves a ovular antes de las seis semanas
No es común, pero pasa. Muchas mujeres se quedan embarazadas a los pocos meses de dar a luz e incluso dando el pecho al niño, así que, bueno, precaución si no queréis otro churumbel (hablando en plata, usad preservativos).
Además, recuerda los peligros que puede acarrear para tu salud quedarte embarazada demasiado pronto.
Si quieres más información puedes consultar:
Cuánto debo esperar entre embarazos
Qué tiempo hay que esperar para volver a quedarse embarazada.
8. Tu ombligo también cambiará
Antes tu ombligo parecía el de una adolescente, el típico que quedaba perfecto con un piercing. Pero olvídate de él. Tu obligo "pospartil" será más redondo, con un poquito de piel flácida en la parte de arriba, la típica que cuelga un pelín. Ahora serás capaz de reconocer si una mujer es madre o no, solo por su ombligo, ¡y sin superpoderes!
9. La línea alba no desaparece
Poco a poco sí, tranquila. Pero no es algo inmediato. No desesperes si durante los primeros meses tras dar a luz tu línea alba sigue presente en tu barriga de ya no-embarazada.
10. Tu barriga tendrá un aspecto que, al principio, te parecerá horripilante
Es normal, los cambios están ahí: has dado a luz, aún no has perdido todo el peso que cogiste y la piel se ha quedado algo flácida. Si, además, tuviste estrías en el embarazo ahora parecerán como surcos por tu barriga.
Lo sabemos, no es lo ideal, pero recuerda que todas esas marcas son la señal visible de que fuiste capaz de engendrar Y EXPULSAR un bebé perfectamente sano que ahora llena tus horas de felicidad (y de quebraderos de cabeza, es lo que hay...)
11. Vas a "odiar" a tu pareja
No es algo que nos contemos unas a otras pero que, si lo hablas con sinceridad, descubrirás que nos pasa a la mayoría. Odiamos a nuestra pareja. Es así. Pobrecitos, sí. Pero es lo que hay.
Y les odiamos porque ellos no se despiertan por la noche tanto como nosotras, ni les duele el cuerpo, ni tienen una explosión de hormonas, ni se les cae el pelo como si se fueran a quedar calvos mañana... Pero, sobre todo, les "odiamos" porque durante nueve meses nuestro bebé era solo nuestro y ahora el amor y el cariño del bebé le llega por parte de él también. Y no es justo ni para ellos ni para nuestros hijos, pero mientras las hormonas sigan haciendo de las suyas, va a ser inevitable... Intenta racionalizar las situaciones y 'darle cancha' a tu pareja. Sea lo que sea que te molesta, ten por seguro que ni lo hace adrede ni, probablemente, sea en realidad culpa suya.
(Parece nuestro mantra a lo largo de este artículo, pero amiga, de nuevo, ¡paciencia!)
12. Llorarás
Mucho. Y por cosas muy tontas como que no eres capaz de meterle a la primera el bracito en la manga del body están haciendo de las suyas.
Habrá momentos en los que no te aguantes ni tú misma, no te lo guardes y trata de explicárselo a alguien de tu alrededor que creas que te puede servir de ayuda. Los lloros compartidos son menos lloros.