En las aulas donde reina la empatía, los adolescentes se atreven a pedir ayuda de forma más habitual que en aquellos entornos escolares o de instituto en los que no se aprecia un clima de convivencia así. Esta es la conclusión principal de un nuevo estudio que aborda cómo se comportan los adolescentes con problemas emocionales en función del contexto que viven en su aula.
Pedir ayuda no siempre es fácil. Menos aún en la adolescencia, cuando las emociones parecen desbordarse y las inseguridades se multiplican. Esta es una etapa vital especialmente vulnerable para el desarrollo de problemas de salud mental. En España, sin ir más lejos, el 41% de los adolescentes de 13 a 18 años cree haber tenido un problema de salud mental en el último año. Sin embargo, como muestran numerosos estudios previos, una parte significativa de los adolescentes que lo necesitan no busca ayuda profesional ni confía en adultos o personas de su entorno para expresar lo que les ocurre.
En este contexto, un nuevo estudio japonés ha descubierto que el entorno social del aula —específicamente, el nivel de compañerismo y solidaridad entre los estudiantes— puede desempeñar un papel crucial a la hora de facilitar que los adolescentes se atrevan a pedir ayuda si atraviesan un mal momento emocional.
Este hallazgo, que se extrae de una investigación masiva realizada durante cuatro años con más de 21.000 adolescentes japoneses, podría tener implicaciones clave para las familias, el personal educativo y la sociedad en general. Porque más allá de reforzar el clásico “tienes que decir si te sientes mal”, lo que este trabajo señala es que la cultura colectiva de cuidado y apoyo entre iguales es un motor fundamental para fomentar el bienestar emocional.
Esta nueva investigación arroja luz sobre uno de los factores comunitarios que podría estar marcando la diferencia.

El estudio desgrana el concepto de “prosocialidad”
El trabajo, liderado por Ryo Morishima (Universidad de Tokio) y publicado en JAMA Network Open el 15 de mayo de 2025, se basó en datos de más de 21.800 estudiantes de secundaria y bachillerato de Japón, recogidos entre 2020 y 2023.
Los investigadores evaluaron la llamada prosocialidad, es decir, la tendencia de los adolescentes a actuar de manera voluntaria para beneficiar a otros —por ejemplo, ayudar a un compañero, compartir, consolar—, tanto a nivel individual como a nivel de grupo (aula).
Usando cuestionarios validados analizaron en qué medida estos comportamientos estaban relacionados con la frecuencia con la que los adolescentes pedían ayuda ante situaciones de malestar psicológico, incluyendo si lo hacían a amigos, familiares, profesores, médicos u otros adultos. También se tuvieron en cuenta factores como el género, la edad y si habían sufrido acoso escolar.

Cómo las redes de apoyo trabajan en la adolescencia
El hallazgo principal del estudio es claro: los adolescentes que pertenecen a aulas con un alto nivel de prosocialidad colectiva tienen más probabilidades de pedir ayuda a sus amigos si se sienten mal emocionalmente. Este efecto se mantuvo incluso cuando se controlaron variables como la psicopatología individual, el acoso escolar o las características personales.
Además, aquellos adolescentes que, individualmente, mostraban más conductas prosociales también eran más propensos a pedir ayuda —no solo a sus amigos, sino también a profesores, enfermeras escolares, familiares o incluso médicos—. Es decir, ayudar a otros se asocia con atreverse a pedir ayuda cuando se necesita.
También se observaron matices por edad y género. Por ejemplo, la influencia del clima prosocial del aula fue especialmente significativa entre estudiantes de bachillerato (15-18 años), una etapa en la que la influencia del grupo de iguales cobra mayor peso. En cambio, en edades más tempranas, fueron más relevantes las redes familiares o la ayuda externa (como médicos o psicólogos).

A rasgos generales, el estudio sugiere al menos dos cuestiones relacionadas con la adolescencia y el entorno educativo:
- El entorno importa: si un adolescente está rodeado de compañeros empáticos y solidarios, percibe ese espacio como más seguro para abrirse.
- La experiencia de ayudar refuerza el permiso interno para ser ayudado: quienes ofrecen apoyo, sienten menos vergüenza o miedo de solicitarlo.
Desde el punto de vista educativo y familiar, este estudio puede servir de guía práctica: fomentar valores prosociales en casa y en el aula no solo mejora la convivencia o el clima social, sino que puede mejorar (e incluso salvar en casos extremos) vidas, al facilitar que chicos y chicas pidan ayuda antes de que su sufrimiento se cronifique o escale.

Un entorno que cuida también previene
Los autores del estudio proponen que fomentar una cultura de ayuda mutua en las aulas podría ser una herramienta preventiva poderosa, especialmente en un momento en el que los problemas de salud mental adolescente están en aumento en muchos países. Este tipo de intervenciones podrían incluir talleres de empatía, dinámicas de cooperación, educación emocional o programas que visibilicen la importancia de cuidar al otro.
Además, remarcan que, aunque el estudio es transversal (no puede demostrar causalidad directa), los resultados son sólidos y coherentes con la literatura previa sobre el papel del apoyo social en la salud mental juvenil.

Para madres y padres, este estudio ofrece una oportunidad para repensar algunas preguntas clave: ¿qué ambiente social rodea a nuestros hijos? ¿Perciben sus espacios como seguros para hablar de lo que sienten? ¿Cómo podemos reforzar el valor de la solidaridad en casa?
Es importante no solo conseguir una comunicación bidireccional fluida con los hijos e hijas adolescentes, sino también ayudarles a que sepan rodearse de personas con quienes puedan hablar cuando lo necesiten y a que colaboren en generar espacios empáticos, amables y de cuidado con sus iguales. Y es que no hay que olvidar que el abuso verbal puede ser tan grave como el abuso físico.
Referencias
- Ryo Morishima, Satoshi Usami, Akiko Kanehara, Naohiro Okada, Haruko Noguchi, Sho Yagishita, Masato Fukuda, Kiyoto Kasai. Classroom-Level and Individual-Level Prosociality and Help-Seeking Behaviors Among Adolescents. JAMA Network Open, 2025; 8(5):e2510319. DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2025.10319