Que un niño o niña sea desafiante no significa que sea malo o que padezca algún tipo de trastorno, como trastorno negativista desafiante (TND) del comportamiento. Puede ser que exista un problema como este, que se caracteriza según Álvaro Bilbao por “un conjunto de síntomas caracterizados por un comportamiento desafiante, desobediente y hostil en niños pequeños”, o puede que se deba a otros motivos. De hecho, los comportamientos desafiantes “son comunes en niños y no necesariamente indican un trastorno”, asegura el neuropsicólogo.
En esta pieza, nos centramos en los menores que muestran comportamientos desafiantes sin que exista un trastorno que requiera una atención concreta, personalizada. Son esos niños y niñas que pueden desafiarnos por razones diversas; por ejemplo, porque tienen altas capacidades intelectuales, lo cual les puede llevar (es habitual) a desafiar más que sus iguales.
Pero no importa tanto el motivo como la forma en la que nos comunicamos con ellos. Y es que, si queremos conseguir llevar la situación a buen puerto, el grito, la orden y el desafiarles por encima de ellos y ellas no es la estrategia más indicada.
Álvaro Bilbao ha compartido en un post reciente seis trucos o consejos propios de la psicología que pueden ayudarte a comunicarte con un niño o niña desafiante.
Los seis trucos, según Álvaro Bilbao
Estos son los seis consejos que el neuropsicólogo de referencia de millones de familias en España ha compartido en un post divulgativo reciente publicado en su exitoso perfil de Instagram.
Son, como decíamos, trucos comunicativos propios de la psicología, estrategias al fin y al cabo, para conseguir reconducir la situación con ellos y ellas. “A veces lo más importante es saber mantenerse firme”, dice.

A continuación, reproducimos literalmente las palabras del neuropsicólogo para citar y explicar los seis trucos:
- Si se enfada contigo por una decisión que has tomado no hagas de ello tu problema. Símplemente pregunta de forma tranquila: “¿Estás bien?”
- Hazle saber que entiendes cómo se siente. La empatía es lo que más puede calmar a un niño frustrado.
- No respondas a ataques. Esto no es un partido de tenis. No tienes que responder a todos los comentarios.
- Mantén tu voz calmada en todo momento. Le hará sentir que estás en control de la situación y le ayudará a calmarse.
- No digas “Aquí mando yo”. Las personas con autoridad no tienen que convencer a los demás de que la tienen.
- Toma una postura erguida y ocupa espacio. Eso les hará saber que te sientes seguro de tu decisión.