Las proyecciones actuales realizadas por distintos equipos de investigación señalan que en el año 2050, la mitad de la población mundial tendrá miopía.
Nick Onken es optometrista de la Universidad de Alabama en Estados Unidos y según su experiencia tiene claro que “los niños se están volviendo miopes a un ritmo nunca visto” de hecho, él tiene la percepción de que este ritmo “es más rápido de lo que puede explicar incluso la genética por sí sola.”
El Dr. Salvador García-Delpech es oftalmólogo en el Hospital La Fe de Valencia y Co-Director Médico de la Clínica Aiken y corrobora esta tendencia, según sus datos “en los países occidentales, actualmente, una de cada tres personas es miopes”, a lo que hay que añadir en su opinión estudios que señalan que se trata de una tendencia que no solo no va a desaparecer, sino que no deja de crecer: “en el 2016 salió publicado un artículo en la reconocida revista científica “Ophthalmology” en el que hacían una progresión para los próximos años que estima que en 2050 un 50% de la población será miope ¡una de cada dos personas!”.

Una epidemia preocupante
John Bolger es oftalmólogo en una clínica al norte de Londres y reconoce que está “profundamente preocupado por el aumento de niños que desarrollan miopía.”
Los especialistas están alarmados no solo por la cantidad sino por lo temprano que se está detectando la miopía infantil, con lo que esto supone para la salud ocular de las personas.
Nick Onken señala a este respecto que “sabemos desde hace décadas que cuanto más miope es una persona, más probabilidades tiene de perder visión cuando sea mayor debido a afecciones como desprendimiento de retina, glaucoma, degeneración macular y cataratas”.
Jeffrey Walline es optometrista y decano asociado de investigación de la Universidad Estatal de Ohio en Estados Unidos, en su experiencia “el mayor factor de predicción de la miopía es el momento en que se adquiere.” Lo que quiere decir es que cuanto más pequeño sea un niño al que se diagnostica de miopía, peor va a ser su evolución porque en la mayoría de los niños la visión se estabiliza al terminar la adolescencia pero hay una minoría de casos en los que este proceso se acerca a los 20 años.
Pero por qué hay tanta miopía
Estos médicos señalan que existe un cierto componente genético que hace que padres con miopía sea más probable que nazcan niños con miopía.
Una buena alimentación y un buen descanso de sueño, también influyen en el aumento o no del número de casos. Podemos salir de casa sin desayunar por ejemplo, pero organizar las cenas para los niños siguiendo las indicaciones de Harvard, de modo que su alimentación sea sana y equilibrada.
Pero dos de los factores sobre los que más se está poniendo el acento son:
- estar demasiado tiempo en espacios interiores con poca luz
- estar continuamente enfocando la vista a objetos cercanos, sin hacer descansos para mirar de lejos
En este sentido el uso excesivo de pantallas y smartphone y la falta de actividad al aire libre son los dos factores que más han cambiado entre los niños y adolescentes actuales, con respecto a los de generaciones anteriores, cuando la miopía no había llegado a los niveles que tenemos en la población actualmente.
Para el profesor de la Universidad Nacional de Australia, Ian Morgan, experto investigador en la miopía, “la luz más brillante libera más inhibición del crecimiento ocular” refiriéndose a la luz que recibimos cuando realizamos actividades en el exterior, al aire libre, en contraposición con las que los niños y los adultos llevamos a cabo a diario en espacios cerrados. La naturaleza es una medicina emocional y realizar actividades al aire libre, estar en contacto con la naturaleza es un hábito clave para que los niños estén sanos y felices.
Controlar y reducir el uso de pantallas y teléfonos móviles, sobre todo entre la población infantil y aumentar la cantidad de actividades que hagamos en el exterior, al aire libre.
Hacer descansos visuales, dormir algo más y cuidar nuestra alimentación y la de nuestros hijos son las formas en las que podemos frenar esta pandemia en la mayoría de los casos.
Y siempre, podemos consultar con un médico oftalmólogo que nos indique que es lo que mejor procede en nuestro caso o en el de nuestros hijos y que opciones tenemos para tratar de controlar este problema de salud visual.

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